La Voz Argentina volvió a emocionar a millones de espectadores en su tercera emisión por la pantalla de Telefe. Esta vez, uno de los momentos más destacados del programa lo protagonizó Nicolás Cantellanos, un joven cantante que no solo deslumbró con su voz, sino que también conmovió con su historia personal de lucha y revancha.
Nicolás fue el primer participante en subirse al escenario la noche del miércoles 26 de junio. Su interpretación de “Una mirada”, el exitoso tema de la banda pop Mambrú, logró que dos coaches giraran sus sillas: Soledad Pastorutti y Luck Ra. Ambos se disputaron con entusiasmo la posibilidad de sumar al joven a sus equipos.
Antes de cantar, Nicolás se presentó ante el público: confesó que es fanático de Los Piojos, que tiene una banda de rock y otra de cumbia, y que llegar al escenario de La Voz ya era para él un gran logro. Luego de su poderosa interpretación, visiblemente emocionado, expresó: “Ya caigo, dame dos segunditos”, ante los aplausos y halagos del jurado.
Luck Ra, uno de los nuevos coaches del ciclo, fue el primero en elogiarlo: “Qué vozarrón, hermano, eh… ¿Te lo dijeron alguna vez? Supongo que sí… Yo te lo estoy diciendo en este preciso momento, y toda la gente que está acá también, porque les encantó”.
Pero el momento más emotivo llegó cuando el cantante cordobés le preguntó cómo se sentía al estar en un escenario tan importante. Fue entonces cuando Nicolás compartió su historia: “Es la segunda vez que hago el casting. Hace muchos años lo hice y no quedé. Hoy fue una revancha”, dijo conmovido.
Ale Sergi quiso saber más: “¿Por qué creés que no quedaste esa vez?”, preguntó. A lo que el participante respondió: “Canté otro tema de Mambrú y me fue muy mal”. La anécdota no solo despertó la risa del jurado, sino también la admiración por su perseverancia.
Finalmente, Nicolás eligió formar parte del equipo de Luck Ra, quien celebró su incorporación con entusiasmo. Así, el joven avanzó a la siguiente etapa del certamen, cargado de ilusiones y con el corazón lleno por haber cumplido una meta personal que lo acompañaba desde hacía años.







