Según ideólogos del sionismo religioso, corriente a la que pertenece la mayoría de los colonos de Cisjordania y Gaza, este último territorio -de 360 kilómetros cuadrados- es "parte integral de la bíblica Tierra de Israel prometida a los judíos".
Otros intérpretes del Viejo Testamento aseguran que Gaza "nunca fue parte de Israel", si bien, en distintas etapas históricas, han prosperado comunidades judías en esas tierras donde la mayoría son musulmanes.
Durante el periodo bíblico -según los que reivindican a Gaza como un feudo hebreo- pasó por ese estrecho territorio el patriarca Abraham, fundador de la nación judía. Además, afirman, allí fue donde los filisteos cegaron al gigante Sansón (Jueces, 16-21), que les destruyó su templo.
A pesar de los argumentos del sionismo religioso, los profetas de Israel condenaron con acritud a Gaza y a los filisteos, cuya tierra fue conquistada por griegos, romanos, musulmanes, cruzados y turcos, y sirvió de campamento para el Ejército de Napoleón.
"Prenderá fuego en el muro de Gaza [de los filiseos], y consumirá sus palacios", profetizó Amós (Amós 1.7)."Ay de los que moran en la costa del mar, el pueblo de los cereteos...", estigmatizó a los naturales de Gaza el profeta Sofonías en los días bíblicos. (EFE).