Le decían el defensor de los humildes , el papá de los pobres y el Papa del fin del mundo . Renunció a honores, lujos y comodidades, fue un revolucionario y líder mundial de la paz y guía supremo de la Iglesia católica. En 12 años de pontificado fue un santo viviente; sólo un profundo dolor llevó en su corazón y en su alma; la nostalgia y el dolor de no poder volver a su tierra natal, a su Argentina adorada. Aunque nos duela pensar, nosotros sus hermanos compatriotas fuimos los culpables; no le permitimos volver. ¿Cómo ir a un lugar donde te insultan y agravian? “Al imbécil ese que está en Roma que defiende la justicia social, es el representante del maligno (demonio) en la tierra”. Nos enseñaron que era el representante de Dios en la tierra y lo peor, ese personaje, que debería haber sido excomulgado, quiere ir a su velatorio a caretear o a cerciorarse si está muerto de verdad; yo le aconsejaría que no vaya , alguno lo va a insultar y lo puede atacar, si fuera en mi barrio a varios lo sacaron a patadas por blasfemar. Nos hubiera gustado que venga, como lo hizo el papa Juan Pablo II, y que concurrimos en forma masiva al Aeropuerto de Cevil Pozo. ¡Gracias, su santidad, papa Francisco, por ser santo y argentino hasta la muerte! Descansa en paz, campeón, te fuiste cuando más te necesitábamos. Fuimos los elegidos de vivir su vida y su tiempo, al argentino más ilustre de toda nuestra historia, difícilmente se podrá repetir y si sumamos las virtudes, la fama mundial y la trayectoria de otros argentinos notables como Fangio, Ginóbili, Leloir, Di Stéfano, Pelli, Borges, Gardel, Favaloro, Maradona y Messi y otros, sin duda en esa galería de notables encabezaría esa lista Francisco que a partir de su muerte se convirtió en santo y leyenda.
Francisco Amable Díaz
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