
Laszlo Krasznahorkai, Nobel de Literatura 2025

“Todos somos la obra de nuestro padre”
Por Jorge Fernández Díaz
“Todos somos la obra de nuestro padre. A los 65 años que voy a cumplir ahora, todavía sigo tratando de entenderme a mí mismo. Yo creo que muchas de esas claves están en ese jardín… en ese jardín familiar. Él decía que toda familia tiene un relato consensual. En principio es cierto, pero cuando empezás a desmenuzar, te encontrás, por ejemplo, con que dos hermanos no pueden ponerse de acuerdo en ningún episodio. Cuando terminé de escribir Mamá fui a Asturias y me encontré con los dos hermanos de mi madre. Cuando les pregunté qué les pareció la historia familiar, para mi sorpresa, me dijeron que estaba bien, pero que era la historia de la familia según creía mi madre. Nosotros tenemos otra historia, me dijeron. ¡Ah! Fue un golpe. O sea, ellos tenían variaciones. Freud le llama la novela familiar, que es desentrañar, desmontar algunas cosas para ver la verdad. Y exige cierta valentía porque uno se encuentra con cosas sacrosantas. ¿Nuestros padres se amaban o no se amaban? ¿Se amaron alguna vez? ¿Se deseaban? ¿Deseaban a otros?”.
“Todo cambia pero no sabemos en qué dirección”
Por Tamara Tenenbaum
“Se ve mucho en las feministas de hace cien años o un poco menos, que efectivamente sabían que el cambio que se venía era muy grande y que no lo iban a ver. Hoy creo que estamos en un momento donde la visión del futuro se ve más borrosa. Por un lado, sentimos que todo cambia muy rápido y a la vez siento que no sabemos mucho en qué dirección van a ir las cosas. La sensación es que podrían ir en cualquier dirección. En esa época creo que había una certeza de qué iba a pasar, pero no sabían cuándo ni cómo”.
Comienzos y presente
Por Claudia Piñeiro
“Mi primer libro fue Serafín, el escritor y la bruja, una obra para chicos de un concurso en España, en el año 2000. Ahí empecé a sentir ‘guau… ya estoy ahí’, empecé a sentir que había algo de la posibilidad de… pero decir que era escritora en aquel momento me hubiese dado pudor. Empiezo a buscar el lenguaje, el tono, el narrador, todo eso me parece que en el método no hubo cambios; sí hubo mucho aprendizaje; hay cuestiones de distintas búsquedas de estructuras narrativas”.
El Eternauta
Por Alvaro José Aurane
En el papel del siglo XX como en la pantalla chica del siglo XXI, cuando aparece el enemigo incontrastable, comienza a disiparse la figura del hombre como lobo del hombre: ahora hay un antagonista contra el cual abroquelarse. Y antes como ahora, el invasor esclavizará personas para ponerlas en contra de la “resistencia”. El enemigo del ser humano es ahora, también, un ex humano.
Al personaje de Juan Salvo ideado y dibujado en 1957 lo persigue la angustia por la suerte de su esposa y de su hijita. Llega a ser presa de alucinaciones respecto de ellas. Al personaje de Salvo que encarna logradamente Ricardo Darín lo acechan los fantasmas de las batallas de la Guerra de Malvinas. Claro está, Oesterheld no vivió para conocer el conflicto del Atlántico Sur de 1982. Pero, por desgracia, sí para conocer como pocos la angustia por su familia.
Vargas Llosa y el regreso a Tucumán que no podrá ser
Por Jorge Daniel Brahim
“Sabe, usted habla con las erres arrastradas y el alegre deje de los tucumanos. Lo sé porque ese era el modo de hablar de mi amigo Tomás Eloy Martínez”. A propósito, le dije, tengo muy presente su artículo donde cuenta de su único viaje a Tucumán, allá por diciembre de 1995, y con qué regocijo pasó esos días -“entre las llamas y la lava del verano... bajo temperaturas saharianas”- leyendo Santa Evita, el libro que Tomás Eloy acababa de publicar. “Justamente de ese viaje recuerdo tres cosas. Una es, claro, la panzada que me di leyendo ese libro irreal; la otra es el calor bíblico que sufrí, y la última, mi cuarto de hotel con columnas dóricas... sí, sí, con columnas dóricas, ¿no le parece genial?” Eso me da esperanza de que acepte la invitación del intendente para que visite nuestra provincia que lo quiere reconocer por su enorme contribución a la literatura latinoamericana. En este libro podrá ponerse al día con Tucumán. “Iré con gran gusto, mejor dicho regresaré con gusto”.
Feminismo y cancelación
Por Gabriela Borrelli Azara
“En los últimos años y parte de la estrategia de la ultraderecha fue establecer al feminismo o a la mirada feminista como carcelaria, policíaca, conservadora y en realidad el libro da cuenta de que el feminismo es, más que la queja constante, la apertura de otros mundos, la posibilidad de que todo sea otra cosa. Con nuevas relaciones, nuevos pensamientos, ficciones. Como pensó Safo, o Christine de Pizan, o Sei Shōnagon, esa japonesa que escribía y guardaba sus escritos debajo de la almohada. Me parece que en el 2018, Lecturas feministas tenía una lectura y hoy -con el antifeminismo unido a la ultraderecha en varias partes del mundo- tiene otra. También para poder dar la disputa cultural de lo que es el feminismo, para que no sea asociado a la cancelación, o a la prohibición de ciertos chistes, a lo represivo”.
László Krasznahorkai, un justo Nobel
Por María Eugenia Villalonga
En Al norte la montaña, al sur el lago, al oeste el camino, al este el río, emprendemos un viaje, junto al protagonista, el nieto del príncipe Gengi, en busca de un monasterio abandonado en las afueras de Kioto donde, según un libro que éste leyó, se encuentra el pequeño jardín secreto más simple y perfecto que se haya construido. Asistimos a la experiencia del conocimiento a través de la contemplación. Porque de lo que se trata, nos dice, es de aprender a “mirar y callar”, para abrir la percepción a esa fuente de maravillas que puede ser el mundo en lo que tiene de armonía, levedad y belleza.
Contra la experiencia literaria de la modernidad, fragmentaria y autorreflexiva, la novela invita a dejarse absorber por la contemplación del paisaje como un todo y en la descripción detallada del trabajo sobre los materiales para la construcción del monasterio, nos pone frente al experiencia del tiempo, gran tema de su literatura.
“Borges estaba orgulloso de conocer ideas sofisticadas de matemáticas”
Por Guillermo Martínez
“Borges estaba muy orgulloso de conocer algunas ideas relativamente sofisticadas de matemáticas como la de la diversidad de infinitos. El cuento “El Aleph”, posiblemente su cuento más famoso, tiene ese título justamente debido a la letra Aleph, que es la letra con la que (Georg) Cantor designa al infinito de los números naturales y él lo explicita dentro del cuento. ¿Cuál es la característica que tiene el infinito de los números naturales? Que hay una parte, por ejemplo, los números pares. Una es una parte propia de los números naturales y uno podría pensar, bueno, es como la mitad de algún modo y sin embargo esa parte es equivalente al todo, puede ponerse en correspondencia a uno con uno, cada número natural con un número par. Hay tantos números pares como números naturales, al 1 le corresponde el 2, al 2 el 4, al 3 el 6, etcétera. Y así hacemos una equivalencia perfecta entre la totalidad de los números naturales y los números pares. Acá hay una idea ya muy curiosa, paradójica, que es que en el infinito la parte no necesariamente es menor que el todo. Hay una parte que equivale al todo. Y eso es exactamente la idea del objeto que crea Borges al pie de la escalera”.
Viajes y tiroteos
Por Martín Sivak
“En mi libro están mis encuentros con Evo Morales, mis crónicas sobre el dictador boliviano Hugo Banzer, alguien que a mis 19 años me obsesionaba: el sentido de mi vida era denunciarlo. En ese contexto conocí a Evo Morales. También hay de Chávez por el 2002, el año que con Sean pasamos mucho tiempo en Caracas, el lugar donde más estuvimos, incluyendo situaciones de riesgo como las que a él le gustan. ¿Alguna vez estuviste en un tiroteo? Es una situación horrible estar en un tiroteo, pero él en vez de tirarse a tierra empezó a filmar. Y eso me llamó la atención: es parte del personaje. Entonces Sean era la BBC y el Canal 4 de Londres, lo que nos daba acceso a lugares inaccesibles para otros”.
Francisco, el hombre del punto medio
Por Francesca Ambrogetti
-“Creo que es el hombre del punto medio. Ya veremos cuál es ese punto medio en los casos concretos y frente a los desafíos que deba enfrentar. Creo que los electores vieron en él a un hombre equilibrado capaz de llevar adelante los cambios que necesita la Iglesia. Cuando habla de la educación, dice que no se puede educar solamente en base a marcos de seguridad ni solamente en base a zonas de riesgo. “Tiene que haber una proporción. Hay que caminar con un pie en el marco de seguridad, en todo lo que viene adquirido, y con el otro pie tentar zonas de riesgo”, afirma. La faceta docente de Francisco no ha sido debidamente analizada y es una faceta que se puede extender a su pontificado. Sostiene que sin riesgo no se puede avanzar pero tampoco a puro riesgo. Siempre hay referencias al movimiento. Piensa que una Iglesia que no camina es una Iglesia que se cae como un castillo de arena. Lo primero que le dice a los cardenales es que caminen. Caminar implica cambio”.







