Es duro vivir cerca de una montaña de residuos

Es duro vivir cerca de una montaña de residuos

Más de 300 familias residen en dos nuevos barrios de San Andrés, que la Provincia construyó cerca de la planta de Pacará Pintado.

UN PAISAJE PERTURBADOR. Detrás de una vivienda prefabricada, en San Andrés, aparece la montaña de basura de la planta de Pacará Pintado. LA GACETA / HECTOR PERALTA UN PAISAJE PERTURBADOR. Detrás de una vivienda prefabricada, en San Andrés, aparece la montaña de basura de la planta de Pacará Pintado. LA GACETA / HECTOR PERALTA
22 Abril 2007
Mientras el vehículo avanza por las calles polvorientas, una especie de nube invisible, pero penetrante y maloliente, envuelve a quienes llegan a los barrios 115 y 120 viviendas de la localidad de San Andrés. Estos dos vecindarios, habitados por más de 300 familias, se encuentran a algunos cientos de metros de la planta de disposición final de residuos de Pacará Pintado. Y a pesar de que el sol calcina las chapas de los techos, la mayor parte de las viviendas tienen las ventanas cerradas para impedir que los olores nauseabundos ingresen al interior.
Norma Juárez sale de su casa con un frasco cerrado en la mano. En el interior, un alacrán muerto está sumergido en formol. "Víboras, arañas pollito, cucarachas, moscas y enjambres de mosquitos. Con todo esto convivimos día a día", protesta la mujer.

Un barrio nuevo
Hace un año, el Instituto de la Vivienda entregó estas casas de fachadas lisas, donde el color crema de las paredes parece desteñirse entre el polvo y el sol. Los vecinos, como Norma, llegaron con todas las expectativas que puede sentir una persona que va a tener su propia casa. El problema es que, desde algunas ventanas se ve un paisaje constituido por la inmensa montaña de residuos de la planta.
"Ni siquiera se puede hacer un asado el domingo. Para ventilar la casa hay que abrir las ventanas muy temprano, cuando no hay viento. Para cocinar, hay que buscar la manera de sacar las moscas y cerrar las ventanas. Esto no es vida. Hay que andar cuidando a los chicos de que no se metan en ningún lado y que no se ensucien con nada porque no sabemos qué les puede pasar", se queja Silvia, otra vecina.
Aunque el calor es intenso, la brisa no es un alivio para quienes viven en estos dos barrios. Ruegan durante todo el día que no sople brisa, porque el menor movimiento de viento arrastra esa nube invisible y maloliente que envuelve la zona.
"Tengo que comprar agua mineral o hervirla antes de dársela a los chicos. Sospechamos que las napas freáticas están contaminadas y me da miedo que mis hijos se enfermen. Es increíble pensar que una planta llena de basura esté tan cerca de donde vive la gente y de un río (por el Salí)", relata Graciela Castro, otra vecina.

Un monte
Norma vive en la calle Lola Mora. A pocos metros de su casa, este camino de tierra se interna entre matorrales. Seguirlos significa ingresar en una especie de monte cuyo suelo está cubierto por escombros, neumáticos y bolsas de basura en estado de descomposición. El camino conduce a la plata de residuos. Pero por presión de los mismos vecinos fue clausurado a algunos metros de la casa de la mujer; era utilizado por camiones y carros para llegar hasta Pacará Pintado.
"Nos cansamos de hacer reclamos, de protestar, de pedir que nos den una solución. Vivimos a pocos metros de un foco infeccioso que nos acecha todos los días. Esta planta nos está arruinando la vida a todos", afirma Alicia Gómez, otra vecina.
Nadie sabe por qué el Gobierno provincial eligió precisamente ese lugar para construir barrios, si el basural ya existía allí.

Hace falta implementar la selección previa para procesar los residuos
La separación y la clasificación de la basura es una norma fundamental para el adecuado tratamiento de los residuos sólidos urbanos, según lo comprobaron los países desarrollados, pero todavía el Gobierno de la provincia no lanzó una iniciativa en ese sentido. "Hace falta que se implemente un programa de concientización entre la gente para que la basura salga clasificada de origen. Por ejemplo, tres días a la semana habría que sacar a la vereda aquello que se pudre, y otros tres días lo que no se pudre", propuso el ingeniero Antonio García, de la Universidad Tecnológica.
El procesamiento de los residuos orgánicos permite obtener humus y compost, a la vez que se puede producir energía mediante el gas que genera la descomposición. "Con 200 toneladas diarias de material orgánico es rentable una usina de energía eléctrica", estimó García.
El experto recordó que hay un proyecto diseñado por la Tecnológica y aprobado por el Banco Mundial, hace más de tres años, que ha quedado postergado. "Es una planta para la gestión integral, incluyendo la clasificación en origen, recolección, transporte y disposición final, con producción de compost y separación de material inorgánico para su comercialización -explicó García-. Sería una solución para Monteros y otras tres comunas (unos 70.000 habitantes). El sitio de emplazamiento ha sido consensuado con las fuerzas vivas de la localidad, como lo exige el banco. Va a contar con hornos pirolíticos para incinerar residuos patógenos".
García agregó que 92 de las 93 comunas rurales de la provincia arrojan sus residuos en basurales a cielo abierto, sin ningún tratamiento.
En opinión del secretario de Medio Ambiente de la provincia, Alfredo Montalván, no conviene poner una planta de procesamiento en cada municipio sino "regionalizar" y juntar en un solo lugar la basura de distintas poblaciones. Ello permitiría eliminar los 200 a 250 basurales a cielo abierto que hoy existen en Tucumán.


El Siprosa avaló la operatividad de la planta
Un informe del Siprosa contradice las versiones de que la planta de Pacará Pintado se encuentra colmada en su capacidad y estima que, a partir de octubre de 2006, su potencial era de 25 meses más. Antes de ese plazo, otras celdas -donde ya la basura se convirtió en compost- serán vaciadas. Por otra parte, la empresa formalizó un acuerdo con Canadá -cuya factibilidad fue aprobada por el país del norte- para la instalación de una usina de energía eléctrica. "Según el informe oficial de una inspección realizada en octubre, la planta está operativa. Lo va a estar por lo menos durante diez años más", afirmó Mario Criado, titular de Construcciones La Banda.
Además, mencionó que acaba de firmar un convenio con una empresa canadiense por el primer Método de Desarrollo Limpio (MDL) del país. "No es verdad que la planta contamine. No hay más moscas u olores que en otros lugares cercanos al río", opinó el geólogo Víctor Graells, vecino de la zona.