Foto: Osvaldo Ripoll - LA GACETA
Huirapuca y Los Tarcos protagonizaron un auténtico partidazo en el debut de ambos equipos en el Torneo Regional del NOA A, y ofrecieron un espectáculo digno de una instancia decisiva, a pesar de tratarse apenas de la primera fecha. Fue un duelo cargado de emociones, resultados cambiantes, tries de alto calibre y un marco imponente en La Perla del Sur, que vivió una jornada inolvidable. Pero más allá del resultado, el foco de la tarde estuvo puesto en el regreso de un hijo pródigo: Matías Orlando volvió a vestir la camiseta de Huirapuca tras diez años de carrera en el rugby profesional y fue recibido con una ovación por parte de su gente. El ex Pumas volvió a casa y el ambiente fue inmejorable; para suerte de “Tostao”, terminó con una victoria agónica y muy festejada.
Con todo ese contexto emocional, el partido comenzó con un ritmo altísimo. A los dos minutos de juego, Los Tarcos sorprendió con una jugada rápida que encontró mal parada a la defensa local, y Santiago Chico fue el encargado de inaugurar el marcador con un try tras correr desde mitad de cancha, casi sin oposición. Sin embargo, el festejo duró poco: Huirapuca respondió de inmediato con una jugada colectiva rápida y precisa, que encontró a Matías Pelegrina como el más veloz para quebrar la defensa rival y apoyar. La conversión de Molinuevo puso al local arriba por 7-5, y a partir de allí se desató un ida y vuelta vertiginoso.
Zalduendo y Molinuevo intercambiaron penales en un tramo de juego dominado por el juego táctico y el aprovechamiento de las infracciones. La precisión con el pie se volvió clave en los primeros veinte minutos, donde los equipos alternaron el liderazgo en el marcador en varias ocasiones. Cada infracción era una oportunidad para sumar, y los pateadores no fallaban. A los 20, Molinuevo volvió a poner a Huirapuca arriba por 13-11, y en ese momento los locales empezaron a tomar el control del ritmo del partido.
Fue en el minuto 29 cuando llegó una de las jugadas más celebradas por el público: un maul perfectamente ejecutado por el pack local terminó con un nuevo try, y Molinuevo sumó dos más para estirar a 20-11. Parecía que Huirapuca comenzaba a despegarse, pero Los Tarcos, fiel a su historia, nunca se entregó. Pese a que Zalduendo falló un penal que podría haberlos acercado, el visitante reaccionó con un nuevo try a través de Pablo Lazarte, tras otra buena jugada desde el line. Esta vez la conversión no entró, y el marcador quedó 20-16.
La respuesta inmediata de Huirapuca fue un golpe de autoridad. Apenas un minuto después, Juan Herrera se inventó un pase de fantasía que rompió la defensa y dejó a Molina en posición de try. La conversión de Molinuevo amplió la ventaja a 27-16. Pero el frenesí no terminaba: en la siguiente jugada, Ignacio Fernández culminó un buen movimiento colectivo y, con la conversión de Zalduendo, dejó el parcial 27-23 antes del entretiempo.
El segundo tiempo fue mucho más trabado y físico, con defensas cerradas y escasos espacios para correr. Molinuevo volvió a aparecer con el pie a los 13 minutos para estirar la diferencia a 30-23, pero Los Tarcos se mantuvo en partido con otro penal de Zalduendo. A los 23 minutos, llegó el momento más controversial del encuentro: Matías Orlando, en su regreso al club, fue sancionado con tarjeta amarilla por un tackle alto sobre Chico. Una jugada que generó murmullos en el público local, que entendió el rigor de la sanción, aunque lamentó que su referente dejara el equipo con uno menos en un tramo caliente del partido.
Huirapuca sintió el golpe y Los Tarcos aprovechó la superioridad numérica: a los 23 minutos, Santiago Chico volvió a decir presente en el in-goal tras una jugada espectacular de Facundo Rodríguez Santillán, que rompió líneas, amagó y asistió a su compañero en el momento justo. Zalduendo convirtió (previamente había acertado a los palos) y, por primera vez en el segundo tiempo, Los Tarcos pasó al frente: 33-30.
Como si fuera poco, Huirapuca se quedó también sin Benjamin Garrido, que vio la amarilla tras un golpe sin pelota. La acción pudo haber sido sancionada con roja directa, pero los jueces no advirtieron el golpe y sancionaron con amarilla, el local quedó con dos hombres menos durante algunos minutos, en el peor momento del encuentro.
Sin embargo, fue en la adversidad donde Huirapuca mostró su temple. Con el corazón, el empuje del público el equipo de Concepción fue al frente con todo. A los 37, en un nuevo maul profundo desde el line, Alan Scharf apoyó el try que cambió la historia. La conversión de Molinuevo, siempre seguro, dejó el marcador 37-33.
Los últimos minutos fueron de tensión máxima. Con uno menos y contra un rival que atacó con decisión hasta el final, Huirapuca defendió cada centímetro del campo con uñas y dientes. El pitazo final desató el festejo en La Perla del Sur: fue un triunfo con sabor especial, por el marco, por el rival, por el regreso de Orlando y por la forma heroica en que se consiguió.
Así, Huirapuca arrancó el Torneo Regional A con una victoria resonante. Tenía que ganar de local y lo hizo. El regreso de Matías Orlando, más allá de la amarilla, dejó claro que su sola presencia potencia a los suyos. El camino recién comienza, pero Huira ya dio el primer gran paso.







