El desafío de Hernán Lanvers

El desafío de Hernán Lanvers

Por Daniel Alberto Dessein. "Siempre les costará a los americanos y a los europeos entender a un genio militar que no haya sido educado en sus academias". "Esta novela habla de hombres comunes que junto con un grupo de amigos lograron con esfuerzo crear imperios de la nada".

EL DESAFIO DE LA NEGRURA. El primer capítulo de la novela puede ser descargado de manera gratuita en el sitio www.hombrescomodioses.com.ar EL DESAFIO DE LA NEGRURA. El primer capítulo de la novela puede ser descargado de manera gratuita en el sitio www.hombrescomodioses.com.ar
31 Agosto 2008
Cuando estaba armando los últimos dos números de este suplemento me llamó la atención el nombre del título que encabezaba los rankings de best sellers que elaboramos semanalmente. Hace unos días recibí ese libro, que también tiene un notable éxito en el resto del país, con una carta de su autor que decía: "Le pido que dedique solamente diez minutos de lectura a esta novela. Si en ese tiempo no logra atraparlo, tírela a la basura". Aunque la propuesta de esta suerte de "casting literario acelerado" no me parecía del todo atinada, no pude resistir el desafío.
El autor se llama Hernán Lanvers y el sello Plaza & Janés acaba de editar su primer libro, Africa. Hombres como dioses. Me predispuse a leerlo con suspicacia, como un consumidor que intenta detectar las fallas de un truco publicitario. Recordé la propaganda televisiva en la que el actor Fabián Gianola invita a un grupo de amas de casa a comprobar, gratuita y rápidamente, las extraordinarias propiedades de un jabón líquido. Lanvers me proponía sumergirme brevemente en una historia que transcurría en su mayor parte en el Continente Negro, con la aparente convicción de que quien entrara en ese terreno no podría salir de él más que por el final que había construido el autor.La historia comienza en Escocia, en 1814. El protagonista, llamado Tom Grant, es un adolescente que queda huérfano y es internado en una institución donde consigue el respeto de sus compañeros -muchos de los cuales son mayores que él- con actos de audacia y coraje. Allí formará un sólido grupo de amigos con los que se enrolará más tarde en el ejército inglés y compartirá destinos exóticos.
Cuando me di cuenta, estaba pasando la página 43 y hacía rato que había cruzado la barrera temporal que me había fijado Lanvers. A esa altura había perdido la apuesta. El relato, ágil, con un lenguaje claro y adecuadas dosis de intriga, me transportó a los buenos libros de mi niñez y mi adolescencia. Al detener mi lectura, después de terminar el primer capítulo, ya estaba atrapado por lazos similares a los que desarrollaban los antiguos folletines, algo que me ocurre a menudo con algunas series televisivas norteamericanas que han rescatado las técnicas que se usaban en el siglo XIX, pero que no es frecuente que suceda en la literatura argentina reciente. Hay excepciones, desde ya, como las de Guillermo Martínez con su Crímenes imperceptibles o Pablo De Santis con El enigma de París, que se apoyan en la estructura del policial clásico para urdir una trama sin fisuras ni anacronismos. También lo logra Lanvers usando el formato de la tradicional novela de aventuras; reciclando lo que tan bien sabían hacer Dumas, Stevenson, Salgari, Conrad o London. La influencia de todos ellos se percibe en el libro, además de la de Dickens y, a medida que avanza la historia, la del novelista contemporáneo Wilbur Smith.
De Escocia,y después de breves escalas en Afganistán y en la India, la acción (junto con el protagonista) se desplaza al Africa y comienza a girar en torno del mítico jefe zulú Shaka, quien forjó un imperio en el sureste del continente. La historia del líder africano, poblada de humillaciones y venganzas, se cruza con la de Tom Grant. Este encuentro será determinante en la vida de ambos.
No hay grandes pretensiones en la novela. Simplemente, aunque no sea en verdad nada simple, busca entretener y cautivar. Y lo logra. También nos recuerda un pasado de saqueos, el germen del presente trágico de una región que el resto del mundo no quiere ver, y la riqueza cultural y espiritual de pueblos injustamente marginados de la Historia universal.
El autor es un hombre que conoce el "Africa profunda". Ha vivido con los zulúes, habla varios dialectos africanos y ha escalado solo las montañas más altas del continente. Cuando no está allí, vive en Córdoba, es médico cirujano, y ahora escribe y compite por los primeros puestos de las listas de libros más vendidos con Ruiz Zafón y Robin Cook. Superado el "desafío de la negrura" al que me retó Lanvers (que cualquiera de los lectores puede aceptar ingresando en www.hombrescomodioses.com.ar y descargando gratuitamente el primer capítulo del libro) le hice esta entrevista:

- No he podido resistir su desafío y parece que a muchos les ha ocurrido lo mismo. ¿Cuál cree que es la causa de la notable recepción que tuvo la novela entre tantos lectores?
- Creo que esta novela habla de hombres comunes, como Shaka Zulú y un inglés, Tom Grant, que, junto con un grupo de amigos, lograron con esfuerzo crear imperios de la nada y llevar a cabo hazañas extraordinarias. Sólo ayudados por su valentía y su sentido de la amistad. Quizá haya gustado a muchos, ya que además de estar ambientada en un continente tan fascinante, está escrito de un modo simple, directo y potente como un lanzazo en medio del pecho. Sin necesidad de palabras difíciles ni de interpretaciones extrañas.

- Shaka Zulú ha pasado a la historia, por un lado, como un estratega militar brillante y, por otro, como un líder sanguinario. ¿Cuáles son los límites culturales que tenemos los americanos, o tienen los europeos, para juzgar a Shaka?
- Siempre les costará a los americanos y a los europeos entender a un genio militar que no haya sido educado en sus academias militares, como West Point o Sand-hurst. Aun el Gran Napoleón se formó en ese tipo de escuelas, lo que nos da una idea del genio militar de Shaka, que se nutrió sólo de su propia visión de la guerra. Sanguinario, quizá cruel, pero nunca salvaje, Shaka Zulú sólo puede ser juzgado como lo que fue: un jote militar en el más sanguinario, más cruel y más salvaje de los momentos de la historia de Africa.

- ¿Qué diferencias existen entre el Shaka histórico y su personaje?
- Muy pocas, aunque siempre será difícil conocer realmente a hombres tan complejos.

- ¿Qué fue lo particularmente valioso que desarrolló la nación zulú en su época de mayor esplendor?- La nación zulú desarrolló un sistema social judicial -con Corte Suprema de Justicia incluida- y un orden militar como el Africa negra jamás había visto. Los ingleses recién lo entendieron en 1879, cuando en la batalla de Isandlwana los zulúes le infligieron la peor derrota sufrida por el Ejército Británico en toda la historia de las guerras coloniales. Los zulúes aún tienen su rey. Hoy, en Sudáfrica, cuando un hombre pertenece a esa tribu lo proclama con orgullo.

- Para el Primer Mundo, Africa es un continente estancado en el tiempo. ¿Qué puede aprender el Primer Mundo de los pueblos africanos?El Primer Mundo puede aprender una cosa de Africa: a respetar a su gente. A respetar su capacidad organizativa y el potencial de sus habitantes.

- Después de siglos de saqueo, el mundo le ha dado la espalda a Africa. La pobreza extrema, las epidemias y la violencia parecen haberla convertido en un continente inviable. ¿Qué deberían hacer los países desarrollados por Africa?
Africa sigue siendo una tierra riquísima, pero devastada por los intereses comerciales de los extranjeros, que, por siglos, se aprovecharon de sus recursos sin ocuparse de formar dirigentes.
Actualmente, en Africa las transiciones a la democracia se han convertido en tiranías negras, a veces, como la de Mugabe, en Zimbabwe, y la retirada de los blancos ha sido casi siempre violenta y salpicada de sangre. Quizá la excepción sea Sudáfrica, pero sólo hay un Nelson Mandela y ya tiene 90 años. El Primer Mundo debería ayudar a educar dirigentes, respetando su propia cultura; de lo contrario, tendrá pronto media Africa golpeando a las puertas de Europa y de Estados Unidos pidiendo por pan.

- Todo parece estar dado para que Africa. Hombres como dioses sea el primer tomo de una saga. ¿Qué viene después?
- Africa será una serie de libros que, con los mismos personajes y sus descendientes, contará la historia de este continente magnífico. Serán, por lo menos, tres novelas.© LA GACETA

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