Intentó ser una fiesta popular

Intentó ser una fiesta popular

Análisis. Por Ernesto Julio Behrensen - Agencia DYN

26 Mayo 2006
BUENOS AIRES.- El Presidente tuvo, finalmente, su acto en una Plaza de Mayo llena, aunque movilizada por el “aparato” sindical y político. Kirchner aprovechó la demostración de fuerza para lanzar un discurso reivindicativo de su gestión, pero, pese a las especulaciones previas, no habló de su reelección. Sin embargo, el tema flotó en la jornada, y el cotillón reeleccionista se multiplicó en panfletos, pancartas y hasta en alfajores.
Si la reelección no estuviera en sus planes, no necesitaría la “polenta” que le pidió a la gente para “dar la lucha y la batalla que los argentinos necesitan”, para terminar su período constitucional. Le queda poco más de un cuarto de mandato. Kirchner no es ingenuo. Sabe que el escenario político y económico le es favorable para aspirar a uno nuevo. No quiere lanzarse aún, pero da pistas. Desde que llegó al poder, construyó poder. De ser el “chirolita” de Duhalde pasó a vencer a su padrino político y armó una estructura que, hoy, incluye al grueso del peronismo, al que se suman sindicatos, grupos piqueteros y dirigentes de la oposición. Nada de lo que hace en materia política es inocente. Lo de ayer, tampoco.
En su breve discurso resumió los principales logros de su gestión, destacó a los “30.000 desaparecidos que hoy vuelven a la Plaza”, recordó que llegó al poder siendo el presidente menos votado de la historia y lanzó sus dardos contra los intereses espurios que quieren volver y buscan verlo de rodillas. Pero también dedicó unos párrafos al “aparato” peronista, al recordar a Perón y a Evita. “La Plaza es de los trabajadores, de Eva Perón, de las Madres y de las Abuelas”, dijo. No obstante, lejos estuvo el clima de los actos de neto folclore peronista, con Perón y Evita en el balcón.
La conjunción de su tercer aniversario de gestión con la fecha patria intentó ser una fiesta popular. Espontánea o movilizada por el aparato, la concentración de gente de ayer fue una de las más importantes desde el retorno de la democracia, desde el punto de vista político. Un detalle: las vallas que cortan la Plaza de Mayo desde los últimos años del menemismo, para frenar las protestas sociales, siguen amuradas. Todo un recuerdo de que en el país aún hay millones de personas no tienen mucho para festejar. (DyN)