Ascensión: elevar la mirada de la vida

Ascensión: elevar la mirada de la vida

28 Mayo 2017

LA MISA DE HOY

PBRO. MARCELO BARRIONUEVO

Jesús sube al cielo para poder guiarnos con su presencia a través del Espíritu Santo, para que vayamos también con Él al cielo.

“En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: ‘se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo’ (Mateo 28,16-20).

Publicidad

Celebra la Iglesia el camino de la ascension de Cristo: el Señor vuelve pero nos pide que nos preparemos a recibir al Espíritu Santo como Aquel que nos guiará en el compromiso de la historia temporal y el logro de lo eterno en el cielo. Antes de marcharse, el Señor convocó a los suyos en el monte de los olivos, esto es, donde había comenzado su dolorosa Pasión. Cristo quiso que los suyos compartieran su triunfo allí donde comenzó su aparente derrota. Es como si Jesús quisiera que comprendieran -también nosotros- que allí donde hay dolor, sufrimientos, allí el cristiano está construyendo la plataforma para dar su salto al Cielo.

Que Cristo eligiese el monte de los olivos, esto es, el lugar de la derrota para mostrar a sus discípulos su poder y su gloria subiendo a los Cielos, constituye una enseñanza más que el cristiano no debe olvidar. ¡En cuántas ocasiones nos dejamos llevar por el desaliento, la tristeza, el miedo al qué dirán o pensarán, cuando el camino presenta su vertiente menos grata o nos movemos en un clima moral adverso! ¡No olvidemos esta lección! Sí, a todos aquellos que lo están pasando mal por Jesucristo, Él les dice: “dichosos seréis cuando os insulte y os persigan y digan de vosotros, mintiendo, toda clase de males... Alegraos porque vuestra recompensa será muy grande en los cielos” (Mt 5,11).

Publicidad

Toda esta mirada espiritual tiene un fuerte compromiso temporal. La mirada que dirigimos al mundo puede convertirse en llamamiento. Nuestro mundo de hoy es más proclive al lamento que al compromiso. Porque es más sencillo quejarse que remediar algo. La ascensión es un acicate a mirar el cielo, pero involucrándonos decididamente en el compromiso historico de la Iglesia y del mundo. Somos llamados a evangelizar y a luchar para dar un sentido a la sociedad. No podemos ser indiferentes, hay que comprometerse a que este mundo que Dios puso en nuestras manos sea un poco mas humano y evangélico. ¡Dios nos ayude!

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios