Con cirugías miniinvasivas curan la incontinencia urinaria en la mujer

Las incisiones son de no más de un centímetro. Si se presenta con prolapso vesical, en un solo acto quirúrgico se solucionan los dos problemas.

22 Marzo 2006
Una de cada tres mujeres sufre de incontinencia urinaria, con diferentes grados de severidad. Pero por vergüenza o pudor no consultan al médico para buscar un tratamiento que alivia los síntomas y hasta cura el trastorno. Esta situación ocasiona ansiedad, que afecta a la mujer tanto en su vida sexual como social. Se calcula que en el mundo hay 200 millones de afectados por incontinencia urinaria.
El urólogo y especialista en este tema, Ricardo Rasguido, explicó que la incontinencia urinaria es un problema subestimado y subevaluado. "El 30% de las mujeres mayores de 50 años lo puede llegar a tener", advirtió".
Los hábitos de una persona con incontinencia (en especial la denominada ?de urgencia?), cambian al punto de dejar de hacer viajes largos, por temor a no disponer de un baño cerca, salir poco o usar pañales, evitar encuentros sociales para no sufrir un accidente en público y otras modificaciones que deterioran su calidad de vida. Las personas suelen sufrir cambios bruscos de humor, hipocondría, pesimismo, depresión, pérdida de autoestima y aislamiento, y las consecuencias repercuten en su vida laboral, sexual y social.
Rasguido comentó que hay pacientes que deben ir a orinar cada media hora, lo cual les trae problemas sociales; señoras que van por la calle y tienen que usar los baños públicos. Entonces, cada vez que salen deben hacer una especie de hoja de ruta, pensando qué baño podrán usar para orinar o para cambiarse de paño. "Por lo general -asegura el especialista- terminan limitando sus salidas, o compran pañales cuando en realidad con un tratamiento adecuado podrían hacer una vida normal".
Del 85 al 90% de las pacientes pueden ser tratadas, curadas o mejoradas. Normalmente, una persona puede orinar hasta siete u ocho veces al día. Cuando lo hace más veces, se dice que tiene una frecuencia miccional aumentada. Otros síntomas son la sensación de urgencia y las pérdidas involuntarias de orina, que incluso se pueden dar durante las relaciones sexuales.El trastorno comienza cuando al hacer un gran esfuerzo (levantar algo pesado) se produce una pérdida de orina. A medida que pasa el tiempo el escape de orina se produce con esfuerzos más pequeños: al reír, al estornudar, al toser, al hacer gimnasia.
"Hay que perder el miedo y la vergüenza -aconsejó el urólogo- porque hubo avances en el diagnóstico y en los tratamientos. Un estudio poco invasivo -la urodinamia computarizada- permite observar el aparato urinario bajo y determinar la causa de la pérdida de orina".
Existen fármacos y técnicas quirúrgicas seguros. Las cirugías se realizan con incisiones pequeñas, de no más de un centímetro. Se coloca una malla (slims) en el piso de la vejiga, para elevarla, porque se cae debido a una alteración en la estructura que la sostiene. Algunas veces el problema va acompañado de prolapso vesical, que es resuelto en el mismo procedimiento que es ambulatorio, rápido e indoloro Los resultados son positivos; la paciente se retira en el día y puede volver a sus actividades a los tres o cuatro días.

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