La élite del rock y el pop lanza su cruzada contra la IA

La élite del rock y el pop lanza su cruzada contra la IA

Casi de 200 músicos firmaron una carta la semana pasada en la que advierten sobre los avances de la IA generativa en la creación artística

Billie Eilish, J Blavin y Katy Perry. Algunos de los músicos que denunciaron a las emrpesas de IA Billie Eilish, J Blavin y Katy Perry. Algunos de los músicos que denunciaron a las emrpesas de IA

Las batallas contra la inteligencia artificial ya no son silenciosas. Todo lo contrario, adquieren cada vez más resonancia en distintas industrias y la última la están librando justamente aquellos quienes más influencia tienen en los sonidos que nos rodean: los músicos. Es que la capacidad creativa que tiene esta tecnología es sorprendente y al parecer, no estaba considerada en el horizonte de aquellos que moldean las melodías de nuestra época.

Casi de 200 músicos firmaron una carta la semana pasada en la que advierten sobre los avances de la IA generativa en la creación artística y piden a los desarrolladores de dicha tecnología a que se comprometan a “no desarrollar ni implementar tecnologías, contenidos o herramientas de generación de música de IA que socaven o reemplacen el arte humano de los compositores”.  Creen que justamente, el arte está en peligro, junto con los derechos de los “artistas humanos”.

Los firmantes no son un grupo minoritario de músicos independientes. Firmas de peso pesado como Stevie Wonder, Pearl Jam, Billie Eilish, Imagine Dragons, Bon Jovi, Katy Perry, entre otros, consideran que la IA se puede utilizar para “sabotear la creatividad y socavar a artistas, compositores, músicos y titulares de derechos”. Si bien, destacan que este avance científico tiene un “enorme potencial” para promover el crecimiento de la música, los autores del comunicado denuncian a las plataformas que están cometiendo un “asalto contra la creatividad humana”. Entre los autores de la nota se encuentra también Luciano Pereyra, junto con otros referentes internacionales como R.E.M, Elvis Costello, Laura Pausini, J Balvin, Juanes, Luis Fonsi y hasta los herederos de Bob Marley y Frank Sinatra.

El reclamo está dirigido principalmente a las empresas que utilizan y promueven modelos de IA que son capaces de crear canciones desde cero o bien imitar voces de artistas, utilizar la banda sonora, realizar videoclips y hasta manipular voces de músicos para que canten con “su voz” canciones de otros. Sin embargo, no existe un punto cero en esas creaciones. Para que los modelos sean capaces de generar contenido, tienen que estar entrenados con los temas originales de los músicos. Para eso se utiliza, como reclaman los autores de la nota, canciones que tienen derechos de autor y que son fruto de un trabajo artístico complejo. La industria, además, se ve amenazada por esta nueva tecnología que puede encontrar nuevos modelos de negocio no previstos cuando no existían estas posibilidades y además, todavía no existen marcos legales que sean capaces de proteger los derechos de los músicos ante nuevas creaciones. El plagio o la piratería eran las figuras penales que utilizaron hasta ahora las discográficas y productoras para proteger las obras de sus artistas, pero se enfrentan ahora un tipo inédito de accionar sobre el cual ya están trabajando en materia legal.

El año pasado, artistas como Drake o Bad Bunny fueron algunos de los protagonistas de clonaciones de voces con IA. En diferentes ocasiones, se crearon nuevas canciones con las voces de dichos músicos para luego emitirlas en plataformas de streaming, que cosecharon millones de reproducciones en todo el mundo. Dichos incidentes despertaron alarmas en las discográficas, y compañías como Universal, emitieron su propio comunicado expresando su preocupación por el entrenamiento de IA generativa que estaba aprovechándose de sus artistas para generar ingresos a través de medios digitales.

Esta reacción de músicos y compañías recuerda a principios de este siglo, cuando Napster se convirtió en una amenaza para la industria musical. Sin embargo, las propias plataformas aportaron la solución para que la digitalización se convirtiera en una nueva forma de ganar dinero para el sector y así nació, por ejemplo, Spotify o Apple Music.

Pero el nuevo reclamo que se hizo masivo en estos días tiene algunos matices diferentes y quizás más complejos. Aquí los artistas están luchando contra nuevas creaciones, que probablemente escapen a su alcance porque será muy difícil poner un límite a los entrenamientos de modelos con sus voces y canciones. Lo puede hacer una gran compañía, como también una persona con algunos conocimientos de programación en su propia casa.

La masificación de la IA y su capacidad generativa ya está sacudiendo al mundo que conocíamos y con ello, a los modelos de negocios digitales que se habían consolidado en los últimos años. Pero al fin de cuentas, se trata de un nuevo capítulo de la historia que recuerda también que con la digitalización “todo lo sólido se desvanece en el aire”.

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