Crece el escándalo por la identidad revelada de una agente de la CIA

El ya denominado "Plamegate" desata una tormenta política en EEUU. La mujer había criticado los argumentos de Bush para invadir Irak. Por Tony Czuczka.

Valerie Plame testificó ayer ante la Cámara de Representantes de EEUU. (Reuters) Valerie Plame testificó ayer ante la Cámara de Representantes de EEUU. (Reuters)
17 Marzo 2007
WASHINGTON, EEUU.- La ex agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) Valerie Plame testificó ayer ante la Cámara de Representantes de Estados Unidos, alegando que la administración Bush destrozó su carrera al exponer su identidad a la prensa por motivos políticos.

El testimonio de la ex agente es uno de los puntos más candentes de los que algunos denominan el "Plamegate", la tormenta política en la que están implicados la glamurosa ex espía rubia, la Casa Blanca, algunos de los periodistas más famosos del país y la ahora desacreditada inteligencia realizada para justificar la invasión a Irak.

Plame y su marido, el ex diplomático estadounidense Joseph Wilson, alegan que funcionarios filtraron información sobre Plame a los reporteros en 2003 como represalia por una columna escrita por Wilson en la que criticaba uno de los argumentos del presidente, George W. Bush, para atacar a esa nación del Golfo Pérsico.

"Mi nombre e identidad fueron revelados imprudentemente y sin cuidado alguno por altos funcionarios del gobierno tanto en la Casa Blanca como en el Departamento de Estado", dijo Plame, de 43 años, al Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental.

La ex agente recordó con dramatismo la mañana del 14 de julio de 2003, cuando ella y su marido fueron citados en un artículo por el columnista conservador Robert Novak, lo que supuso el fin de su carrera en la CIA. "Me enteré por la mañana, muy temprano, cuando llegó mi marido, lanzó el periódico sobre la cama y dijo `fue él`", declaró.

"Me sentí como si me hubieran golpeado en el estómago. En un instante todo pasa por tu mente." "Ya no podría realizar más el trabajo para el que había sido entrenada", agregó.
Poco tiempo antes, Wilson había escrito un artículo en el que cuestionaba uno de los argumentos de Bush para lanzar la invasión, el que señalaba que Irak intentó comprar óxido de uranio ("yellowcake") de Níger. Wilson viajó a pedido de la CIA antes de la guerra de Irak.

Plame, quien trabajó en la unidad de la CIA que realizó un seguimiento de los programas armamentísticos del entonces presidente iraquí, Saddam Hussein, dejó claro que ella cree que la Administración Bush manipuló los informes de inteligencia y que su "exposición se produjo puramente por motivos políticos".

Testimonios ofrecidos ante el fiscal especial y en el juicio contra el ex jefe de personal del vicepresidente estadounidense Dick Cheney, Lewis "Scooter" Libby, revelaron que algunos de los periodistas más reconocidos de Washington conocieron la identidad de Plame a través de altos funcionarios gubernamentales. "Lamento profundamente (...) la politización rastrera e insidiosa de nuestro proceso de inteligencia", sentenció la ex agente.

"Es imperativo que cualquier presidente sea capaz de tomar decisiones basadas en inteligencia que sea imparcial". Plame testificó a petición de los demócratas, que han lanzado una serie de investigaciones contra la conducta de la administración de Bush desde que ganaron las elecciones al Congreso el año pasado.

Pese a la enorme cobertura mediática, no se espera que su testimonio aporte nuevos datos sobre el caso, porque la declaración pública está muy restringida en la CIA y ya se ha identificado a los autores de la filtración.
El ex vicesecretario de Estado Richard Armitage fue señalado como la principal fuente de la filtración a los periodistas.

El resultado más notorio ha sido hasta ahora la condena de Libby, que fue declarado culpable el 6 de marzo de perjurio, obstrucción de la Justicia y falso testimonio en las investigaciones que probaban la filtración de Plame. Sin embargo, por el momento nadie ha sido acusado de exponer la identidad de la agente secreta. Libby rechaza todas las imputaciones y sus abogados señalaron que buscarán un nuevo juicio.

El ex funcionario aún no ha sido sentenciado. Plame y Wilson también presentaron una demanda contra Cheney y el asesor de Bush Karl Rove, alegando que ambos conspiraron para arruinar las carreras de los dos.

El escándalo ha convertido al matrimonio en una pareja famosa en Washington, y levantó el velo sobre los estrechos vínculos entre funcionarios del gobierno norteamericano y la élite de periodistas a la que le entregan información interna.

En un extraño episodio dentro de la muy formal audiencia, un manifestante ataviado con una peluca se ubicó en el fondo de la sala, luciendo una camiseta en la que se leía "Juicio político a Bush".
Miembros del Partido Republicano de Bush en el panel de la Cámara de Representantes cuestionaron la declaración de Plame, argumentando que no hay evidencias de que los funcionarios que hablaron acerca de su papel en la CIA sabían que ella estaba trabajando en forma encubierta. (DPA)

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