El difícil momento de un arquero de San Martín de Tucumán

El difícil momento de un arquero de San Martín de Tucumán

Juan Jaime se reintegró al plantel profesional tras haber estado a préstamo en un club del Federal A. “Estar en el banco de suplentes no era lo mejor, pero tuve que aceptarlo”, dijo.

LISTO PARA DAR PELEA. Juan Jaime se mostró muy activo durante el primer día de prácticas en el complejo de San Martín. FOTO CASM LISTO PARA DAR PELEA. Juan Jaime se mostró muy activo durante el primer día de prácticas en el complejo de San Martín. FOTO CASM

Emigrar a otro club en busca de rodaje no es una decisión sencilla y lo que le sucedió a Juan Jaime durante esta temporada (se fue a préstamo de San Martín de Tucumán a Central Norte de Salta) así lo ratifica.

El arquero se crió en el complejo “Natalio Mirkin”. Desde chico sintió el calor, la contención y mamó el sentido de pertenencia. Por eso, su cara de felicidad cuando volvió a pisar el predio, el día de su reincorporación al plantel profesional, en el regreso a las prácticas del primer equipo. “Cuando llegué al complejo, respiraba otro aire, uno de alegría. Ahí te das cuenta del sentimiento que tenés por el club; por eso las lágrimas”, alcanzó a decir con un nudo en la garganta que lo obligó a realizar una pausa. “Estoy muy feliz de estar nuevamente acá. Se lo repetí todo el tiempo a los chicos. Es así”, agregó.

La constancia es una virtud que muy pocas personas logran incorporar en su vida. Hay quienes ante una mínima situación adversa deciden “tirar la toalla”, pero ese no es el caso de Jaime. En 2014 había sido promovido al plantel superior por Osvaldo Bernasconi, pasó diferentes situaciones, y siempre corrió desde atrás en la consideración de los entrenadores. Disputó el torneo de la Liga Tucumana y fue el tercer arquero en la incursión del “santo” por la Superliga. Sin embargo, en ningún momento tuvo la oportunidad de ser reemplazo de Jorge Carranza e Ignacio Arce, uno de sus mejores amigos en el puesto.

Pese a ello, se armó de paciencia y se dispuso a esperar una chance que no llegó. Por eso, en febrero pasado, con Darío Sand, Nicolás Carrizo y Francisco Tinaglini delante suyo entendió que era el momento de sumar minutos para crecer futbolísticamente, y aceptó la propuesta del “cuervo salteño”. Pero la apuesta no salió como esperaba. “No sumé el rodaje que quería, pero aprendí mucho”, aseguró el oriundo de Lastenia, que llegó a disputar sólo tres partidos y perdió el puesto a manos de Germán Salort. “Estar en el banco de suplentes no era lo mejor, pero tuve que aceptarlo. Ahora quiero sumar más minutos”, sostuvo el arquero de 25 años.

EMOCIONADO. Al hablar sobre su situación, Jaime no pudo ocultar sus lágrimas. Foto de Gonzalo Cabrera Terrazas/LA GACETA. EMOCIONADO. Al hablar sobre su situación, Jaime no pudo ocultar sus lágrimas. Foto de Gonzalo Cabrera Terrazas/LA GACETA.

Ante la frustración de mudarse a “La Linda” y quedar relegado una vez más, Jaime opta por hacer borrón y cuenta nueva. ¿Cómo? Valorando todo lo que le brindó San Martín. “Le dije a varios conocidos que cuando te vas de San Martín te das cuenta de lo grande que es. Estoy muy feliz de volver; ojalá ahora tenga una oportunidad. Estando en Salta, además, extrañé a mi familia y mis amigos”, afirmó, el “1” que lo primero que hizo el día de su regreso fue fundirse en un abrazo con Fabián Velárdez, uno de los principales responsables de su evolución técnica. “Se extraña todo esto. La gente del club, el día a día, las canchas. Quizás al estar mucho tiempo aquí lo veía como un detalle, pero cuando te vas, eso marca la diferencia”, ahondó en el tema.

El futuro de Juan Jaime en San Martín de Tucumán

Sorprendido por los avances estructurales del predio, aseguró que su deseo es seguir vistiendo la camiseta del “santo”, aunque aclaró que si aparece una oportunidad de sumar minutos, lo analizará. “San Martín es un grande y el año que viene tiene que estar en el lugar que se merece. Es una buena idea quedarse a pelearla, pero si me llegara a salir algo, tendré que ver qué es lo mejor para el crecimiento de mi carrera”, advirtió.

Readaptándose al clima y a las bajas temperaturas de la mañana tucumana, Jaime llamó la atención de sus compañeros por la térmica oscura, que resaltaba desde lejos entre tanto rojo de la indumentaria “santa”. Así, como no pasó desapercibido durante la práctica, tampoco lo hizo en la salida. “Mirá esa ropa que lleva, ¿ahora sos Rodrigo De Paul?”, le gritaban algunos compañeros por un conjunto blanco de una reconocida marca que alguna vez utilizó Lionel Messi.

Ahí sí sonrió Jaime, río con fuerzas, con ganas; dejando de lado esas sentidas lágrimas de nostalgia por haber vuelto a ese predio que siente como su casa.

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