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La semana que pasó tuvo al menos un par de episodios teñidos de ignorancia. No tanto como carencia de datos sino de criterios de análisis.
Uno fue la noticia de que el canal Paka Paka transmitiría historias en dibujos animados con un giro rotundo comparando con las difundidas durante los gobiernos K. En vez de revisionismo histórico y ejes anticapitalistas, todo lo contrario, y hubo un fuerte rechazo a un supuesto adoctrinamiento, un kirchnerismo inverso. Pero lo principal no es eso. Cualquier proyecto educativo implica una posición política. Si se enseñará historia, definir quiénes serán héroes, quiénes villanos, o si no habrá tal claridad. Más burdo, ¿celebrar la independencia nacional no es una toma de posición ideológica? Siempre hay un sesgo, pero algo hay que enseñar y cuanto antes mejor pues el capital humano es esencial para el desarrollo.
Ahora, en el no confirmado “nuevo” Paka Paka habría cosas claramente acertadas. Por ejemplo, el origen monetario de la inflación expuesto en una entrevista (simulada) a Milton Friedman. O el fracaso del marxismo y todo su terrible costo en miseria y violaciones a los derechos humanos, consustanciales al sistema. Claro, hubo quienes atacaron los nuevos contenidos y ahí está la falta de criterios. Porque lo sostenido al menos en los ejemplos anteriores es correcto. Todo país, no importa qué tendencia tomara su gobierno, que adoptó la disciplina monetaria acabó con la inflación como fenómeno preocupante. Y en cuanto al comunismo, cualquier país que lo adoptó o se lo impusieron se atrasó. Perdió crecimiento económico, libertad política, nivel de vida de sus habitantes, y eso en el mejor de los casos (recordar Mao y Pol Pot). ¿Por qué todavía hay comunistas? Por falta de criterio analítico. Se insiste en comparar capitalismo real con marxismo ideal en vez de con comunismo real.
Si hubiera seriedad el punto no debería ser tanto qué enseñar sino cómo y cuándo. Por ejemplo, con un poco de sentido común puede verse que es imprescindible que haya educación financiera desde la juventud, así como que debe fomentarse el emprendedurismo. No hay desarrollo sin espíritu de empresa. Es otra enseñanza clara de la experiencia mundial. ¿Es una elección por el capitalismo? Sí. No quiere decir libertarianismo, ni siquiera liberalismo clásico. Son caminos del mundo moderno, de muy buenos resultados para contar con crecimiento sostenido. Claro que en todos los países hay buenos y malos gobiernos así como honestidad y corrupción. Pero los peores resultados surgen de la concentración de poder y el pisoteo a la propiedad privada. Con el capitalismo al menos hay chances de mejoras.
Tales conceptos no fueron desarrollados en otro debate mal encarado, el de las empanadas de Ricardo Darín. No importa si el actor tiene o no idea de los precios (es obvio que los pobres no consiguen comida donde compra él) sino la preocupación por lograr una reducción sostenida de la pobreza gracias a movilidad social ascendente y no sólo por la línea de pobreza del Indec.
Al respecto, lo primero es que salir de la situación negativa no es fácil ni rápido y menos cuando los responsables de haberla creado quieren volver al poder. Segundo, la experiencia mundial. Con diferentes enfoques y prioridades los países que se desarrollan lo hacen manteniendo prudencia fiscal y monetaria, respeto a la iniciativa privada, transparencia de gobierno y asunción de responsabilidades por las decisiones públicas. Tercero, que la humanidad creció y redujo la pobreza de manera generalizada desde la aparición del capitalismo.
La historia humana fue de milenios de pobreza con minorías ricas. La novedad capitalista es la difusión de la riqueza. No debe confundirse desigualdad en el ingreso con pobreza. Antes del capitalismo la distribución del ingreso era más igualitaria que ahora porque casi todos eran pobres.
El problema en Argentina es el desperdicio de oportunidades. No el capitalismo sino el populismo. Como detalle no menor, el mensaje de los gobiernos anteriores fue mentar la dignidad otorgando dádivas. Pero no hay dignidad en depender de lo que un político reparte sino en ganar dinero por el mérito propio. Una cultura anti empresa y anti mérito explica mucho. Es una falla conceptual como la de adjudicar al dinero el origen de los males. Es al revés. Una economía sin dinero es de trueque, y en ella no hay gran división del trabajo, comercio fluido, especialización, modernización ni aumento de productividad. Gracias al dinero (no sólo) existe el mundo moderno, con más bienes cada vez mejores y más baratos y mayor expectativa de vida. Quienes critican el dinero, o no saben de lo que hablan o se esconden en el discurso de la frustración para ser ellos quienes lo manejen.
Y entra de nuevo Paka Paka. Tal vez no sea el mejor camino para enseñar estos temas. Primero, no debería haber un canal oficial y no lo habría si se hubiera aprobado la Ley Bases original. Que no se quejen quienes la rechazaron. Más bien, lo que puede hacerse es enseñar a pensar mostrando en la educación infantil más ciencia dura que ciencia social. No sólo para evitar fricciones sino para enseñar criterios científicos, es decir, gimnasia de razonamiento, algo muy necesario en el análisis político y económico. No hace falta que sea de manera explícita, alcanza por despertar la curiosidad y la necesidad de preguntar. Desde por qué el cielo tiene un color hasta por qué Magallanes, en Chile, tiene mejor nivel de vida que su vecina Tierra del Fuego cuando carece de promoción industrial. Hacer preguntas es lo básico de la batalla cultural, que debe incluir el ejemplo dirigencial, la continuidad de las políticas, el rigor en la educación, las oportunidades para los más pobres. La mentalidad científica ayuda a todo eso. Sí, hay muchos en el sistema científico argentino muy poco proclives a la economía de mercado. Pero es una herencia de la inserción de la ciencia nacional en una economía cuasi soviética. Y es otra historia.








