¿Quién fue Graciela Fernández?: la argentina que marcó la vida de Chespirito y murió en el anonimato

¿Quién fue esta mujer que acompañó a Chespirito durante sus años de ascenso y éxito? ¿Qué fue de ella tras el divorcio? Conocé más en esta nota.

¿Quién fue Graciela Fernández?: la argentina que marcó la vida de Chespirito y murió en el anonimato ¿Quién fue Graciela Fernández?: la argentina que marcó la vida de Chespirito y murió en el anonimato
06 Junio 2025

Con el reciente estreno de la serie Chespirito: Sin querer queriendo en la plataforma Max, el interés por la vida personal del icónico comediante mexicano Roberto Gómez Bolaños resurgió con fuerza. Además de revivir a personajes entrañables como El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado, la producción también pone el foco en figuras clave de su vida privada, como Graciela Fernández, su primera esposa y madre de sus seis hijos.

Interpretada por la actriz Paulina Dávila, Graciela Fernández vuelve a ser parte de la conversación pública. ¿Quién fue esta mujer que acompañó a Chespirito durante sus años de ascenso y éxito? ¿Qué fue de ella tras el divorcio? A continuación, un repaso por su historia y legado.

Un amor juvenil que marcó la vida de Chespirito

Graciela Fernández era de origen argentino. Conoció a Roberto Gómez Bolaños cuando tenía solo 15 años y él 22. Su romance, que comenzó en la juventud, desembocó en matrimonio en 1968 y duró más de dos décadas. Juntos tuvieron seis hijos: Roberto, Marcela, Graciela, Teresa, Paulina y Cecilia.

Durante los años de gloria de Chespirito, Graciela fue mucho más que la esposa del comediante: fue una compañera constante en sus giras y grabaciones, una madre dedicada y una pieza fundamental en el equilibrio familiar. Incluso se le atribuye la confección del famoso traje de El Chapulín Colorado, detalle que revela su cercanía al proceso creativo de su esposo.

¿Quién fue Graciela Fernández?: la argentina que marcó la vida de Chespirito y murió en el anonimato

Una separación marcada por la polémica

La relación entre Graciela y Roberto comenzó a deteriorarse en los años 80, cuando surgieron rumores de una relación entre el comediante y su compañera de elenco, Florinda Meza. Aunque el vínculo con Meza se mantuvo en secreto durante un tiempo, finalmente se hizo público y culminó en el divorcio entre Graciela y Chespirito en 1989.

En entrevistas posteriores, Florinda Meza admitió que Gómez Bolaños era un “seductor nato” y reconoció que su relación con él causó dolor en Graciela. Por su parte, el hijo del comediante, Roberto Gómez Fernández, contó que su madre “tomó muy mal” la separación, aunque considera que hubiese reaccionado del mismo modo sin importar quién fuera la nueva pareja.

Una vida de bajo perfil y un adiós en silencio

Tras la ruptura, Graciela Fernández decidió alejarse del mundo del espectáculo y mantuvo un perfil bajo. A diferencia de Florinda Meza, quien se convirtió en figura pública tras el matrimonio con Gómez Bolaños, Graciela optó por la privacidad. Nunca ofreció entrevistas ni declaraciones públicas sobre su exmarido ni sobre los personajes que lo hicieron famoso.

La muerte de Graciela ocurrió el 29 de agosto de 2013, a los 84 años, por causas que nunca fueron reveladas. Sus hijos confirmaron la noticia en redes sociales con emotivos mensajes. “Mamita, descansa en paz, te vamos a extrañar pero nos consuela saber que al fin estás bien”, escribió su hija Graciela. “Gracias, ma. Descansa en paz”, expresó Roberto Gómez Fernández.

Amigos y compañeros del elenco de Chespirito, como Edgar Vivar (El Señor Barriga) y Rubén Aguirre (El Profesor Jirafales), también enviaron sus condolencias, destacando su calidez humana.

El homenaje en la serie

En Chespirito: Sin querer queriendo, la figura de Graciela Fernández es presentada con una nueva perspectiva. Paulina Dávila, quien la interpreta, compartió que recibió cartas y recuerdos de las hijas de Graciela para poder construir su personaje. La describen como una mujer sensible, con sueños propios y un estilo particular, muy interesada en la moda.

La serie busca darle a Graciela el lugar que merece en la historia de Chespirito, no solo como madre de sus hijos y compañera de vida, sino como una figura esencial en los inicios de una de las carreras más emblemáticas del entretenimiento latinoamericano.

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