Síndrome confusional agudo en los adultos mayores

La desorientación temporoespacial en pacientes geriátricos suele confundirse con demencia. La sintomatología del anciano es diferente a la de los adultos más jóvenes.

22 Marzo 2006
A medida que las personas aumentan de edad, especialmente cuando se pasan los 70 años, los tejidos se vuelven más lábiles y delicados. El cuerpo comienza a funcionar de modo distinto a la de los años mozos, a reaccionar diferente ante los mismos estímulos que antes no lo afectaban. La sintomatología del anciano es diferente a la de los adultos más jóvenes.
Lo que los geriatras llaman "síndrome confusional agudo" es uno de los más claros ejemplos de esta atención particular que hay que prestarle a los malestares de los mayores. Una de las circunstancias en que más típicamente puede aparecer este síndrome confusional, caracterizado por la pérdida de la orientación temporoespacial y de la capacidad de prestar atención, es después de una intervención quirúrgica. Pero no es esta la causa exclusiva: puede sobrevenir por efecto de una deshidratación, una constipación o una infección urinaria, por citar los casos más frecuentes.
En la literatura anglosajona se le llama delirium -"no delirio, que no es lo mismo"- aclaró a fin de que no haya más confusiones, Isidoro Fainstein, presidente de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría (SAGG). El anciano se halla confundido, desorientado en el tiempo y en el espacio; pero también el médico que recibe a la persona en este estado suele, con bastante frecuencia, confundirse, y atribuir el cuadro a los efectos de una arteriosclerosis o a una demencia senil, por ejemplo.
Buscar las causas debe ser la prioridad en los adultos mayores, en vez de tratar las consecuencias de este mal. Ante los síntomas de delirium, mediante el tacto rectal el médico puede verificar la existencia de un bolo fecal. Eliminado el mismo, desaparece el síndrome confusional, asegura Fainstein. Lo mismo sucede cuando la causa es una infección urinaria: al tratársela, la confusión desaparece.
"El síndrome, explica el especialista, es producto de un desorden interno", generado por acumulación de sustancias tóxicas en el organismo. Los estados febriles son otra posible causa, explica a su vez el doctor Hugo Schifis, vicepresidente de la SAGG; a veces el delirium sustituye como síntoma al estado febril, y la temperatura del paciente no pasa de 37ºC. "Un viejo puede tener un infarto y no tener dolor; o una peritonitis con la que se pone el vientre en tabla, pero sin síntoma -advierte Fainstein-. Entonces, el médico tiene que saber abordar a estos pacientes, porque pueden tener un infarto sin dolor o una neumonía sin fiebre y sin las típicas puntadas al costado". El síndrome confusional puede ser una vía por la que se exterioricen esos síntomas típicos que están ausentes.

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