Cristianos libaneses huyen cruzando la frontera

Cristianos libaneses huyen cruzando la frontera

En algunos sectores causa temor el fortalecimiento de Hezbollah luego de resistir durante 34 días los ataques de las fuerzas militares de Israel.

23 Agosto 2006
BEIRUT.- Cinco libaneses (una mujer con dos niños, que iba en busca de su marido, y dos varones que querían estar con su padre) huyeron cruzando la frontera hacia Israel, en procura de reencontrarse con familiares que alguna vez pertenecieron al proisraelí Ejército del Sur del Líbano (ESL). Cruzaron la frontera en la región de Hamames, cerca de la localidad de Jiam.
En mayo de 2000, tras el repliegue israelí, unos 8.500 milicianos del ESL (formado principalmente por cristianos libaneses) y sus familias buscaron refugio en Israel. Algunos de ellos retornaron posteriormente, y varios de ellos fueron juzgados y enviados a la cárcel. Otros obtuvieron asilo en terceros países. Unos 2.500 ex integrantes del ESL se quedaron en Israel.
Mientras tanto, la actitud triunfalista que muestran los militantes de Hezbollah causa impresión en algunos sectores. Sharbel, vecino de un distrito cristiano de Beirut, se mostró enfurecido al ver pasar una caravana de autos con las banderas amarillas de Hezbollah flameando para celebrar la declaración de victoria sobre Israel. Sharbel explicó que su malestar se debía a que en el Líbano, un país aún marcado por la guerra civil sectaria que se libró entre 1975 y 1990, cruzar el barrio de otra comunidad para hacer una declaración política es provocación.

El temor latente
Muchos cristianos, musulmanes sunnitas y drusos libaneses piensan que Hezbollah ganó fuerza al resistir 34 días de ataques israelíes. “No dejarán las armas. No sienten que tengan que hacerlo”, dijo Sharbel, que apoya a las Fuerzas Libanesas, una facción cristiana que forma parte de una coalición anti-Siria que domina el gobierno. Incluso antes de la guerra, que comenzó cuando el 12 de julio Hezbollah capturó a dos soldados israelíes, la coalición estaba en desacuerdo con el grupo por su negativa a renunciar al uso de las armas.
Muchos críticos de Hezbollah esperaban que la guerra les diera un golpe que condujera a su desarme. Pero ahora temen que, fortalecido, arremeta contra el gobierno para consolidar su poder. (Reuter)



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