¿Accidente o crimen?: las claves no resueltas en la muerte de Carlos Menem Jr.
El 15 de marzo de 1995, Argentina amaneció con una noticia que sacudió al país: Carlos Facundo Menem, hijo del entonces presidente Carlos Menem, murió al estrellarse el helicóptero en el que viajaba junto a su amigo, el piloto y cantante Silvio Oltra, a la altura del kilómetro 211,5 de la Ruta 9, cerca de Ramallo, provincia de Buenos Aires. Desde entonces, el caso ha oscilado entre la explicación oficial de un accidente y la persistente hipótesis de un atentado.
La versión oficial: imprudencia y fatalidad
De acuerdo con la investigación inicial encabezada por el juez federal Carlos Villafuerte Ruzo y con el respaldo de la Fuerza Aérea, el helicóptero Bell 206 Jet Ranger, propiedad de Emir Yoma —tío de Carlos Jr.—, impactó contra cables de media tensión mientras volaba a muy baja altura. Más de 50 testigos coincidieron en que el vuelo fue temerario, manteniendo una trayectoria peligrosa por más de 100 kilómetros.
El informe oficial descartó fallas mecánicas o condiciones climáticas adversas. Las pericias concluyeron que Menem Jr. pilotaba de forma imprudente y que eso provocó el accidente. El caso fue archivado en 1998.
La hipótesis del atentado: una historia de silencios, muertes y sospechas
Desde el inicio, Zulema Yoma, madre del joven, rechazó la versión oficial. Afirmó que su hijo fue asesinado y sostuvo que fue víctima de un atentado vinculado a intereses geopolíticos, narcotráfico y represalias políticas. En 2016, incluso el propio expresidente Carlos Menem cambió su postura y presentó un escrito ante la Justicia en el que aseguró que su hijo había sido asesinado en un atentado, aunque se amparó en el "secreto de Estado" para no revelar nombres ni detalles.
Uno de los puntos más controvertidos fue la destrucción de los restos del helicóptero antes de que se realizaran pericias completas. El juez Eduardo Alomar, quien instruyó inicialmente la causa, devolvió la aeronave a Emir Yoma para iniciar el trámite del seguro, lo que derivó en su desguace y pérdida parcial de piezas claves.
Años más tarde, una pericia de Gendarmería Nacional detectó perforaciones e irregularidades compatibles con impactos de proyectiles. Sin embargo, la ausencia de una cadena de custodia válida impidió establecer si los impactos ocurrieron antes o después de la caída.
Un entorno rodeado de muertes inexplicables
Lo que alimenta aún más las sospechas son las muertes en extrañas circunstancias de al menos 15 personas vinculadas al caso, entre ellos peritos, testigos, policías y hasta un médico que fue el primero en llegar al lugar del siniestro. Todos ellos fallecieron en episodios violentos, accidentes dudosos o tras recibir amenazas.
Entre los más resonantes se encuentran:
Lorenzo Siri, cuidador del campo donde cayó el helicóptero, atropellado un mes después del accidente.
Miguel Luckow, perito de la Fuerza Aérea, asesinado a balazos en la puerta de su casa.
José Luis Mancini, experto de Gendarmería, cuyo hermano fue atacado tras negarse a encubrir pruebas.
Rodolfo Cortese, presunto poseedor de un audio clave con la voz de Menem Jr., fallecido en circunstancias poco claras y cremado sin autorización familiar.
¿Relación con el narcotráfico y Pablo Escobar?
En 2014, Virginia Vallejo, examante de Pablo Escobar, sumó una explosiva declaración desde Miami: aseguró que el hijo del presidente fue asesinado por deudas y traiciones vinculadas al narcotráfico, luego de que Menem autorizara el ingreso de la familia de Escobar a la Argentina y, supuestamente, se apropiara de parte de su fortuna. Según su relato, "el helicóptero no se cayó, lo estallaron".
La Justicia insiste: fue un accidente
Pese a los giros del caso, la Justicia ha rechazado sistemáticamente la hipótesis del atentado. Las declaraciones de Zulema Yoma no pudieron ser respaldadas con pruebas fehacientes. No hubo testigos que oyeran disparos ni movimientos sospechosos. Las pericias oficiales descartaron impactos de bala en el cuerpo del joven y en los restos del helicóptero preservados.
Incluso la exhumación del cuerpo en 2017 confirmó científicamente que los restos eran de Carlos Menem Jr., descartando versiones sobre una posible sustitución.
Una herida abierta
A casi 30 años del trágico episodio, la causa sigue formalmente abierta, aunque sin avances significativos. La intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) permitió reactivar momentáneamente la investigación, pero los tribunales argentinos volvieron a rechazar los planteos por falta de pruebas.
Zulema Yoma, inquebrantable, sostiene: “Fue un atentado y todos lo saben”.
La Justicia, en cambio, se mantiene firme en su dictamen: “Fue un accidente”.










