OTROS TIEMPOS. Trump aparece en numerosas fotos y videos junto a Epstein y su novia, Ghislaine Maxuell
WASHINGTON, Estados Unidos.- La percepción de falta de transparencia en las investigaciones judiciales sobre el delincuente sexual Jeffrey Epstein ha creado una brecha entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su base.
Trump intenta apaciguar a sus simpatizantes, parte de ellos proclives a las teorías de la conspiración, que incluyen el mito de que el republicano es el único que lucha contra un supuesto “Estado profundo” que promueve la pedofilia y el tráfico de menores. Ahora, al poner a Trump como sospechoso de haber participado de las fiestas sexuales con menores que organizaba Epstein, se ha desatado la furia entre los propios y ajenos.
Orígenes
Epstein, un rico financista estadounidense, fue acusado por primera vez en 2006 después de que los padres de una adolescente de 14 años informaran a la policía que él había agredido sexualmente a su hija en su residencia en Florida. Evitó cargos federales, que podrían haberle valido cadena perpetua, gracias a un acuerdo judicial polémico con los fiscales. Cumplió una condena de menos de 13 meses.
En julio de 2019, fue arrestado otra vez en Nueva York e imputado por tráfico sexual de decenas de adolescentes, con las cuales habría tenido relaciones sexuales a cambio de dinero.
El 10 de agosto de 2019, cuando estaba en prisión preventiva en espera de juicio, fue hallado muerto en su celda. Las autoridades concluyeron que fue un suicidio por ahorcamiento.
Un juicio contra su ex novia Ghislaine Maxwell, condenada en 2022 por haber ayudado a Epstein a abusar de jóvenes, ha puesto de relieve los vínculos del financista con personalidades como el príncipe Andrés del Reino Unido y el ex presidente estadounidense Bill Clinton.
Teorías conspirativas
Muchos estadounidenses creen que las autoridades ocultan elementos del caso para proteger a las élites que habrían estado vinculadas con él, incluido Donald Trump. Las sospechas calan hondo en el movimiento “Haz que Estados Unidos vuelva a ser grande otra vez” (MAGA) lanzado por el presidente. Los pedidos de más transparencia trascienden divisiones políticas.
La teoría central de esta supuesta conspiración se basa en la presunta existencia de una lista de clientes implicados en delitos sexuales junto a Epstein. La administración de Trump afirma ahora que tal lista nunca existió.
Los escépticos sospechan de las circunstancias de la muerte de Epstein. Hubo irregularidades la noche del fallecimiento, por ejemplo: las cámaras de vigilancia cerca de su celda funcionaron mal y hay más de un minuto de grabación perdido.
Vínculos envenenados
Trump, cercano a Epstein en la época en que era magnate inmobiliario en Nueva York, como lo atestiguan videos y fotos, ha declarado, durante su última campaña presidencial, que en caso de volver al poder no tendría “ningún problema” en divulgar la supuesta lista de clientes, aunque dejó entrever que dudaba de su existencia.
Pero desde que regresó a la Casa Blanca parte de sus partidarios están decepcionados porque consideran que ha incumplido su promesa. Él mismo se vio atrapado en estas teorías después de que su antiguo asesor Elon Musk afirmara en junio, en un mensaje que desde entonces ha sido eliminado en la red X, que Trump figura “en el expediente Epstein”.
Una serie de documentos publicados en febrero para supuestamente esclarecer el caso no aportaron muchos elementos nuevos. Además un video de casi 11 horas difundido este mes para refutar las sospechas de asesinato no convenció.
Las imágenes muestran parte de la prisión de Nueva York donde Epstein murió, pero parece faltar un minuto de la secuencia, lo cual alimentó aún más las especulaciones.
Un memorando publicado la semana pasada por el Departamento de Justicia y la policía federal (FBI) que afirma que el “expediente Epstein” no contiene ninguna prueba que justifique una investigación adicional provocó una reacción enérgica.
¿Qué pasará ahora?
Trump intenta mantener un equilibrio complicado: por un lado dice apoyar la publicación de cualquier documento “creíble” relacionado con el caso Epstein pero califica el expediente de “bastante aburrido”. Esta vez el presidente parece impotente para amainar la creciente agitación de sus bases.









