Las Bolsas muestran el freno del mercado

Las Bolsas se mueven al ritmo del plan de rescate financiero en los Estados Unidos para retornar el crédito, soportar a la banca, ayudar a los deudores y reactivar la economía. Para todo eso se movilizarán alrededor de US$ 2 billones de fondos públicos y privados. Los bancos pretenden sacarse de encima los malos préstamos y que se les inyecte capital fresco. Hay varias entidades al borde de la quiebra, algo que no les resulta desconocido; lo que viene por el lado del Estado será con emisión de moneda; el sector privado se inyectará de otros fines productivos.
Los mercados siguen el indicador del transporte marítimo de materias primas que elabora la Bolsa del Báltico en Londres. Ha caído bastante el precio de los fletes con la desaceleración del comercio global desde 2008 -que comenzó a ceder en 2007- por el menor consumo de materias primas. El crujido del crédito frenó la demanda de transporte. Por la situación financiera, surgió desconfianza en los bancos para la negociación de las cartas de crédito tan usuales en la exportación y la importación y agravado por la suba en el costo -se duplicó- de esta financiación.
Los indicadores son pesimistas, algunos catastróficos, pero el dato real a la vista es el estancamiento global. Vuelve el proteccionismo comercial en las naciones y las Bolsas lo perciben en sus ruedas. Nunca fue bueno el cierre de las fronteras al comercio, pero ya se instaló y la Argentina -en la semana que pasó- puso límite a la importación de 800 productos, en línea con las barreras impuestas en otros países.
En el mundo se pretende defender los empleos frente a la caída del precio de los productos, y el viejo  proteccionismo -que tuvo auge y decadencia- nunca anticipó mejores perspectivas.