¿Que el nombre no tape el bosque electoral?

¿Que el nombre no tape el bosque electoral?

El último informe de la consultora Zuban Córdoba & Asociados sobre los comicios de medio término deja algunos datos para reflexionar, más allá de la desconfianza que hoy se posa sobre las consultoras, en general, y sus proyecciones electorales, en particular. En su relevamiento, de alcance nacional, lanza la pregunta: ¿a qué espacio político va a votar este año en las elecciones? El resultado muestra que el 34,8% menciona a La Libertad Avanza, el 34,4% a Unión por la Patria, el 16,6% no sabe, el 6,1% al PRO, el 3,1% al Frente de Izquierda y el 1,7% a la Unión Cívica Radical. El número mejoraría unos cuatro puntos en la misma encuesta si LLA y el PRO caminan juntos.

Son parte de las consideraciones de este informe, uno de los tantos que distintas consultoras elaboran de manera mensual, semanal o diario, según el cliente. Más allá de ello, la muestra refleja con bastante certeza lo que hoy atraviesa a los partidos políticos: la lucha entre viejos y nuevos, el peso de los sellos partidarios y la valoración de las figuras por sobre las estructuras.

Sin ir más lejos, por un lado los datos evidencian a un radicalismo en decadencia en el promedio nacional (según Zuban Córdoba hoy sólo un 1,7% votaría en octubre a la UCR), pero ello se contradice con el sólido triunfo de Maximiliano Pullaro en Santa Fe, quien le propinó una linda paliza a libertarios y peronistas por igual. Aquí valen varias particularidades más: la elección fue local (para elegir convencionales constituyentes), la derecha fue dividida y el peronismo también.

Sin embargo, la seguidilla de particularidades muestra que este año el escenario será complejo, único y diferente para cada uno de los distritos. La estrategia de unificación de una postura a nivel nacional, que en otro tiempo supo garantizar triunfos a las grandes “marcas”, hoy podría ser certeza de derrota.

Por ejemplo, en los datos de Zuban Córdoba se lee que LLA polariza los votos, a nivel nacional, en el promedio, con el peronismo identificado con Unión por la Patria, no con el cercano a Javier Milei. Y de ahí también se puede interpretar que a una porción de la sociedad no le importa si son radicales, peronistas o macristas: la división se hace por sí comulgan o no con el Presidente.

Siguiendo con esa lectura, que sería la de la titular de LLA a nivel nacional, Karina Milei, el Gobierno caminaría hacia una victoria casi segura o, como mínimo, a consolidar una estructura nacional que lo ubicaría como un jugador de fuste en el Congreso y de cara a 2027, tanto en la nación como en las provincias. Gran parte del círculo rojo del partido de Milei entiende que eso va suceder y que el nombre del partido del León se impondrá por sobre el nombre propio del postulante. ¿Será así?

La jugada parece cuanto menos arriesgada por varios motivos: el apellido del presidente no irá en la boleta, en muchas provincias (como en Santa Fe) hay dirigentes con enorme potencia per se y en otras tantas no está claro quién está o no con el Milei. Y eso complica el voto de unos y otros, de los que apoyan ciegos al Presidente y de los que no lo votarían ni que les devolviera la vista.

Aquí, como muchas otras veces en la historia político-electoral de nuestro país, Tucumán exhibe esas y muchas otras particularidades que incidirán a la hora de conformar las listas y al momento de contar cuántos sufragios obtuvo cada nómina.

Yo con todos, yo con vos

De regreso a las encuestas, las que manejan un par de espacios opositores de fuste al gobernador Osvaldo Jaldo arrojan que un escenario de peronismo dividido puede dejar a LLA en la cima de la discusión. Eso dicen los números hoy, sin contar la dispersión que podría tener el espacio de centroderecha en nuestra provincia y sin conocer el nombre del cabeza de lista del mandatario provincial.

Y ahí entra en juego la disyuntiva sobre si lo correcto será apostar a los nombres o al espacio. Vamos por parte. ¿A quién voto hoy en Tucumán si estoy claramente a favor o definitivamente en contra de la administración Milei?

Jaldo es peronista, pero está cerca del Presidente en cuanto a apoyo de medidas, ajuste y hasta en algunas de sus formas. Roberto Sánchez es radical, votó algunas leyes junto al Gobierno nacional, pero trata de diferenciarse de sus partidarios “con peluca” sin que hasta aquí lo logre claramente. El PRO y CREO son de derecha y, en gran medida, apoyan a LLA, pero no estarían dispuestos a acompañarlos en su aventura electoral de cara a octubre: quieren espacios más notables. Y Javier Noguera y muchos otros dirigentes que no quieren ir con Jaldo son peronistas, pero están en las antípodas de Milei.

Quedan los libertarios puros, que apoyan sin reparos a su líder y a su hermana, pero que en Tucumán no los conoce nadie. Entonces, ¿a quién van a votar los tucumanos? ¿Al dirigente que conocen? ¿Al que no conocen y creen que está en contra o a favor de Milei? ¿O al que está claramente a favor de Milei, pero no lo ubican ni de nombre? Y viceversa.

Algo en tu cara me fascina

Ante ese intríngulis en el que sumergió a la política Milei, cuando se impuso en los comicios de hace dos años, andan todos, inclusive los libertarios.

Jaldo aún no logra conciliar un nombre que le dibuje una sonrisa en su rostro. Siguiendo con Elvis Crespo, ninguna cara lo fascina. Va, nobleza obliga, los rostros de Darío Monteros, Rossana Chahla y Miguel Acevedo les parecían los adecuados para conquistar al electorado. Al primero se lo voltearon con una denuncia que -podría decirse- no se conoce bien de dónde surgió. La intendenta y el vicegobernador le habrían rechazado cortésmente el convite. De haber logrado el okey para un trío con estas características, el gobernador podría haber cubierto casi todas las especulaciones que plantean unos comicios bien chivos: habría garantizado estructura y territorio con Monteros, buena imagen en la clase media-de centroderecha con Chahla, y un poco de una cosa y de la otra con Acevedo. Hasta aquí ese plan no cuajó.

Tampoco logra conciliar algún tipo de acuerdo con los peronistas “sin peluca”, que a la postre no están cerrados a algún tipo de acercamiento, siempre y cuando se les garantice que la segunda banca es para su espacio. Saben que están ocupando el casillero de “antimileístas” que ninguna otra fuerza logró llenar y eso puede dejarlos bien parados en la aventura en la que se embarcaron. Por ahora caminan con la idea de que Noguera sea el cabeza de lista de una propuesta distinta a la del gobernador. Ayer a la siesta se reunieron con el ex gobernador Juan Manzur en la Hostería de Tafí Viejo. El anfitrión, el senador y el diputado Pablo Yedlin departieron junto a otros dirigentes sobre cómo seguirán de aquí en más. El espacio antiMilei espera que se acomode la interna del PJ Nacional para que figuras bien alejadas del Presidente desfilen por estas tierras pregonando su apoyo al hombre del limón. Cuentan con que el propio Manzur, Cristina Fernández y Sergio Massa, entre otros, ilusionen a los que Milei desencantó.

Roberto Sánchez, por su parte, camina y habla con todos. Le resulta cómodo al radicalismo y al jaldismo ubicarse como pesos pesados, en el centro del ring, y acomodar el cuadrilátero sin contrincantes en esa categoría. Mientras, los peso pluma se manotean antes de la pelea de fondo.

Sin embargo habrá que ver cómo se mueve el PJ “sin peluca” y el resto de la oposición. ¿Podría darse una alianza UCR-LLA-camperismo? ¿Y sumarse a ellos otros partidos del mismo espectro hoy alejados, en duda o especulando? Entre esta y la próxima semana habrá algunas conversaciones al respecto.

Al mismo tiempo, LLA en Tucumán se acomoda a tono con la confianza que les genera la buena racha que está teniendo el gobierno de Milei con la salida del Cepo, la relativa estabilidad del dólar, la expectativa de que la inflación no estalle y la esperanza que la economía empiece a mostrar alguna mejora “real”. Por eso estarían dispuestos a jugar solos y no dejarse apurar por “personalismos” que, afirman en el partido del Presidente, quieren imponerles nombres.

Lisandro Catalán otea en su horizonte político la continuidad de la férrea yunta que hasta aquí conforma con Guillermo Francos. En Tucumán, en su última visita, habría dejado en claro que cumplió con su promesa de armar el partido en su provincia, que seguirá ligado a esa tarea y que su candidatura podría o no ser. El mensaje que habría dado es que la planificación no se cierre en su figura, sino al sello de LLA. De hecho, comenzó a tomar fuerza el nombre de Manuel Guisone como posible cabeza de lista. El joven contador es fundador de Federalismo y Libertad, trabaja en los equipos técnicos de LLAT y tiene llegada directa a Milei: el año pasado un llamado de “Manu” fue suficiente para que el Presidente acomodara su agenda, viniese a la Cena Anual de la Fundación y, públicamente, dijera que esa organización fue la que le dio el puntapié inicial para que pudiera exhibir sus ideas. Pocos conocen a Guisone, pero, otra vez, la disyuntiva estará entre los nombres y los sellos.

¿De quién será la sonrisa?

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