Cecilia Biagioli: la súper mamá que sigue haciendo historia en el agua

“Sé que el agua va a estar fría”, anticipa Cecilia Biagioli, minutos antes de nadar en el dique El Cadillal, afirmación que confirmaría minutos después al meter su mano para medir la temperatura. Pese a eso, la histórica nadadora cordobesa compitió sin problemas en los 3km del “I Cruce Internacional de Aguas Abiertas de Invierno”, organizado por la escuela de natación Las Focas. Una distancia menor a los 10km que corre habitualmente, y una competencia que, en realidad, fue más testimonial, ya que fue la única mujer profesional en disputar el evento.

Los logros de Biagioli hablan por sí sólos; 40 medallas en Campeonatos Sudamericanos de natación, siete de ellas de Oro, que la convierten en la nadadora con más medallas de la historia de la competencia; 19 medallas en Juegos Suramericanos (seis de Oro); un título y un subcampeonato en Juegos Panamericanos; dos medallas de plata en Juegos Suramericanos de Playa. Múltiples participaciones mundialistas, la última de ellas el pasado julio en Japón, en donde fue 20° en los 10km. Todo eso la posiciona, indudablemente, como una atleta de élite dentro de la natación en aguas abiertas.

Además de todos los podios, Cecilia es una deportista histórica para el deporte argentino por sus participaciones olímpicas: lleva cinco, lo que la convierten en la mujer de nuestro país con más presencias. Por delante suyo, sólo hay dos deportistas argentinos: el regatista Santiago Lange, que tiene siete, y el ciclista Juan Curuchet, con seis. Junto a ella, también con cinco participaciones, está el basquetbolista Luis Scola.

“Estoy muy orgullosa de todo el camino recorrido. Soy muy agradecida y afortunada de poder hacer lo que amo, y orgullosa de representar a mi Selección por ya 25 años, en Sudamericanos, Panamericanos, Mundiales y Juegos Olímpicos”, expresa Biagioli  en dialogo con LA GACETA.

¿Tendría más reconocimiento si practicara un deporte más masivo? “Creo que sí, que eso falta también; mayor difusión de nuestro deporte. Si bien son importantes todos los deportes; y todos los deportes en conjunto necesitan obviamente apoyo, también nosotros los deportistas individuales y amateur, necesitan esa difusión para que la gente conozca nuestro entorno, y para que se animen también a practicarlo”, analiza Cecilia.

Su primera participación olímpica data de Sydney 2000, cuando tenía apenas 15 años, y todavía se dedicaba a las competencias de pileta. Luego, estuvo presente en Atenas 2004, Beijing 2008, también en pileta. En Londres 2012, compitió tanto en pileta como en aguas abiertas, mientras que en Tokyo 2020 ya compitió únicamente en aguas abiertas. En esta última edición, tuvo su mejor actuación: fue 12° en la competencia de 10km.

“Tokyo fue muy especial para todos. Haber llegado ahí, post pandemia, fue un logro para todos los deportistas porque fue muy difícil. Para mí fue un obstáculo bastante grande que pude sortear; es lo más grande que pude lograr. Fue muy fuerte, salió el mejor resultado”, rememora Biagioli.

La maternidad y el deporte

Más allá de lo deportivo, la otra parte fundamental de la vida de Cecilia tiene que ver con su familia. Allí, lo es todo la figura de su hijo Joaquín, de 10 años. Aunque hoy, la conjugación del alto rendimiento y la maternidad ya está más naturalizada, al principio no fue fácil.

“Lo complicado fueron los primeros tres o cuatro años. Se pasa mucho estrés”, reveló. Y remarcó lo necesario que sería que en Argentina se pudiera, de alguna manera, ayudar a las deportistas que son madres a atravesar ese camino. 

“Eso faltaría implementar. No es poca cosa, porque realmente hay muchas mamás a nivel nacional en el alto rendimiento, y todas quieren llevar a lo más alto a la Selección. Me gustaría cambiar eso, que tengan más posibilidades las mamás deportistas que quieran salir al alto rendimiento”, anhela Cecilia.

¿De qué manera se podría modificar esta situación? “Estaría bueno tener la posibilidad de contar con una ayuda para llevar a los niños a las concentraciones y a todos los viajes que requiere porque el deportista no tiene que perder el roce internacional que necesita. A la mamá se le hace, en la parte emocional más que nada, mucho más fácil”, detalla Biagioli.

“Siempre que tengas el apoyo de tu familia es importante, porque realmente necesitas la contención muchas veces. Pero si el deporte es la pasión de cada una, pueden seguir haciéndolo, avanzando y dando el ejemplo a su niño de que las mamás sí podemos seguir en el alto rendimiento”, enunció la cordobesa.

Cecilia destaca que la maternidad tuvo un fuerte impacto en su carrera deportiva. Por un lado la llevó a volcarse definitivamente por las competencias de aguas abiertas. “Después de ser mamá las elegí porque es un poco más de resistencia no se pierde tanto como la potencia que exige la pileta. Hoy por hoy me cuestan los ritmos más rápidos por todo lo que incumbe la maternidad. Los tiempos, los descansos no son lo mismo, y uno necesita estar enfocado al 100%”, explicó.

Pero además le dio un aliciente anímico a la hora de competir. “Te cambia mucho la mentalidad. La fortaleza que te da ser mamá es increíble. Me ha pasado en muchas situaciones en carrera que te da la fortaleza de decir 'tengo esto por alguien más', y realmente pasa a segundo plano algunos errores que cometemos; porque sé que en casa espera alguien en casa importante para mí, que es lo mejor que tengo”, reflexionó Biagioli.

París 2024 fue un broche de Oro

El desafío más inmediato para Biagioli son los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile que se disputarán del 20 de octubre al 5 de noviembre. Será su quinta participación en el evento, y por supuesto, va con altas expectativas. “Como siempre estamos dando todo y convencidos de que el trabajo que vamos a hacer va a dar sus frutos”, palpita, contando que en dos semanas el seleccionado nacional tendrá una concentración en Bolivia, como parte de la preparación.

Sin embargo, el objetivo más grande y que sería la frutilla del postre para Biagioli, es poder estar presente en los Juegos Olímpicos de París 2024. Para eso, competirá en el Campeonato Mundial de Natación de Doha, Qatar, en febrero y que será clasificatorio para París.

“Vamos a intentarlo. Ojalá se nos pueda dar”, asegura quien revela que su intención era finalizar su carrera en el alto rendimiento en los Juegos de Tokyo, pero que finalmente encaró un par de años más en el circuito.

“Tokyo iba a ser una instancia definitiva, pero se abrió un pequeño camino que decidimos seguir un poquito más. La de París ya sería la última instancia, por lo menos en el alto rendimiento. Creo que el deporte es de por vida, uno lo lleva en la sangre y es imposible dejarlo. Pero ya en el alto rendimiento creo que uno cumple una etapa; quiero disfrutar de otras cosas por fuera del deporte”, concluyó la nadadora que en enero cumplirá 39 años.