Fuga de amoníaco en Lules: 84 personas asistidas y una comunidad en alerta

El Dr. Alfredo Córdoba, toxicólogo, confirmó que se trató de dos escapes sucesivos. No hubo víctimas fatales, pero los efectos en personas, animales y el ambiente fueron notables.

19 Mayo 2025

La comunidad de Lules aún intenta recuperar la calma tras el incidente tóxico ocurrido el domingo, cuando una fuga de gas amoníaco afectó a decenas de personas y generó preocupación en los vecinos por los efectos en la salud y el medioambiente.

El Dr. Alfredo Córdoba, toxicólogo convocado especialmente para analizar el episodio, confirmó en una entrevista con LA GACETA Central (LG Play) que se trató de dos fugas consecutivas de gas amoníaco. En total, 84 personas debieron ser asistidas por síntomas de irritación provocados por la exposición al químico.

“Fue una situación muy peligrosa. Afortunadamente se actuó a tiempo”, señaló Córdoba desde el hospital de Lules, donde se evaluó a los pacientes. La primera fuga ocurrió el domingo, y dejó un saldo de 29 personas afectadas. Horas más tarde, se produjo un nuevo escape, que expuso a otras 35 personas. Luego se sumaron 20 más, todas con síntomas similares.

“El gas amoníaco es un irritante constante que afecta principalmente las vías respiratorias superiores, los ojos y la piel. Los síntomas más frecuentes fueron ardor en los ojos, garganta y nariz, tos, náuseas y sensación de ahogo”, explicó el especialista.

Según Córdoba, los tratamientos consistieron en lavados con abundante agua, nebulizaciones con solución fisiológica y medidas para evitar complicaciones respiratorias. El médico destacó que no hubo que lamentar víctimas gracias a que la fuga ocurrió en un espacio abierto, lo que permitió la dispersión rápida del gas y disminuyó su concentración en el aire.

Sin embargo, los efectos no se limitaron a las personas. “El amoníaco es un cáustico alcalino que puede causar daños en árboles, animales y otras formas de vida. Los vecinos observaron impacto en la vegetación y en la fauna de la zona”, comentó Córdoba.

El amoníaco es utilizado habitualmente en industrias como refrigerante, aunque también está presente en productos de uso doméstico y cosmético. Córdoba recordó que la toxicidad del gas depende en gran parte de su concentración y del ambiente en el que se libera. “En espacios cerrados, puede ser mortal si supera los niveles permisivos”, advirtió.

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