Una mujer subió al escenario, bailó con Bono, lo besó y ahora la quieren en Playboy

Una mujer subió al escenario, bailó con Bono, lo besó y ahora la quieren en Playboy

22 Febrero 2006
Una bella bancaria de nombre Katilce Miranda Almeida fue la elegida por Bono, de U2, para subir al escenario durante la canción With or without you.

El show de Brasil fue impecable pero para el marido de la joven las cosas no fueron sencillas. Ahora miles de mails la felicitan y la piden en Playboy.

Comenzaban los acordes y ella logró su objetivo. Estaba sobre un escenario gigante en una danza insinuante con Bono. El lìder de la banda le acarició el pelo y le dio un beso de despedida. No se privó de nada: "No voy a olvidar nunca más en mi vida de esto. Me voy a morir y voy a acordarme de eso", dijo a O Globo.

El marido de Katilce hizo cola desde la madrugada para comprar la entrada pero no asistió al espectáculo y realmente lo "miró por TV". Declaró: "La gente se pone ansiosa en esos momentos, pero me puse feliz por ella. El fan es así, no tiene caso", dice el supervisor de cuentas Gustavo Fonseca en el matutino brasileño. Sin embargo, antes le había dicho que si besaba a Bono se olvidara de continuar con él.

Si el día del show Katilce brilló como nadie ante 73 mil personas, al día siguiente recibió el doble de mensajes electrónicos que la felicitaban. Ahora llegan cien mensajes por hora y le preguntan cuándo posa para Playboy. En otros websites, se ofrecía un cabello de Katilce -acariciado por la mano del astro- por 300 reales.

Pero no todo es tan rosa, pues parece que Fonseca no fue tan abierto. En otros medios revelaron que Katilce ya le había anticipado a su marido que su máxima meta era llegar a la boca de Bono: "El me dijo: `Tu chance de llegar es una en un millón, pero si llegás y lo besás, olvidate de que tenés marido".

La suerte de Katilce fue haber sido expulsada por la multitud sin querer al medio del torbellino de gente entre la que el líder de U2 buscaba su "presa".

"Ahí cuando apareció, me jugué y subí sin zapatillas", contó. El marido de la joven la amenazó sin saber, quizás, que hasta él mismo iba a sucumbir ante la escena de una de las baladas en vivo más célebres y emocionantes. "Sentí un poco de celos en el momento, pero después entendí que era parte del show. No hay por qué entrar en crisis. Sentí celos, sí, pero también orgullo de que ella lograra lo que había soñado hace tanto tiempo".




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