Vivió en la villa 1-11-14, quiso dejar el fútbol por la pérdida de su padre y busca relanzar su carrera en Atlético Tucumán

Formado en Riestra y con pasado en el ascenso paraguayo, Agustín Franco encontró en el “Decano” una nueva oportunidad para volver a creer.

El 15 de mayo, Agustín Franco firmó su primer contrato profesional. El 15 de mayo, Agustín Franco firmó su primer contrato profesional. Gentileza Agustín Franco.

En la villa 1-11-14, el fútbol es más que un deporte. Cada gambeta, cada firulete, cada gol son llaves: abren puertas, abren sueños, abren salidas. Cientos de chicos lo practican con la esperanza de cambiar su destino, de correrle el foco a la crudeza del entorno, de buscar otros horizontes. Pero no en todas las casas aparece la suerte. A veces llega tarde. A veces, ni golpea. Y entonces, no queda otra que remar hasta encontrar tierra firme. Agustín Franco es uno de esos navegantes que aprendió a flotar en medio de la tormenta. Nació en la villa, y desde chico la pelota le marcó el rumbo. Empezó en Crespo Juniors y llegó a tener un pie en Boca. “Ramón Maddoni, el descubridor de talentos, me quería llevar, pero justo a mi papá le dio un ACV”, cuenta. La vida volvió a golpear años después: perdió a su padre y estuvo a punto de abandonar. “Es un hecho que todavía no supero”, confiesa. Pero Atlético apareció en su camino y lo invitó a seguir remando. Hoy no baja los brazos: sigue detrás del destino soñado.

Franco es sonriente, tranquilo y pasional. Juega de mediocampista y tiene 19 años. Es rápido y muestra facilidad a la hora de la gambeta. Este año disputó siete partidos en la Copa Proyección. Gran parte de su formación la hizo en Riestra, donde estuvo entre 2016 y 2023. En las inferiores de los “Malevos de Pompeya” mostró talento, actitud y personalidad. Pero la muerte de su padre le puso un freno a su crecimiento deportivo. “Ya no sentía ese apoyo. No estaba emocionalmente bien. Él me acompañaba a los entrenamientos, y no es lo mismo sin él. La gente que me rodea y la poca familia que me queda en Buenos Aires me alientan para salir adelante. Creo que gracias a mi papá conseguí todo esto en el fútbol. De chico me daba una pelota, me llevaba a los clubes… No superé su ausencia, pero tengo que ser fuerte. No quería venirme abajo”, dice.

El volante es sincero. Después del fallecimiento de su padre, Franco se sumió en una profunda tristeza y perdió impulso para continuar en el deporte. Incluso abandonó los hábitos que lo sostenían. “Yo no estaba fuerte de la cabeza. Empecé a hacer cosas que no debía: salir, tomar… No fue la mejor decisión. Después se me presentó la posibilidad de ir a jugar a Paraguay. Del barrio salimos muy pocos y es un lugar que te atrae. Es muy duro vivir en la villa. Todavía tengo a mi abuela ahí, y están mis tías. Mi sueño es intentar sacarlas de ese lugar”, reflexiona.

Franco junto a Ramón Maddoni. Franco junto a Ramón Maddoni. Gentileza Agustín Franco.

En diciembre de 2023 fue contactado por Deportivo Recoleta para jugar el ascenso en Paraguay. Así se trasladó a Asunción con el objetivo de sumar experiencia y, sobre todo, relanzar su carrera. Si bien integró el plantel del equipo que consiguió el ascenso, Franco estaba dispuesto a dejar el fútbol. Sentía que era un capítulo cerrado en su vida. En ese instante, sin embargo, apareció la oportunidad de sumarse a Atlético. Según el volante, Daniel Bustos —expresidente de Atlético Concepción— lo vio jugar y le consiguió una prueba en el “Decano”. Así fue como quedó como uno de los futbolistas alojados en la pensión del complejo Ojo de Agua.

La adaptación a Tucumán fue más compleja de lo esperado. Franco recuerda que los primeros días no hablaba con ninguno de sus compañeros, o, como él mismo define, no se dejaba querer por nadie. “Me ayudaron mucho las psicólogas. Estaba aterrorizado porque era un cambio muy grande”, señala. Lo deportivo tampoco acompañaba. Si bien llegó y formó parte de la Reserva, lo bajaron a Cuarta por unos días. “Perdí la fe y pensé en no seguir. Le decía a mi representante que me quería ir. Pero me dijeron que aguantara, y en la primera fecha contra Lanús me subieron de nuevo a Reserva. Fui citado contra Talleres, jugué de suplente y después fui titular en algunos partidos. También entrené con la Primera”, cuenta.

Vivió en la villa 1-11-14, quiso dejar el fútbol por la pérdida de su padre y busca relanzar su carrera en Atlético Tucumán Gentileza Agustín Franco.

El 15 de mayo fue el día más feliz de su carrera deportiva. Fue como si el fútbol le tendiera una revancha: firmó su primer contrato profesional con Atlético. Franco, emocionado, atinó primero a llamar a su familia, y luego a todos sus amigos. “Futbolísticamente, mi sueño es debutar en Primera con Atlético. Sería un orgullo. Y si se da, llegar a una selección. Estaría muy bueno entrar a un Sub 20, todavía tengo la edad. Y, en la vida, mi sueño es sacar adelante a mi familia”, señala.

Franco, de este modo, quiere seguir con su trayecto. Tiene la brújula en la mano y los ojos puestos en el horizonte. Está decidido a darlo todo para llegar a tierra firme. Y, sobre todo, no escatimará esfuerzo para lograrlo.

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