Futbolista, radiólogo en Ranchillos y futuro papá: la triple vida de un defensor tucumano

El defensor goleador de Central Norte, a sus 30 años, vive un presente de alta competencia y una expectativa única: la llegada de su primer hijo.

Futbolista, radiólogo en Ranchillos y futuro papá: la triple vida de un defensor tucumano LA GACETA / OSVALDO RIPOLL

En pocas semanas, la vida de Silvio Lescano Rodríguez, jugador de Central Norte dará un giro inolvidable con la llegada de su primer hijo. Lautaro es el nombre que junto a su pareja Erika le pondrá. El acontecimiento redefine su propósito y le inyecta una motivación extra a su ya destacada carrera futbolística. Ahora los pendientes cotidianos a equilibrar serán: hijo, trabajo y fútbol.

Como habitualmente se dice, en cuanto a lo futbolístico, no es muy necesario que Lautaro llegue “con el pan bajo el brazo”. Central norte va segundo con 16 puntos, junto a Atlético Tucumán a una sola unidad de Tucumán Central, el líder del grupo A. Lescano Rodríguez lo reconoce. “Lo planeado era jugar profesionalmente, pero más incluso”, dice el jugador “cuervo”. Cuando empezó a patear “la caprichosa”, soñaba con llegar a lo máximo como futbolista, pero hubo un capricho de la vida que lo obligó a recalcular. Siguió soñando, pero diferente. “Fue el peor momento de mi carrera. La lesión la tuve jugando para San Jorge en la cancha de Deportivo Aguilares. Me pegaron y estuve parado durante un año”, rememoró Lescano Rodríguez. Nunca es bueno lesionarse, pero el patadón que le quebró el peroné llegó en el peor momento, el más inoportuno. “Estaba por ir a Chacarita. Las pruebas ya estaban hechas y no pude volver”, lamentó el jugador “cuervo”.

Intervención quirúrgica de por medio, larga rehabilitación y un regreso consciente ya con el GPS de vida bien calibrado. Tan preciso lo ajustó que tuvo pasos por varios clubes del fútbol tucumano donde sigue construyendo una carrera exitosa y regular, aunque insiste que el plan era superior. Las camisetas de Argentinos del Norte, UTA, San Martín, Villa Mitre, Unión Aconquija, Tucumán Central y San Pablo fueron defendidas por Lescano Rodríguez.

Erika Farías, la pareja del futbolista, comparte con él la pasión por el fútbol y el deporte. Así que lo más probable es que el nuevo integrante de la familia tenga destino futbolero. “Si él quiere”, advirtió el futuro papá. Habrá tendencia hacia el balón redondo, pero no dirigida ni por papá ni por mamá. “Si quiere ser futbolista voy a acompañar y aconsejar”, asegura. Aunque aún no ha comprado nada para Lautaro, otros ya le han regalado indumentaria de fútbol y Silvio planea inculcarle el amor por el deporte.

La pasión por el fútbol de Silvio nació de la mano de su padre y hermanos. “Siempre quise jugar en Central Norte porque siempre me hablaron bien. Es un hermoso club y aproveché la oportunidad”, destaca sobre el “Cuervo” tucumano. A pesar de ser defensor, Silvio es un goleador habitual, buscando la red tanto de pelota parada como en jugadas individuales. “Siempre trato de llegar al gol”, comenta. La temporada pasada marcó seis goles, una cifra que espera superar y que es poco usual para un jugador que se desempeña en la línea de fondo, mucho más cerca que del arco propio que el ajeno.

Futbolista, radiólogo en Ranchillos y futuro papá: la triple vida de un defensor tucumano LA GACETA / OSVALDO RIPOLL

Además del fútbol, Silvio tiene una notable trayectoria en handball: fue campeón intercolegial tres veces con el colegio San Cayetano y representó dos veces a la provincia en Mar del Plata. “Me bajaba del ómnibus después de entrenar en UTA y me iba a handball”, recuerda sobre esa época de doble actividad deportiva que le dejó, además de bienestar físico, el corazón ocupado. “Fue precisamente  por el handball que conocí a Erika. Compartíamos entrenamientos en el equipo Wolfs. “Ella es talentosa: le pega con los dos pies”, destacó orgulloso sobre su pareja.

Fuera de la cancha, Lescano es Licenciado en Producción de Imágenes (Radiólogo), una profesión que eligió buscando “algo que sea corto y con salida laboral”. Su interés por los huesos, fracturas y esguinces, en fin, todo lo ligado a su experiencia en el fútbol, lo llevó a la radiología, carrera que comenzó a estudiar en 2013. Actualmente trabaja en el hospital de Ranchillos realizando estudios para diagnosticar fracturas o patologías.

Resiliencia y gloria

Uno de los momentos más duros en la carrera de Lescano fue la fractura de peroné que sufrió jugando para San Jorge contra Deportivo Aguilares. “Estaba ilusionado por el pase a Chacarita y no se pudo dar”, lamenta sobre la lesión que lo mantuvo parado por alrededor de un año. Sin embargo, su resiliencia lo impulsó a seguir adelante.

 Silvio guarda recuerdos imborrables de sus logros deportivos, como su debut en Primera a los 15 años con San Jorge y, especialmente, el campeonato con San Pablo. Ese título fue histórico para el club, que no había ganado corona alguna durante 94 años (desde 1929). Lescano Rodríguez fue clave en esa final porque pasará a la historia del club por haber marcado el primero de los dos goles que liberaron el grito que no se escuchaba desde hace casi 100 años. El defensor a los cuatro minutos tras un tiro de esquina, hizo el gol vital para el 1-0 tempranero ante La Florida. El recuerdo es inolvidable porque la final a partido único que se jugó en 2023 fue una auténtica fiesta: logísticamente fue impecable porque se habilitó el estadio de La Ciudadela, fueron simpatizantes de los dos equipos y el campeón festejó sin incidentes el título. La celebración fue emotiva para Lescano Rodríguez. “Corrí hacia la zona de plateas. Allí estaba mi propia hinchada. Me saqué la camiseta y se la di a mi abuelo Roberto, de 91 años, que también estaba muy emocionado”, relató el jugador que guarda esa imagen como un tesoro porque es la mejor que le quedó de su abuelo que falleció al poco tiempo.  

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