Un calambre lo dejó en el piso

Un calambre lo dejó en el piso

Bolt no pudo terminar la posta 4x100 en su despedida pero nada empaña su exitosa carrera.

FINAL INESPERADO. Bolt terminó tendido sobre la pista en su última carrera. Su talento y carisma serán difíciles de igualar. reuters FINAL INESPERADO. Bolt terminó tendido sobre la pista en su última carrera. Su talento y carisma serán difíciles de igualar. reuters
13 Agosto 2017

Acaso alguna vez nazca uno todavía mejor y ya no estaremos para ver ni contar.

Es el del hombre el destino del empeñarse en superar los límites, pero de lo que ya no hay ni una sombra de duda es en que se ha despedido uno de los genuinos próceres de la historia del deporte. Un personaje sin par.

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Con Usain Bolt se rompieron todos los moldes de atletas de elite y de carreras de velocidad. Con menos de eso es imposible trazar un perfil que siquiera se acerque a condensar su dimensión y su esencia. Y más aún: con él cualquier analogía debe empezar con una vara muy alta y vaya a saber por dónde se termina.

Inclusive, su alto sentido de la profesionalidad lo impulso a honrar la palabra y concurrir al Mundial de Londres pese a sufrir recientemente varias lesiones, lo que se hizo patente ayer en su doloroso abandono en la posta 4 por 100 metros, prueba que significó su despedida del atletismo. Ganaron los británicos, mientras el astro se revolvía sobre el tartán, incapaz de concluir la última carrera de su vida profesional.

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Lo han comparado con Muhammad Alí y absténgase quienes deduzcan un disparate. ¿Qué tienen en común un boxeador de Louisville que nació en enero de 1941 y murió en junio de 2016 con un atleta jamaiquino que el 21 de este mes cumplirá 31 años?

Tienen en común la bendición de la Diosa Naturaleza, la simpatía, el desparpajo, la astucia en el dominio del marketing, la seducción del showman, la facultad de brillar en el más alto nivel y el privilegio de establecer un canon del que jamás podrá volverse.

Parecía imposible que un hombre de 191 centímetros y 95 kilogramos se moviera en el ring con la presteza, la sincronía y la gracia que lo hizo Alí. Parecía imposible que un hombre de 196 centímetros y 94 kilogramos recorriera los 100 metros en 9 segundos con 58/100 y Bolt lo hizo.

Para que les quede claro a desconocedores, curiosos y despistados: Bolt hizo trizas el biotipo del corredor de velocidad y así lo explicó Carlos Gats, plusmarquista argentino de 100 y 200 metros llanos: “Hablamos de una mega estrella por su condición de superdotado, su reacción en los 40 metros está por debajo de toda regla, es la reacción de una persona de 1.70”.

Una referencia más que podría circunscribir la composición de lugar: un atleta excelente, el mejor entre los muy buenos, un crack, recorre los 100 metros en 45 pasos, pero en Bolt se hizo costumbre recorrerlos en 41 pasos.

El “Hombre Relámpago” fecundó las maravillas de su ADN al servicio de una técnica exquisita (elasticidad, contacto, frecuencia, amplitud, despegue, coordinación) y todo sazonado con su singular cóctel de guerrero y rock star.

Llenar un estadio por sí mismo, ser ovacionado después de haber terminado tercero, convertirse en ícono de millones de personas que jamás se habían interesado por el atletismo, hacer de una carrera de 100 metros una fiesta celebrada a escala planetaria, cual Neil Armstrong de caminata lunar, pues he ahí el sello y la impronta de la rara avis nacida en la Parroquia de Trelawny.

Jugador de críquet y de básquet, seguidor del buen fútbol e hincha del Manchester United, degustador de las comidas rápidas y de largas noches de tragos largos, adorador del reggae, bailarín afinado, disc jockey aficionado, benefactor del colegio de su infancia, niño terrible, amateur incurable y profesional insuperable, transgresor, incorregible, irrepetible.

Fue un final dramático. Un adiós tristísimo que ni en sus peores pesadillas podía haberse imaginado. Un hasta siempre absolutamente inapropiado para el mejor atleta de la historia. Tendido sobre el tartán, lesionado, sin poder acabar la última carrera de su fabulosa trayectoria. Así terminó el jamaicano Usain Bolt en los Mundiales de Londres. ¿Qué pasó? “Sufrió un calambre en los isquiotibiales de su pierna izquierda”, informó el médico de la selección de Jamaica, Kevin Jones.

La carrera fue ganada por Gran Bretaña, con un tiempo de 37,47 segundos, seguidos por Estados Unidos (37,52) y Japón (38,04).

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