Cartas de lectores: el servicio de agua y cloacas

Cartas de lectores: el servicio de agua y cloacas

02 Febrero 2024

El Gobierno de la provincia anunció un aumento de la tarifa del agua en un porcentaje del 200%, que se iba a dividir en dos tramos a partir del vencimiento siguiente al anuncio. Cumplió con su palabra y las facturas del agua empezaron a llegar con un 100% para febrero y un 200% para marzo. Ahora bien, se debería entender que el costo de cualquier cosa va de la mano con la calidad del bien o servicio que se brinda. En el caso que nos ocupa, el servicio de agua es un desastre. En la zona en que vivo el agua sale color chocolate como si fuéramos una sucursal de la empresa de la familia Fort. Pero no es todo, por ser un edificio, las normas municipales nos obligan a realizar una limpieza anual, que es bastante onerosa por cierto, de los tanques de agua. ¿Cuál es el resultado? Ninguno, solo gastar dinero en vano y el chocolate sigue siendo de excelente calidad, por lo que nos vemos obligados a invertir una importante cantidad de dinero en agua para, al menos, calmar nuestra sed con agua en buenas condiciones; ese costo está en alrededor de casi $ 10.000 mensuales, salvo que los que se animen a beber lo que la SAT llama agua potable quieran correr el riesgo de ser víctimas de alguna enfermedad, vaya uno a saber de qué tipo. Puede ser gracioso, pero uno debe bañarse y el agua que nos provee la empresa en lugar de limpiarnos nos ensucia más; es la triste realidad. Si de cloacas vamos a hablar, Dios nos guarde, son cientos las calles de Tucumán por donde corren aguas cloacales porque el sistema está colapsado y cada dos por tres sufre alguna obstrucción y el líquido pestilente se ve obligado a buscar una salida; así se fue enamorando de la calles tucumanas; ni hablar del riesgo a la salud pública, que al gobierno parece no interesar. El principal generador de inflación, en este caso el Estado provincial nos obliga a un doble gasto: pagar un agua que es una porquería, intomable y muy probable que represente un serio riesgo para la salud de los consumidores, sino que además debemos comprar agua para reemplazar la inutilidad e inoperancia de la empresa estatal. Es la SAT la que debería estar indemnizando a sus clientes y no aumentando el valor de eso que ellos llaman agua potable. No les bastó con los aumentos en los impuestos inmobiliario, automotor, CISI, la municipalidad; hay que continuar esquilmando al soberano.

Luis de Chiara 

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