05 Mayo 2025
La sotana del próximo Papa ya está lista: la historia del sastre del Vaticano
En una pequeña calle adoquinada a la sombra del Vaticano, a solo unos pasos de la puerta Santa Ana, se encuentra un local donde la historia se cose a mano. En el número 89 de la calle Borgo Pío funciona Mancinelli Clero, una sastrería centenaria que se prepara, una vez más, para vestir al próximo líder de la Iglesia Católica.
Allí trabaja Raniero Mancinelli, un sastre de manos expertas, que dedicó más de 60 años a confeccionar hábitos para quienes consagran su vida a la fe. Su taller, envuelto en un aroma de incienso y telas antiguas, es también un museo vivo de la tradición eclesiástica romana: sotanas, birretes, casullas, y solideos ocupan cada rincón.
“Ya casi está terminada. Solo faltan algunos detalles”, dijo a Aciprensa mientras señala la sotana que espera al próximo Pontífice. Como dicta la tradición, Mancinelli preparó tres versiones: una grande, una mediana y una pequeña. “Nunca se sabe quién será elegido”, dice con una sonrisa cómplice.
Esta no es la primera vez que el italiano viste a un Papa. Su aguja y su hilo estuvieron detrás de los atuendos de Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. Consciente del valor simbólico de su trabajo, recuerda que no siempre todo sale según lo previsto: “A Juan XXIII ninguna sotana le quedó bien y tuvo que salir al balcón con una ajustada con alfileres”, cuenta divertido.
Más allá del simbolismo papal, Mancinelli destaca la importancia de su oficio diario: atender a sacerdotes, obispos y seminaristas que llegan desde todos los rincones del mundo buscando una prenda que los acompañe en su misión espiritual. “Eso es lo que más me llena: saber que con mi trabajo estoy sirviendo a la Iglesia”, afirma.
Rodeado de fotos con pontífices y recuerdos de décadas de labor, el sastre espera con paciencia el humo blanco. Porque mientras en la Capilla Sixtina se elige al próximo Papa, en Borgo Pío ya está listo el traje con el que se presentará al mundo.
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