Una intervención médica de emergencia permitió salvar la vida de una recién nacida luego de que su madre, embarazada, sufriera un grave accidente de tránsito en Tucumán. La rápida coordinación entre hospitales, el traslado neonatal y una cesárea de urgencia fueron clave en una operación de altísima complejidad.
El hecho se desencadenó tras un siniestro vial que dejó en estado crítico a una mujer embarazada. Fue trasladada al Hospital Padilla, donde se resolvió practicarle una cesárea de urgencia mientras se organizaba en simultáneo una intervención neuroquirúrgica.
Durante esos minutos decisivos, se activó el protocolo de emergencia para el traslado neonatal. Una ambulancia equipada como terapia intensiva móvil se encargó de asistir a la bebé apenas nacida. El operativo fue liderado por la médica Patricia Villagra, de la Dirección General de Gestión Sanitaria, junto a un equipo especializado compuesto por enfermeros, médicos y choferes, quienes actuaron con precisión durante todo el procedimiento.
La recién nacida fue intubada, recibió surfactante para maduración pulmonar, se le canalizó una vía umbilical, y fue derivada en condiciones estables a la Maternidad, donde ya aguardaba otro equipo médico.
“Somos un eslabón primordial en la cadena de atención. Esta ambulancia está equipada para actuar en el minuto esencial para el neonato. Ese ‘minuto de oro’ puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, explicó Villagra.
El operativo puso de relieve la importancia de contar con unidades móviles adecuadamente equipadas y con personal capacitado para responder ante emergencias de este tipo. Gracias a esta respuesta coordinada, la bebé logró superar una situación de altísimo riesgo.






