En busca de sponsors
15 Mayo 2008
La pintada de Santiago del Estero al 800 está hecha en el fondo de un hotel que tiene la entrada por Corrientes a esa altura, y se hizo con autorización del propietario. “Nos pidió bocetos, porque no quería propagandas, y cuando los vio nos autorizó”, cuenta Josh.
El graffiti, de unos 10 metros de largo por tres de alto, implicó gastos de unos $ 120 en pintura, que salió de los bolsillos de los chicos. Lo hicieron el sábado a la tarde, y les llevó unas cuatro horas de trabajo.
“Si alguien quiere que le pintemos una pared, lo hacemos gratis. Que nos paguen la pintura y listo”, apunta Diego. La invitación, dice, también va a para pinturerías.
Para hacer graffitis, ellos usan puntas especiales para el aerosol, llamadas caps. Las compran en Buenos Aires o por internet, y eso les permite contar con diferentes calibres de trazo y, sobre todo, evitan que se endurezcan los restos de pintura, lo que suele inutilizar los aerosoles.
También usan fibras para taguear, que parecen hechas especialmente para eso, y llevan tinta al agua. Las consiguen por internet, y sirven para firmar rápidamente en superficies pequeñas y visibles.

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