“’Belén’ sentía que le habían robado la vida y este fallo quizás le permita recuperarla”

“Ella está muy emocionada. Ella siempre dijo que sentía que le habían robado la vida, pero con este fallo quizás le permita recuperarla”, aseguró Soledad Deza, la defensora de “Belén” (su verdadero nombre se mantiene en reserva) que fue absuelta por la Corte Suprema de Justicia de la provincia luego de haber revisado la condena de ocho años de prisión que le impuso un tribunal al encontrarla culpable de homicidio en contra de su hijo recién nacido.

Después de casi seis meses, con los votos de los vocales Antonio Gandur, Daniel Posse y Antonio Estofán, la joven terminó siendo absuelta por el beneficio de la duda. Los fundamentos del fallo aún no se dieron a conocer ni se informó cuando se difundirá.

Sin embargo, trascendieron algunos detalles. Por ejemplo, que los tres jueces opinaron por separado y que Posse, como preopinante, fue muy crítico con la investigación del fiscal Washignton Navarro y con la sentencia que dictaron los jueces de la Sala III de la Cámara Penal.

“Este era un fallo necesario. Ella estuvo 29 meses presa, a pesar de que no hubo fundamentos para acusarla y, mucho menos, para condenarla. Es un fallo muy importante para la sociedad tucumana porque se dio en un momento donde se nota una ofensiva de los sectores conservadores en contra de los derechos de la mujer”, indicó Deza en una charla con LA GACETA

La defensora de “Belén”, que se encuentra fuera de la provincia, también dijo: “la sentencia revitaliza los derechos que tenemos las mujeres cuando atravesamos un evento obstétrico adverso como son la confidencialidad, recibir un trato digno y respetuoso del profesional y la atención libre de violencia”.

“Toda mujer que sufra un aborto, sea voluntario o espontáneo, como fue el caso de Belén, está protegida para su atención. Esta sentencia dice que las mujeres no debemos dejar de pedir atención por temor a ir presas”, concluyó.

El caso

En marzo de 2014, la joven llegó de madrugada al Hospital Avellaneda acompañada por su mamá, para que la revisaran por unos cólicos. Según dijo durante el juicio, desconocía que estaba embarazada. Incluso, varios de los testigos dijeron que no presentaba una panza que lo indicara. Ese mismo día se halló un feto en uno de los inodoros del lugar. El fiscal Navarro Dávila, que llevó adelante la investigación, pidió que se la detuviera al acusarla de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por la alevosía. El planteo fue aceptado por la ex jueza Mirta Lenis de Vera y confirmado por la Cámara Penal de Apelaciones.

Después de dos años, Belén se sentó en el banquillo de los acusados. El fiscal de Cámara, Carlos Sale, había solicitado que se le dicte una pena de 14 años. Pero el tribunal integrado por Dante Ibáñez, Rafael Macoritto y Fabián Fradejas, decidieron condenarla y revocarle por seis meses más la prisión preventiva.

“Los testimonios e informes nos permitieron llegar a la certeza de que había nacido un niño con vida; que el deceso se produjo por un traumatismo encéfalocraneal y que el cordón umbilical había sido cortado por desgarro, a partir de un tironeo, cuyas terminaciones coincidían con el pedazo de cordón hallado en el cuerpo de la imputada”, dijo Macoritto.

Deza, de la Asociación Católicas por el Derecho a Decidir, se hizo cargo de la defensa de “Belén”. Inmediatamente aseguró que la joven había sufrido un aborto espontáneo y empezó a reclamar que se revea el fallo. Mientras tanto, organizaciones sociales, feministas y sindicales marcharon en diferentes ocasiones para exigir la absolución para la joven y protestar contra la criminalización del aborto.

En julio pasado, el ministro Fiscal, Edmundo Jiménez, había solicitado la Corte que anule el fallo y que la condenada recupere la libertad de manera inmediata. “Estimo que es un caso que no tiene pruebas suficientes para que haya una condena, hay deficiencias en cuanto a las medidas de prueba, no hay precisiones, no hay suficientes elementos como para imputarle un delito a esta persona. Para condenar a una persona y privarla de la libertad debe haber pruebas ciertas, certeras, que sean indubitables”, reiteró. Meses después, la Corte le daría la razón.