El laurel es una planta con múltiples funciones en diferentes aspectos de la vida cotidiana que van mucho más allá del condimentar comidas. Más allá de su delicioso sabor y aroma, en muchas culturas lo consideran un objeto poderoso con tendencias a la buena fortuna y poderes de protección.
Existe un ritual para realizar en el mes de agosto con el fin de obtener fortuna, dinero y bien estar. Según algunas creencias el humo del laurel hace que las manifestaciones sean escuchadas debido a que da una señal más intensa al universo.
Por qué el Feng Shui recomienda el ritual con laurel durante agosto
Aunque se trata de una práctica simbólica, el Feng Shui sostiene que el verdadero poder del ritual reside en la energía que se le imprime a través de las intenciones. Más allá del acto de encender hojas o realizar gestos específicos, lo esencial es enfocarse en lo que se quiere transformar o atraer. Por eso, se recomienda preparar el espacio con calma, respirar profundamente y conectar con uno mismo antes de comenzar. Este enfoque consciente permite canalizar la energía de forma más efectiva hacia las metas personales.
Previo a prender las hojas, se sugiere reflexionar sobre los deseos, formularlos con claridad y visualizar los resultados que se esperan alcanzar. A su vez, se considera fundamental incorporar un momento de agradecimiento, reconociendo tanto lo que ya se tiene como lo que está por venir. Esta actitud de gratitud fortalece la vibración positiva del ritual y abre el camino para recibir abundancia. En definitiva, no se trata solo de un gesto simbólico, sino de una práctica de enfoque y conexión interior.
Paso a paso: cómo hacer el ritual del laurel en agosto
-Elegí hojas de laurel secas y en buen estado.
-Escribí en cada hoja una palabra relacionada con el dinero (por ejemplo: “abundancia”, “prosperidad” o “éxito”).
-Colocá las hojas en un recipiente resistente al fuego.
-Encendelas con cuidado y dejá que el humo se disperse por el ambiente.
-Mientras se queman, visualizá el dinero fluyendo hacia tu vida y agradecé como si ya lo hubieras recibido.








