"Existen dos Españas, y una de ellas te helará la sangre"

Del otro lado del Atlántico, dicen que la madre Patria es xenófoba y pro-imperialista. Una lectora sostiene que hay que "aprender" a vivir en otro país. Además, fotos de una tucumana en Nueva York.

Anita Meson y Carolina Vidal, de Mendoza, en Nueva York Time Square. Anita Meson y Carolina Vidal, de Mendoza, en Nueva York Time Square.
24 Enero 2006
• El país que cansa
“Mi nombre es René Quirós, soy tucumano y hace cinco años que vivo en Madrid. Vine aquí por la misma razón que otros inmigrantes: para trabajar. Tengo una profesión, algo de talento y mucha tenacidad, eso me sirvió para abrirme camino, pues en España te lo ponen más difícil si sos inmigrante. ¿Quiénes?… el gobierno (cualquiera de las dos derechas), los medios de comunicación masivos, y una mayoría que cree que el inmigrante viene a quitarle algo. Cuando llegué a Barajas mi simpatía por España era notable… pero con el tiempo, mi mirada se fue volviendo crítica, como no podía ser de otra manera… Y es que mayoritariamente España es xenófoba, consumista y pro-imperialista… Esa es la verdad. Claro que también existe buena gente aquí, pero son honrosas excepciones: una minoría entrañable de gente excepcional.
Decía Antonio Machado - “existen dos Españas, y una de ellas te helará la sangre…”. Faltaría agregar que la España de hoy tiene una moral mas cercana a Pizarro y Aznar que a la moral del "Nano" Serrat o del mismísimo Machado. Un estudio sobre la inmigración a España, de los años 2000 y 2001, realizados por la cátedra de Sociología de una universidad de Galicia informaba que el 35 % de los inmigrantes llegan con profesiones o titulaciones universitarias, y cuatro de cada diez tienen estudios secundarios completos… Por contrapartida entre los españoles solo uno de cada diez lo tiene. ¿Contundente verdad? En 2004, otro estudio realizado por una universidad de Valencia, corroboraba estos datos y pedía a los medios de comunicación y al gobierno que se informe correctamente de esto a la población española para evitar estigmatizaciones y xenofobias. No lo hicieron. La mayoría de los medios inculcan sistemáticamente que la inseguridad y paro laboral aumentaron con el flujo inmigratorio. El gobierno calla y así se justifica mientras pone férreas trabas burocráticas al inmigrante, y usa la economía en negro que estas trabas generan.
Economía en negro que alcanza millones de euros anuales y que benefician la explotación laboral, las empresas de envío de dinero y las llamadas de larga distancia. También usa la palabra “ilegal” o “indocumentado” para denominar a personas legales y documentadas que no pueden acceder a los dificultosos permisos de residencia y trabajo. Realmente la ilegalidad radica en el comportamiento del gobierno español que incumple el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Para no mencionar varios convenios de inmigración preferente con América latina, incluida Argentina. Es cierto que la guerra civil española terminó en 1939, como dice en su carta Andrea Díaz, pero el hambre no. El hambre gobernó a los españoles junto a Franco, y el dictador se murió en 1975.
Apenas una generación y media, o dos cuando más, separan al español de hoy de la “cartilla de racionamiento”, sin embargo ya se olvidaron que tuvieron hambre y que América Latina les dio de comer. Que también América recibió a españoles que hasta hace menos de treinta años emigraban a nuestros países, los más sin papeles de ninguna clase. América no los devolvía de los puertos ni aeropuertos. Ni los apaleaba como lo hacen con los africanos en las vallas de Ceuta o Melilla. Un graffiti muy común en Londres sentencia: “Estamos aquí, porque ustedes estuvieron allí”, La diferencia enorme es que los inmigrantes venimos a esta vieja Europa a trabajar. Al señor Julián Terán, toda mi solidaridad, y comprensión. A la señora Poldy Abatte mi repudio por decirle a un inmigrante: “cuando alguien no se siente bien en un lugar se vuelve por donde llegó”. Eso hiere a un inmigrante que viene a trabajar y muchas veces la pasa mal.
A algunos obsecuentes les es mas fácil “adaptarse” por su falta de principios y de dignidad. Así cualquier arreo les vale, quizás sea su caso señora. Poldy. La serie de TV que menciona ("Vientos de agua" ) es a la verdad como la fantasía de “Los cantares del mío Cid” lo es a la historia. No comparto esa moral y me solidarizo con quien sufre injusticia y más aún si es de mi tierra. Para los que se vendrán: les digo que aquí todavía hay trabajo y también explotación, que el costo de la vida es carísimo y que España necesita reemplazar la mano de obra que no puede cubrir pues su índice de crecimiento de naturales es negativo y su sistema jubilatorio colapsará si no toma inmigrantes. Te será difícil y tu mejor herramienta será la tenacidad y la paciencia. Una vez dentro, España puede correrte por cansancio o decepción… pero en cualquier caso la decisión es tuya y también la razón para hacer lo que te parezca. El solo hecho de animarte a buscarte la vida en otro país ya te distingue: sos un/a luchador/a. Un abrazazo calido y fraterno”.
René Quirós
Madrid
rene7quiros@yahoo.com.ar

• Sobre la discriminación
“El acto discriminatorio, según lo he percibido en países donde la gente se mezcla poco (México) o mucho (España), nace del propio individuo. Yo creo que no hay discriminación si la persona no se siente inferior en algún punto, o inseguro. Para no ser discriminados basta simplemente "sentirnos iguales". De cualquier forma, gracias a los que escriben desde España y desde Tucumán, por recordarme que todos somos "hijos de su padre y de su madre" es decir diferentes. ¡Ah! Lo del presidente de Bolivia fue una broma pesada producto del corto ingenio de un individuo y que, de ninguna forma refleja el pensar del ciudadano español de a pie. A mí no me gustaría que me pusieran en la misma bolsa a alguno de los graciosillos de Tinelli. Un saludo afectuoso a Poldy. Comparto sus conceptos, muy claros y precisos. Y por último, todos los argentinos que he conocido en España se destacan en lo que hacen. Y en general son respetados. Seguro que estas personas aprendieron que para vivir en otro país lo primero es no quejarse, lo segundo es trabajar duro, y lo tercero es dejar de pensar que las cosas serían mejor en la propia tierra, porque seguro que por donde dejamos a los nuestros la vida transcurre y no nos espera. Así que mejor no nos sentemos a esperar que el tiempo pase, y disfrutemos del lugar en el que nos ha tocado estar. Un abrazo”.
Andrea Díaz Alderete
Madrid
andrea_diazalderete@yahoo.com.ar



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