Los impuestos indirectos quedaron bajo la lupa de la reforma fiscal

Para tocar los impuestos se requiere de un consenso amplio. De otra manera, sólo serían cambios parciales, advierte el Iaraf.

CARGA TRIBUTARIA. Los impuestos indirectos participan con el 63% de la presión tributaria efectiva conjunta entre Nación y las provincias. CARGA TRIBUTARIA. Los impuestos indirectos participan con el 63% de la presión tributaria efectiva conjunta entre Nación y las provincias.

El peso de los impuestos indirectos es cada vez más importante en la Argentina. A mayor presencia de tributos indirectos, mayor es la regresividad, ya que los sectores de menor poder adquisitivo, al consumir una mayor parte de sus ingresos, terminan pagando una mayor proporción de sus ingresos en impuestos. Este aspecto de la incidencia de la tributación en las distintas capas sociales es un aspecto en permanente discusión en muchos países del mundo, indica un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).

Cada vez que se piensa en una reforma tributaria, surge esta discusión central, relacionada con la dirección que tome una nueva estructura tributaria. Los impuestos indirectos participan con el 63% de la presión tributaria efectiva conjunta de nación y provincias, puntualiza el diagnóstico privado, que analizó el comportamiento de esa carga en los últimos 28 años.

El reporte, dirigido por el economista cordobés Nadin Argañaraz, señala que, en la primera parte del periodo bajo análisis la participación de la tributación directa estuvo en alrededor del 40%, mientras que la tributación indirecta participaba con el 60% restante. Luego, entre 2002 y 2015, la participación de la tributación directa fue creciendo. El punto máximo de participación de la presión tributaria efectiva directa se dio en 2015, con una participación del 46%. “En los años posteriores la baja de la presión tributaria efectiva de 31,1% del PBI al 27,4% del PBI se dio principalmente por un descenso de la tributación directa. El descenso de presión tributaria directa entre 2015 y 2024 fue de 4 puntos porcentuales del PBI, con lo cual, su participación bajo del 46% al 37,4%” revela el trabajo. La contracara es que la participación de la presión tributaria indirecta se encuentra cerca de su nivel máximo, con una participación del 62,6%.

El Iaraf considera importante medir cuánto de la suba de la presión tributaria efectiva argentina registrada entre el periodo 1997-2002 y el periodo 2023-2024 se originó en tributos directos e indirectos. En efecto, puede apreciarse que de los 8,5 puntos porcentuales del PBI que aumentó la presión tributaria consolidada, 5,7 puntos porcentuales están explicados por la tributación indirecta y 2,8 puntos porcentuales por la tributación directa. “Es decir que el 67% de la suba de la presión tributaria estuvo originada en tributos indirectos, quedando el 33% restante en manos de los tributos directos”, explica.

El gobierno nacional quiere avanzar en una baja de la carga tributaria, a partir de una disminución del peso relativo del gasto público. Dada una suba real de recaudación similar a la del PBI, se pretende destinar solamente una parte a la suba real del gasto y con el excedente bajar impuestos.

A partir de este diagnóstico, el Iaraf apunta acerca de una de las patas de las reformas estructurales que el gobierno del presidente Javier Milei quiere avanzar: la impositiva. Desde esa orientación, IVA e Ingresos Brutos quedaron bajo la lupa del Poder Ejecutivo, con la idea de convertirlos en un “SúperIVA”.

La discusión es qué mezcla de impuestos se bajará, sostiene el Iaraf. Hay cuestiones de eficiencia y equidad desde el punto de vista tributario, y cuestiones de distribución de recaudación entre niveles de gobierno. Los conflictos de objetivos son varios. Habrá que ver si los distintos actores logran el consenso necesario detrás de una reforma, o se terminan dando acciones parciales que diluyen la posibilidad de una reforma tributaria socialmente sostenible. Para este año, según lo previsto en el Proyecto de Presupuesto, el gobierno nacional anticipa que va a aumentar la participación de la presión tributaria directa, impulsada por una mejora en la recaudación de aportes y contribuciones a la seguridad social, así como del impuesto a las ganancias. Además, se proyecta una menor participación de los tributos indirectos como consecuencia de la eliminación del impuesto PAIS y de una caída en la recaudación del IVA atribuida a factores de administración tributaria. Al finalizar el año, habrá que ver cómo quedan los porcentajes de participación, pero el desafío de aumentar la progresividad de la estructura tributaria seguirá plenamente vigente. Dado que el camino que el gobierno nacional quiere seguir es el de una baja de tributos, habría que empezar por los indirectos, finaliza.

Directos e indirectos: el impacto en el consumidor

Los tributos directos son aquellos que gravan manifestaciones inmediatas de capacidad contributiva, como, por ejemplo, Ganancias o el Inmobiliario provincial. Este tipo de tributo es de difícil traslado hacia los consumidores. Como contrapartida, se encuentran los tributos indirectos. Un ejemplo de esto son los impuestos asociados al consumo, como el IVA o Ingresos Brutos. Este tipo de tributo se traslada con mayor facilidad al consumidor final.

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