Luis Caputo y Scott Bessent.
La administración de Javier Milei está preocupada para dejar atrás la montaña rusa en el parque de diversiones cambiarias. Una ayuda extra como la anunciada por el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, tiene un fin que, al Gobierno nacional, le viene de perillas en la previa de las elecciones de medio turno del domingo 26: potenciar el poder de fuego del Banco Central.
Bessent dio la orden para que la gestión del presidente Donald Trump siga comprando pesos argentinos, como una manera de contribuir a la causa de Milei. En la rueda de ayer, se negociaron U$S 845 millones entre los dólares spot y MEP en el Mercado Abierto Electrónico (MAE), el mayor volumen desde el 29 de septiembre, en pleno auge de la liquidación del agro bajo el régimen de retenciones nulas.
Como si esto fuera poco, Bessent también reveló que trabaja junto al sector privado y fondos soberanos en una alianza que podría aportar una línea de crédito por U$S 20.000 millones adicionales al swap de monedas ya anunciado. Si el plan se concreta, el respaldo total alcanzaría los U$S 40.000 millones. Aunque ni el swap ni el crédito incrementarían las reservas netas del BCRA, sí potenciarían de forma notable su poder de fuego. Con reservas líquidas estimadas en U$S 18.820 millones, estas ascenderían a U$S 38.820 millones con el swap, y hasta U$S 58.820 millones si se suma la nueva línea, indica un reporte de Portfolio Personal Inversiones (PPI).
Mientras los activos locales reaccionaron positivamente a las novedades, aunque con cautela, el tipo de cambio reaccionó al alza. Antes de los “anuncios”, el dólar se mantenía estable en torno a $ 1.360, similar al cierre del martes. Paradójicamente, tras confirmarse que el propio Tesoro estadounidense estaba detrás de la oferta de divisas, la demanda se reactivó con fuerza: el spot cerró en $ 1.380, un alza del 1,5% frente al valor del martes.
El dólar está relativamente tranquilo en la previa de los comicios parlamentarios. De esta manera, el sector privado va despejado el fantasma de la devaluación. El propio ministro de Economía, Luis Caputo, reafirmó que el escenario no es tal. “Realmente a esta altura encuentro casi arcaico a la gente que cree que la única forma en que Argentina puede ser competitiva es teniendo una moneda débil”, manifestó, vía videollamada, ante los empresarios que asistente al 61° Coloquio de IDEA que se desarrolla en Mar del Plata.
La economía no deja de ser el eje del debate nacional. El tenso cruce que se observó ayer durante la entrevista que el periodista Eduardo Feimann le hizo al presidente de la Nación es una clara muestra del reclamo general: los efectos de la macro no se perciben en la microeconomía, en la del bolsillo de la gente. "El 80% apenas si puede llegar a fin de mes y el 60%, 70% llega al día 20", expuso el periodista, para luego interroga a Milei acerca de cómo se le "pone plata a la gente". El jefe de Estado dio una explicación de manual. El ancla fiscal se logró a base de la no emisión de moneda, con la que las gestiones anteriores se financiaron a lo largo de los últimos años, poniendo al país en un déficit crónico. No puede emitir deuda, porque los mercados no le prestan a la Argentina. Tampoco puede incrementar los impuestos porque, política y económicamente, no es correcto más en tiempos electorales.
¿Entonces? "En la medida que se despeje el riesgo político, va a bajar el riesgo país y eso va a producir una fuerte expansión de la economía con muchas inversiones", respondió el Presidente.
El Centro de Analítica Económica y Empresarial de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica Argentina (UCA) viene publicando el Índice de Incertidumbre Económica UCA que dio cuenta del tercer mes consecutivo de incremento de ese indicador. El valor del índice de ese mes fue 62. Es decir, en promedio, por cada 10.000 palabras en mensajes económicos en canales argentinos de la plataforma YouTube, se detectaron 62 palabras vinculadas a incertidumbre.
El diagnóstico expone que las tres principales preocupaciones están referidas a política, inestabilidad económica y pobreza.
Las discusiones de política demostraron un incremento importante y alcanzaron el valor más alto pasando a constituir el 31% del total.
Las referencias a inestabilidad económica, es decir, menciones a la inflación y el dólar, se incrementaron en menor medida representado 25,5%. En este caso se observó un cambio en su composición hacia mayor importancia de las referencias a la dinámica cambiaria.
La tercera categoría más frecuente es pobreza constituyendo un 20,1% de las discusiones que manifiestan incertidumbre.
Durante septiembre, no obstante, hubo un combo que potenció el índice: el incremento en la volatilidad del mercado cambiario y las noticias de origen político relacionadas con las candidaturas y los resultados electorales. Ese es el escenario que quiere despejar Milei de cara a las elecciones que se realizarán dentro de 10 días. Mientras tanto, la economía argentina sigue mirando hacia el norte, para que llevan dólares e inversiones.







