.
Salir a caminar es una de las actividades más simples y accesibles para mantenerse activo, pero hacerlo a un ritmo rápido puede marcar una diferencia significativa para la salud. Así lo confirman dos investigaciones recientes realizadas en Estados Unidos y el Reino Unido, que destacan los beneficios de dedicar entre 15 y 30 minutos al día a caminar de manera enérgica.
Resultados que respaldan el hábito
El estudio liderado por la Universidad de Vanderbilt (EE.UU.) analizó los hábitos de 79.856 adultos de 12 estados, con un seguimiento promedio de casi 17 años. La conclusión fue clara: caminar a paso ligero al menos 15 minutos diarios reduce en casi un 20% el riesgo de muerte por cualquier causa, en comparación con quienes caminan lentamente durante más de 3 horas al día.
Los investigadores diferenciaron entre caminar lento —como pasear al perro o desplazarse en el trabajo— y caminar rápido, que implica un mayor esfuerzo cardiovascular, similar a subir escaleras o ejercitarse a buen ritmo. Según el análisis, este esfuerzo adicional sería clave para obtener los beneficios observados.
En el Reino Unido, la Universidad de Glasgow realizó un estudio con 420.925 personas del Biobanco británico, de las cuales 81.956 aportaron datos detallados sobre su velocidad de caminata. El seguimiento, de un promedio de 13 años, mostró que caminar rápido se asocia con un menor riesgo de desarrollar arritmias cardíacas, como la fibrilación auricular.
El estudio clasificó los ritmos en lento (menos de 5 km/h), promedio (5 a 6 km/h) y rápido (más de 6 km/h). El 41% de los participantes caminaba rápido, el 53% a velocidad promedio y el 6,5% de forma lenta. El aumento de la frecuencia cardíaca y la mejora de la circulación al caminar rápido fortalecen el corazón, reducen la inflamación y mejoran factores metabólicos vinculados a la aparición de arritmias.
Beneficios que van más allá del corazón
Caminar no solo fortalece el sistema cardiovascular. También mejora la circulación, tonifica músculos y huesos, ayuda a controlar el peso y disminuye el riesgo de enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, hipertensión y problemas cardíacos. A nivel mental, reduce el estrés, mejora la memoria y potencia las funciones cognitivas.
Los especialistas recomiendan caminar al menos 30 minutos diarios, cinco días a la semana. Sin embargo, remarcan que el ritmo es tan importante como el tiempo: 20 a 30 minutos a paso rápido son suficientes para obtener beneficios significativos en la salud cardiovascular y la longevidad.
Adoptar el hábito de caminar a mayor velocidad es una decisión sencilla y accesible que puede traducirse en un corazón más fuerte y más años de vida saludable.







