Secretos del milagro de Juan Pablo II

Escribió el nombre del Papa en un papel y, en vez de garabatear, su mano derecha se movió con precisión. Una monja francesa se curó de Parkinson.

TRAMITE VELOZ. La diócesis de Roma cerró en tiempo récord el expediente de canonización de Juan Pablo II, que incluye un presunto milagro del Papa polaco. AFP TRAMITE VELOZ. La diócesis de Roma cerró en tiempo récord el expediente de canonización de Juan Pablo II, que incluye un presunto milagro del Papa polaco. AFP
30 Marzo 2007
AIX-EN-PROVENCE, Francia.- La hermana Marie Simon Pierre, religiosa francesa que se recuperó de forma inexplicable de la enfermedad de Parkinson y es la pieza clave del proceso de beatificación del papa Juan Pablo II, explicó hoy a la prensa detalles de su sanación.

"Juan Pablo II me curó. Fue obra de Dios gracias a su intercesión", declaró emocionada esta monja francesa de 46 años radicada en Aix en Provence.

La religiosa (que pertenece a la congregación de las Hermanitas de las Maternidades Católicas y trabaja en París) superó, dos meses después de la muerte del Papa en abril del 2005, todos los síntomas de la enfermedad que sufría desde hacía cuatro años.

"No puedo decir lo que sentí realmente. Fue demasiado fuerte, demasiado grande para explicarlo con palabras... Estaba enferma y sané. Ahora corresponde a la Iglesia decidir y reconocer si se trata o no de un milagro", aseguró la mujer, sonriente ante las cámaras de televisión.

Su caso se ha convertido en el principal milagro recogido en la causa de beatificación de Karol Wojtyla, paso previo a su canonización.

El día del milagro
Según explica el Vaticano, la hermana Marie Simon Pierre se veía cada día más debilitada por su enfermedad.

En junio de 2005, cuando Juan Pablo II falleció debido la degeneración provocada también por el mal de Parkinson, su superiora le pidió, a modo de súplica extrema, que escribiera en un pedazo de papel el nombre de Juan Pablo II y el resultado fue un garabato.

Horas después, cuando la religiosa regresó a su cuarto para dormir sintió el deseo de intentar escribir de nuevo y el resultado fue perfectamente normal.

"Vi que mi mano se deslizaba sobre la hoja de papel sujetando el bolígrafo cuando antes no conseguía escribir ni una línea", concluyó Marie Simon Pierre. (AFP-NA)

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