Nunca bajó los brazos y encontró su premio

Nunca bajó los brazos y encontró su premio

Godoy Cruz se defendió con éxito hasta los 48 minutos del complemento, cuando Krikorian conectó un frentazo formidable y el "santo" liberó el festejo.

A LOS PIES. Nicolás Olmedo, una de las figuras de Godoy Cruz, barre ante la gambeta de Pablo Cantero. San Martín jugó con amor propio y mucha garra, pero le faltó claridad en ataque.LA GACETA / ANTONIO FERRONI A LOS PIES. Nicolás Olmedo, una de las figuras de Godoy Cruz, barre ante la gambeta de Pablo Cantero. San Martín jugó con amor propio y mucha garra, pero le faltó claridad en ataque.LA GACETA / ANTONIO FERRONI
04 Diciembre 2007
Los cardiólogos tucumanos se frotan las manos. Los hinchas de San Martín viven con el corazón a mil, palpitando hasta explotar a medida que pasan las fechas y el equipo gana con episodios recurrentes de angustia. La película de anoche ya se había visto en La Ciudadela: la caballería atacando con todo, apretada por el reloj e impulsada por la multitud, y la aparición del héroe en tiempo de descuento para desatar la locura. Luciano Krikorian -otra vez- destrozó los electrocardiogramas con un frentazo de antología y los mendocinos se marcharon con la cruz de una derrota que creían espantada.
Ese gol, catártico e inolvidable, le devolvió al equipo de Carlos Roldán la punta en soledad y generó la fiesta que ya es usual en Bolívar y Pellegrini; la celebración del grito feliz y desaforado, la del sueño que se alimenta a fuerza de triunfos. No pudo ser más auténtica la despedida de los hinchas -hasta febrero-, porque San Martín ya se acostumbró a estos argumentos que bordean la tragedia y culminan con final feliz.
Claro que antes de la celebración se había jugado un partido, que a San Martín le costó un Perú. Godoy Cruz fue ordenado y se preocupó más por la contención que por el ataque. Lo hizo bien, y complicó al dueño de casa con la sólida producción de Nicolás Olmedo y de Matías Aguirre. El "santo" fue puro empuje y terminó ganando con justicia por esa irrenunciable vocación de ir al frente hasta el último instante.
Del primer tiempo quedó un penal no sancionado por Néstor Pitana por infracción a Leone (había sido en el área y la cobró afuera) y algunas llegadas del local. Pero Godoy Cruz, que no había inquietado en los 45? iniciales, se encontró con el 1-0 en el arranque del complemento, con un zapatazo infernal de Martín Fabbro.
Cundió el desconcierto en San Martín y Caffa tapó el segundo en un mano a mano con el propio Fabbro. En el peor momento del equipo llegó el empate, gracias a un penal bien pateado por el "Ratón" Ibáñez (por foul a Oviedo, muy discutido por los cuyanos).
La salida de Olmedo, por lesión, le vino bien al "santo", que metió a Godoy Cruz en su campo y repiquetó en el área rival. Hasta que en el epílogo desniveló Krikorian y explotaron los corazones.

Costó ganarles
"Nos vamos muy contentos por que pudimos hacer un buen partido. Cuando pudimos, jugamos; y cuando fue necesario se luchó. Eso nos alcanzó para seguir solos arriba. Sabíamos que íbamos a enfrentar a un muy buen equipo. Nos costó doblegarlo. Por algo están peleando entre los primeros", analizó Diego Romano.

Gusto especial
"A todos los triunfos se los goza. Pero cuando se logran de esta manera tienen algo especial porque se lo consiguió contra un rival complicado quue supo cómo jugarnos. De todas maneras, no bajamos los brazos y luchamos hasta el final para asegurar los tres puntos. Vamos tranquilos a Rafaela", indicó Pablo Cantero.

La "crema"
Ignacio Celaya no jugará el domingo porque llegó al límite de amonestaciones. Al parecer lo reemplazará Joel Sacks, un chico de la Quinta división. Por el lado de las altas, se anuncia el regreso de Fabián Césaro, que superó una suspensión. Están lesionados David Depetros e Iván Juárez, y su participación está en duda.

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