Decepcionados: ¿el ausentismo electoral será clave en las elecciones de octubre?

Entre los votantes se impone la sensación que el voto “no cambia nada”. La impronta del Gobierno en la contienda será determinante.

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La apatía electoral fue el rasgo significativo que hasta aquí reflejaron las elecciones de medio término que se realizaron en distintas provincias del país. De cara a los próximos comicios de octubre, todo hace presumir que el protagonista electoral será, una vez más, el sujeto desmovilizado.

A partir de encuestas nacionales e informes que pronostican qué puede llegar a suceder en poco más de tres meses se revela que quienes no están yendo a votar son los decepcionados de la democracia, porque sienten que su voto no modificará una realidad que perciben, desde hace mucho tiempo, en deterioro. Como consecuencia de ese escenario, advierten que los espacios que pueden beneficiarse de esto son los que logren movilizar a un núcleo duro de adherentes que orille al 30% de los que sí votan.

Así, por ejemplo, un estudio de Innova OP, en las ciudades de Rosario y Santa Fe demostró una coincidencia. La consultora analizó los sentimientos de los ciudadanos hacia la democracia antes de la elección local: más del 60% respondió que las elecciones no modificarían su día a día. Y así fue como en la provincia hubo un récord histórico de baja participación: votó sólo el 52% del padrón. Y los que menos fueron a votar fueron los jóvenes de entre 20 y 30 años.

En el mes de mayo, el doctor en Ciencia Política Marcelo Cavarozzi visitó Tucumán para participar de una actividad organizada por la Fundación Federalismo y Libertad y allí expuso su mirada sobre “la baja intensidad” que atraviesan los sistemas democráticos en distintos puntos del mundo. “Ante esa baja intensidad preocupa hacia dónde va la democracia. A pesar de todo esto, sin embargo, yo creo que una de las virtudes que se dan en prácticamente todos los países es que la democracia, en el sentido de dar la posibilidad de elegir a las ciudadanías, está funcionando. El asunto que nos falta es que los funcionamientos institucionales de la democracia sean efectivamente utilizados para mejorar el bienestar de la ciudadanía”, puntualizó.

Entender el fenómeno

Para el Director de Desarrollo Institucional en Fundación León, Julio Picabea, es importante mirar en términos generales qué es lo que está pasando a nivel occidental con la democracia porque evidentemente la democracia se está reconfigurando, y eso se debe a cambios de paradigmas. “Si vos te parás en el Siglo XX, te encontrás con que a lo largo de ese periodo había una fuerte presencia de las organizaciones intermedias, que son los partidos políticos, los sindicatos, las organizaciones sociales, y hasta la televisión, como otro tipo de organización, que actuaban como guardianes del sistema”, indicó el consultor. Y precisó que esas entidades actuaron como un filtro de contención, “moderando y ordenando la discusión pública”.

Después de esto, el nacimiento y auge de las redes sociales, en el Siglo XXI, provocó un cambio de paradigma a partir del quiebre que genera la desaparición de la necesidad de la intermediación y la posibilidad de “establecer un vínculo más directo entre la ciudadanía y el representante político o entre el representado y el representante”.

“Ahí, hay un punto de quiebre y eso se viene notando en cómo rápidamente los gobiernos electos pierden apoyos. Ante esos cambios de paradigma en occidente, la democracia se está reconfigurando y en esa reconfiguración las demandas ciudadanas van a una velocidad diferente a los de la política y a los de las respuestas de la política, lo que evidencia falta de capacidad de adaptación a los nuevos tiempos y genera un aumento del desencanto”, relató.

Independientemente de la mirada global, para Picabea, la particularidad de Argentina radica en sus potencialidades, en términos de que se trata de una Nación rica en recursos naturales y con una vasta extensión geográfica, pero que nunca pudo traducir eso en términos de desarrollo humano y económico. “Esta es la cuestión particular de Argentina y esa frustración se manifiesta en descontento y alejamiento de la ciudadanía con respecto a la política, sobre todo a los partidos tradicionales que gobernaron el país desde el retorno de la democracia, y que lo vimos expresado, claramente, en el voto a Javier Milei, viniendo por afuera de la política tradicional”.

Ante esta particularidad de la administración libertaria, el especialista sostuvo que el oficialismo nacional lee muy bien “que las sociedades se van renovando y los electores van cambiando” y que el 40% del electorado nacional tiene menos de 35 años, son nativos digitales, y direccionan su mensaje hacia ese seguimiento etario.

¿Mismo escenario?

Aunque todavía reste tiempo en el calendario para la llegada de octubre, algunos estudios y sondeos de opinión empezaron a percibir que los votantes de Tucumán no están al margen de los escenarios observados en otras jurisdicciones del país. Esos trabajos, realizados en algunos municipios de la provincia, reflejan que solo un 30 o 35% de los consultados reconocen “tener ganas de ir a votar”, pero por afuera de este “núcleo cívico” las opiniones son diametralmente opuestas y se argumentan en el “poco o nulo cambio” que genera la oportunidad de sufragar.

En diálogo con LA GACETA, el licenciado en Ciencias Políticas Patricio Adorno se refirió a esta situación y aseveró que la apatía electoral está dada por el “sentido de intrascendencia” en el que se ve que solamente concurren a las urnas los núcleos duros los núcleos duros politizados de la sociedad. “Es lo que pasó en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), que ha sido una elección de aparatos más que de más que de espontaneidad, y el único que creo que ahí ha capitalizado espontaneidad, y me parece que tiene que ver con lo que el propio Osvaldo Jaldo plantea, digamos, de ser él el que encabece con todos los riesgos que eso conlleva. Es la necesidad de una figura política que traccione, de un líder, de un carisma que motive ir a apoyar a esa persona, porque en el fondo creo que sigue predominando la sensación de que nada va a cambiar, que es intrascendente”, apuntó.

Para el docente universitario y socio de la consultora Meraki también será importante la adhesión o rechazo que genere en el proceso el cambio del sistema de votación, entendiendo que la reforma parlamentaria se hará a través de Boleta Única Papel (BUP). “Cuando efectivamente empiece ese proceso vamos a empezar a ver como se instala el clima electoral y el clima de competencia. Mientras tanto, creo que hasta la propia política no quiere que este clima prospere”, agregó.

Puntualmente, sobre lo que puede ocurrir el día de la elección y la participación del electorado tucumano, Adorno precisó que eso dependerá, particularmente, de la intensidad con la que el gobierno provincial afronte la campaña. “Si vemos un gobierno provincial que sale a encarar esta elección como si fuera una elección provincial, probablemente la participación no sea mucho menor de lo que hemos visto en oportunidades anteriores. Ahora, si el gobierno provincial elige tener una actitud un poco más pasiva, probablemente estemos en un escenario mucho más parecido al resto de las provincias. Tampoco sabemos cómo va a encarar el Gobierno nacional la campaña porque su actitud también puede ser determinante, con la intención o no, de instalar la marca de La Libertad Avanza”, detalló.

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