Cartas de lectores
19 Enero 2020

Transgresiones

Transgredir, según la definición de la Real Academia Española, significa quebrantar, violar un precepto, ley o estatuto. Estos días, los portales de los principales diarios del país contaron las historias de turistas argentinos que tuvieron este comportamiento en distintos puntos de la región. Creo que, en estos casos, está mal empleada la palabra “turista” y debería ser reemplazada por transgresores a las leyes de otros países. Se creen pícaros, pero hacen daño. Un caso fue el del cordero arrojado desde un helicóptero a un pileta, en Uruguay. El otro caso ocurrió en Machu Picchu, donde argentinos generaron daños en un lugar histórico. Dos de ellos fueron expulsados del país y otro quedó detenido. Siento vergüenza como argentino por todo esto. Por vándalos como estos, todos somos colocados en la misma bolsa. Ojalá se tomen medidas para que estos personajes dañinos no salgan del país. Vivir en democracia no quiere decir hacer lo que yo quiero, sino hacer lo que se debe hacer, y saber que el derecho de uno comienza donde empieza el derecho de la otra persona.

Fernando Saade

Problemas sin solución

Vivimos en una sociedad insatisfecha. A un 70 %  no le alcanza para vivir de una manera normal. El problema es que venimos de gobiernos cada vez peores. Ganamos cada día menos, con el agravante que, como contra partida, todos los días las cosas están más caras. Creo  que casi todos vivimos al borde mismo de la desesperación. No  nos alcanza para comer ni para comprar remedios. Aparte, los gobiernos que se van sucediendo (todos, sin excepción) tienen problemas comunicacionales. Todo es un misterio; lo malo es que da la impresión de que cuando nos dicen algo es porque ya han tomado medidas que empeoran las situaciones que vivimos. El infierno que padecen los que habitan el Impenetrable, en Chaco, no es demasiado distinto al modo en que se vive en las áreas periféricas de cada ciudad. Los mayores sufren hambre, como también los niños, casi todos desnutridos o esclavos de las drogas. El peor problema es la clase política. Es difícil que los gobiernos puedan lograr pagar las deudas que tenemos y lograr equidad. La incapacidad y la falta de ética es lo que envilece todo programa que se pueda instrumentar.

Hector Leonardo Bravo

Seamos sensatos

Nuevamente son los trabajadores los que tienen que pagar los platos rotos. Esta es una manera irrespetuosa y mal intencionado de perjudicar al trabajador: descontarle un 10 % al que más gana para aparentar un estado coherente y generoso con el más sacrificado (NdelaR: esta semana que pasó el vicegobenador Osvaldo Jaldo, a cargo del Poder Ejecutivo, firmó un decreto mediante el cual se les baja el sueldo un 10% a los funcionarios provinciales). Dejemos de jugar y empecemos a realizar hechos que trasciendan y que no sean especulaciones lastimosas. Esta provincia es una de las más caras del país. Exporta lo que produce, pero jamás alcanza y vemos un empobrecimiento de valores. Seamos sensatos, por favor.

Carlos Rubén Ávila

El ruiseñor

Ángel Vargas tenía una impresionante personalidad. Es el símbolo del fraseo de infinito buen gusto de los años cuarenta. Su voz era diáfana y bella, y de una dulzura varonil. Transmitía simpatía y era un cantor carismático. La dupla D’Agostino-Vargas es uno de los engranajes más perfectos que nos dio el tango, sólo comparable a la de Troilo con Fiorentino. Quien lo bautizó como ruiseñor sabía mucho de pájaros y de tango. Nació en Buenos Aires como José Ángel Lomio el 22 de octubre de 1904. Su carrera comienza en los inicios de la década del treinta en las orquestas de Augusto P. Berto y en la del tucumano José Luis Padula. En 1940 comenzará su etapa fundamental al ingresar a la orquesta del pianista Ángel D’Agostino junto a quien permanecerá hasta 1946, dejando 94 temas en el disco, que constituyen verdaderas joyas del género. Su etapa como solista la encara formando su propia orquesta donde deja registrados otros 86 temas. Ángel Vargas, sin dudas uno de los más grandes artistas de nuestro tango, murió joven en la plenitud de sus condiciones interpretativas, como si hubiera tenido prisa para ir a ocupar la plaza de tenor que el buen Dios le tenía reservada en el coro de los otros ángeles. El 7 de julio de 1959 le diagnosticaron un cáncer de pulmón. Fue operado y al finalizar la intervención falleció a raíz de un accidente anestésico. Tenía 54 años.

Luis Salvador Gallucci

Medioambiente

En la provincia de Tucumán, con relación al medio ambiente y su protección, rige entre otras, la Ley 6.253 (de Medio Ambiente), reglamentada por los Decretos 2203-3-91; 2204-3-91 y 2226-3-96. El titulo tercero (Artículos 17 al 21) de esta ley regula el procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA). Se entiende por EIA al conjunto de estudios y sistemas técnicos que permitan estimar los efectos que la ejecución de un  determinado proyecto, obra o actividad causará sobre el medio ambiente. Debe hacerse buscando un desarrollo sustentable y ambientalmente sano. En nuestra provincia, el Consejo Provincial de Economía y Ambiente (CPEA)  tiene las funciones de estudiar los EIA presentados y aprobar el Certificado de Aptitud Ambiental, que luego será  emitido por la Dirección de Medio Ambiente (DMA). He leído algunos aptos ambientales que otorgo la DMA y observo  una falencia grave: no tienen indicado la vigencia, ni el vencimiento (vigencia indefinida). Es grave, porque pone en evidencia que  la DMA al otorgarlos, no tuvo  en cuenta  que con el paso del tiempo, pueden ocurrir cambios relevantes en los elementos y componentes esenciales que se usaron para confeccionar el EIA y el Certificado de Aptitud Ambiental. Estos elementos pueden ser: ambientales, paisajísticos, culturales, sociales, económicos, hidrológicos, zona de influencia, etc. Tampoco tuvo en cuenta: 1) que los impactos ambientales dependen  de las características  del proyecto es decir de su naturaleza, localización, tamaño y el ambiente o ecosistema donde  se lo emplazara. 2) Que los principios de prevención y precautorios, son esenciales en toda gestión ambiental y  que debe tener como objeto, la  protección del medio ambiente. Solicito a la DMA que realice las acciones necesarias para los aptos ambientales y los EIA, tengan un tiempo de vigencia (la razón y el sentido común, así  lo aconsejan).

Juan Francisco Segura

¿Modelo del pasado?

¿”Modelo del pasado” la familia cristiana, la familia que vivimos los cristianos desde los comienzos de la predicación evangélica? Algunos profesores han visto que, detrás de los cambios que se han hecho en el Instituto Juan Pablo II está la idea de darle un carácter más sociológico que teológico, lo que explicaría la purga de muy buenos profesores de teología moral, de teología espiritual, etc. La misión de la Iglesia nada tiene que ver con la sociología, ni con la política, ni con el liderazgo en la batallar por el cambio climático, o cualquier otra actividad semejante.  La Iglesia sabe que tiene que transmitir al mundo la Luz de Cristo, convertir al mundo a la Verdad que Él nos ha revelado; y al recibir esa Luz y esa Verdad, serán los hombres convertidos a la Verdad, los que llevarán adelante las incidencias de este mundo, viviendo la familia cristiana, la familia siempre actual, enraizada en la tradición perenne de la Iglesia, que nunca es “modelo pasado”, porque Cristo vive en ella.

Jaume Díaz

Billetes nuevos

El viejo refrán “todo cambia para que no cambie nada” es uno de los preceptos de los incorregibles (al decir del gran Borges). Unen ese refrán con su remanida idea que albergan desde hace 7 décadas cada vez que se hacen con el poder: refundar la República. Ahora les toca el turno a los diseños de nuestra moneda. Estimo que la volatilidad del peso (recordemos que alegremente ya vamos quitando 13 ceros a nuestra moneda original) no le hará honor ni a San Martín, ni Belgrano u otros próceres. Nuestro Padre de la Patria está a punto de sucumbir: su billete tiene fecha de vencimiento. Pronto le seguirá Don Belgrano. Da pena que saquemos a nuestros animales autóctonos para insistir nuevamente en iniciar la devaluación de nuestros próceres simplemente para que la platea (y las gradas) crean que se está “cambiando”.  Máxime cuando nuestro billete de $ 500 (el yaguareté) fue premiado como el mejor diseño de billete a nivel mundial hace un par de años. No debe ser tan malo su diseño. Pero lo peor es lo que declara el presidente del BCRA: “que se vayan los animales para que los billetes tengan valores sociales y sean personas que se identifiquen con esos valores”. Por otra parte, los conocedores de la numismática estiman que este mentado cambio costaría 75 millones de dólares. Una bicoca para la declarada época de “emergencias” en las que nos puso el nuevo presidente.

Luis Vides Almonacid

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