
COMPORTAMIENTO HUMANO. En la película se representa a Williams como un chimpancé animado por CGI.

Michael Gracey regresa a los musicales de cine para dirigir la nueva película biográfica sobre el icónico artista pop Robbie Williams.
Y es que ya existían numerosos proyectos que pretenden contar diferentes aspectos de la vida del polémico intérprete, incluyendo libros y series documentales, pero ninguno como este. La elección de esta vez representarlo como un chimpancé animado por CGI, manteniendo el comportamiento propiamente humano, puede resultar desconcertante a primera vista. Sin embargo, este dispositivo visual mantendrá la atención de la audiencia sirviendo también de alegoría. Rápidamente nos acostumbraremos a la presencia de este Robbie simiesco.
“Better Man” es una exploración audaz y creativa del músico británico, que fluye sin problemas desde el drama hacia su encantador humor atrevido. Con el propio Williams otorgando la voz al animal antropomórfico y la narración de su historia al mismo tiempo, nos adentramos en la que podría ser la época más convulsionada de su protagonista hasta los días en los que decidiría rehabilitarse.
Visto como un primate entre hombres durante los 135 minutos de película, Robert Williams explica que lo que estamos viendo concuerda con la visión que ha construido de sí mismo, que siempre se ha sentido “menos evolucionado” que los demás y que para la industria discográfica es algo así como un “mono de circo” (“a performing monkey”).
A través de esta metáfora, sumado a espejismos similares a los arranques fantasiosos de “Rocketman” (2019), el filme aborda temas de identidad, fama y la carga emocional que conlleva ser un ícono internacional.
El uso de la animación no despoja a la historia de su humanidad; al contrario, permite una presentación más visceral de sus luchas internas, ofreciendo una ventana emocional detrás de bambalinas.
Narrativa
La narrativa se desarrolla desde la infancia de Robbie donde se enfrenta a la humillación y la falta de apoyo paterno, pasando por sus días como un miembro de la boyband Take That, hasta los mejores éxitos de su carrera en solitario a principios de los 2000.
Con la mayoría de estas etapas marcadas por la adicción, relaciones difíciles y más demonios personales, los primeros 40 minutos establecen una base bastante convencional en el reino de las biopics.
No obstante, es en la segunda mitad del filme donde la historia realmente encuentra su profundidad emocional, con anécdotas y complejos sentimientos tanto respecto al particular tipo de fama que consiguió como también sobre las pérdidas y ganancias de la vida. Así es como “Better Man” encuentra el balance entre el sujeto que siente y se equivoca tanto como el resto de los mortales, y la estrella en el escenario.
Provocador
“Lejos de tanta biopic musical pretenciosa, solemne y trascendente, la de Robbie Williams es orgullosamente ridícula y desmesurada con un mono como protagonista para reconstruir la vida de un músico que siempre hizo de la provocación su principal motivación fuera de y sobre los escenarios”, opina el crítico Diego Batlle.
Una opinión distinta la da Laia Cabuli en “Escribiendo Cine”. “Las biopics de cantantes famosos suelen ser bastante comerciales, frívolas y generalmente intentan rendir homenaje a figuras ya fallecidas con un legado ampliamente reconocido. Sin embargo, ‘Better Man: La historia de Robbie Williams’ rompe con estos patrones establecidos por películas como ‘Bohemian Rhapsod’y (2018) y crea una pieza peculiar y única en su género, que se asemeja más a un autorretrato que a un autohomenaje”, describe. “Partiendo de la base de un concepto astuto, el filme personifica a su protagonista como un mono, simbolizando su lucha por conservar su humanidad frente a la fama”, asegura la crítica.









