ORGULLO. Mariana Jiménez fue seleccionada para la masterclass eTrade for Women, donde fortaleció su liderazgo y compartió experiencias con emprendedoras de toda América Latina. / GENTILEZA DE MARIANA JIMENEZ
Cuando la tucumana Mariana Jiménez eligió estudiar Arquitectura no imaginaba que algunos años después lideraría una empresa tecnológica, Aceituna, ni que sería convocada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para participar en un acontecimiento sobre innovación digital. Sin embargo, su recorrido nunca fue lineal. Lo que sí tuvo siempre fue la determinación constante de construir desde donde está, con lo que tiene y mirando hacia adelante.
Del 1 al 4 de abril, Mariana fue una de las 24 mujeres seleccionadas de América Latina y el Caribe para participar en la Masterclass eTrade for Women, una iniciativa impulsada por la ONU Comercio y Desarrollo (Unctad). El evento se desarrolló en Bogotá, Colombia, y reunió a mujeres líderes de negocios digitales para compartir herramientas, conocimientos y experiencias con el fin de potenciar su impacto en la economía digital, tanto a nivel social como económico.
REDES QUE INSPIRAN. Durante la masterclass, Mariana construyó alianzas y vínculos estratégicos con otras referentes del ecosistema digital. / GENTILEZA DE UNCTAD/ MONICA COTES
“Volví con una mirada más ambiciosa, con más visión y muchas ganas de llevar mi empresa a otro nivel, de instalar a Aceituna en la región”, comparte Mariana en un diálogo con LA GACETA. “Pero más allá de lo que aprendí, lo que me marcó fue el encuentro con otras mujeres. Sentir que no estás sola, que compartís desafíos, miedos, ideas y metas con personas tan diferentes pero tan parecidas… eso fue muy poderoso”, dice.
Un viaje con destino a lo colectivo
Durante cuatro días, las participantes se sumergieron en una agenda intensiva que combinó formación técnica con espacios de inspiración, comunidad y conexión. La masterclass incluyó sesiones sobre liderazgo, branding, marketing digital, acceso al financiamiento, inteligencia artificial, propiedad intelectual y políticas públicas. También hubo visitas a empresas tecnológicas como Rappi y Bold, y encuentros con referentes del ecosistema emprendedor regional, como Ana Sandoval, embajadora de eTrade for Women para América Latina.
TECNOLOGÍA LATINOAMERICANA. Mariana Jiménez visitó las oficinas de Rappi durante una de las jornadas de formación en la masterclass impulsada por la ONU. / GENTILEZA DE UNCTAD/ MONICA COTES
En un contexto donde sólo el 23% de las mujeres trabaja en tecnología en América Latina y menos del 15% son fundadoras de startups, este tipo de iniciativas resultan clave para cerrar brechas y construir un ecosistema más diverso, inclusivo y competitivo. Si bien las participantes provenían de distintos países, compartían obstáculos similares: falta de acceso a financiamiento, escasa visibilidad y el desafío de equilibrar la vida personal con la profesional.
La experiencia en Bogotá no solo potenció sus proyectos, sino que también reforzó una idea que atraviesa el trabajo de Mariana: las mujeres deben ocupar un lugar central en el desarrollo tecnológico, no sólo como usuarias o consumidoras, sino como creadoras, líderes y generadoras de impacto. La innovación real necesita diversidad de enfoques, miradas y soluciones.
Aceituna, una empresa con raíz local y visión global
Mariana es cofundadora y product manager de Aceituna, una consultora tecnológica enfocada en brindar soluciones digitales a pymes. Desde estrategias de posicionamiento hasta automatización de procesos, su empresa acompaña a negocios que necesitan crecer, ordenarse o reinventarse en un mercado cada vez más digitalizado. Lo que distingue a Aceituna es su enfoque centrado en la escucha activa, la adaptación al contexto y la creación de soluciones viables.
“Aceituna nació con una intención muy clara: acercar herramientas reales a quienes muchas veces quedan fuera de las grandes soluciones tecnológicas. Queremos que la tecnología sea un puente, no una barrera”, explicó.
Después de la masterclass, ese propósito se consolidó con nuevas herramientas, metodologías y una visión más estratégica. Pero también con una meta concreta: posicionar su empresa en la región y aportar al desarrollo tecnológico desde el norte argentino. “Quiero que Aceituna sea reconocida, valorada, que forme parte del ecosistema digital latinoamericano. Quiero que se sepa que desde Tucumán también se hacen cosas innovadoras, con calidad y compromiso”, afirma.
Trayectoria que inspira
Antes de fundar su empresa, Mariana fue CEO en White Project, una startup que desarrollaba un sistema de gestión de obras para el sector de la construcción. También se desempeñó como formadora en la Academia Argentina Emprende, capacitando a otras personas en planificación, estrategia e innovación.
Es arquitecta por la Universidad Nacional de Tucumán y completó un MBA en la Universidad Politécnica de Cataluña, en España. Su formación y recorrido diverso combinan pensamiento crítico, visión estética y comprensión técnica de los procesos. Esa versatilidad le permitió abrirse paso en el mundo de la tecnología, sin haber transitado el camino tradicional.
LIDERAZGO REGIONAL. La emprendedora tucumana compartió experiencias con otras mujeres de América Latina y el Caribe seleccionadas para el programa. / GENTILEZA DE UNCTAD/ MONICA COTES
Además, Mariana participa activamente en Voces Vitales, una red global de mujeres líderes que promueve el empoderamiento femenino. Desde ese espacio busca acompañar, inspirar y generar oportunidades para otras mujeres que quieran emprender en tecnología. Cree firmemente en la fuerza de la red como herramienta para el cambio: la construcción colectiva, dice, es clave para transformar realidades.
Un Tucumán con más presencia en el mapa digital
Aunque su empresa mira hacia nuevos mercados, Mariana tiene los pies bien puestos en la provincia. Reivindica su formación en la universidad pública, reconoce el potencial de las comunidades locales y apuesta a que Tucumán se convierta en un polo competitivo de innovación.
“Tenemos 13 facultades, un montón de talento joven, creatividad y capacidad de trabajo. Lo que necesitamos es articular esfuerzos, generar oportunidades también para las mujeres, y visibilizar lo que ya existe. No hay razón para que el desarrollo digital esté concentrado en unos pocos lugares. Desde Tucumán también se puede construir futuro”, describe.
Su objetivo no es solo empresarial. Mariana quiere que su recorrido contribuya a construir un ecosistema tech más dinámico, diverso y conectado en el norte del país. Por eso, busca compartir lo aprendido, acompañar a otras mujeres e instalar la idea de que el talento y la innovación no tienen ubicación geográfica exclusiva.
Sin fórmulas mágicas, pero con propósito
A diferencia de los discursos que prometen éxito inmediato o fórmulas mágicas, Mariana es realista. Emprender implica decisiones difíciles, momentos de incertidumbre y mucho trabajo. Pero también es una forma de construir desde el deseo, con propósito y con impacto colectivo.
“Vuelvo con nuevas ideas, alianzas estratégicas y la convicción de que desde mi lugar puedo aportar a que Tucumán sea más competitiva en el mundo digital. Tenemos el talento, la creatividad y el empuje para lograrlo”, expresa.
LIDERAZGO REGIONAL. La emprendedora tucumana compartió experiencias con otras 23 mujeres de América Latina y el Caribe seleccionadas para el programa. / GENTILEZA DE UNCTAD/ MONICA COTES
Su paso por la masterclass de la ONU no fue un punto de llegada, sino un nuevo comienzo. Uno que se proyecta en red, con la mirada puesta en el futuro, en las oportunidades compartidas y en un ecosistema tecnológico que empiece a reflejar lo que América Latina —y Tucumán— tienen para ofrecer.







