Incremento de donantes tucumanos de órganos

Incremento de donantes tucumanos de órganos

24 Marzo 2017
Las situaciones límite suelen colocar al ser humano muchas veces en una realidad imprevista, cuando el dolor o la proximidad de la muerte propia lo acechan. Es entonces cuando toma conciencia de la finitud de la existencia. Su vida puede volverse dramática si él o un ser querido necesitan de la cesión de un órgano para seguir viviendo. Hay personas con problemas renales que aguardan desde hace años la donación de un órgano para poder librarse de la diálisis, que les permite continuar su existencia.

En nuestra edición del lunes pasado, informamos que el hospital Ángel C. Padilla, donde se efectuaron casi todas las ablaciones, alcanzó el récord nacional en 2016 con 26 donantes que hicieron posible salvar la vida, en algunos casos, o mejorarla en otros, de 68 pacientes. La misma tendencia continúa en 2017, con siete donaciones reales: cinco de ellas son multiorgánicas. Un médico del Incucai Tucumán señaló que en cifras globales, Tucumán está quinta en la donación nivel país, con 4,3 donantes por millón de habitantes. “Es una tasa altísima. Vamos en ascenso porque el año pasado terminamos con tres o cuatro en el país. Desde 2010 Tucumán ha hecho un cambio tremendo. Hubo más compromiso por parte de la gente. El tucumano es muy solidario”, sostuvo.

Nuestra provincia ocupa el séptimo lugar a nivel nacional en la lista de espera de órganos. Según datos oficiales, hay 194 tucumanos que aguardan un trasplante renal; ocho uno renopancreático; 52 uno hepático; tres hepatorrenal, dos de corazón, uno intestinal y 23 de córneas. Un solo donante puede salvar ocho vidas: dos trasplantes de riñón, dos de pulmón, dos de hígado (dividiendo el órgano), uno de páncreas o intestino delgado y uno corazón, sin contar los vinculados con la calidad de vida, como los trasplantes de córneas o de piel.

El 1 de abril de 2006 entró en vigencia la ley N° 26.006. Se consigna que toda persona es un potencial donante de órganos, a menos que oficialmente y por escrito deje constancia de su negativa. La norma se refiere a la ablación de todo tipo de tejido vital, menos aquellos que sean separables del cuerpo -como la sangre y sus derivados-, pero abarca las células progenitoras hematopoyéticas, conocidas como células madre y también las células de médula ósea. La norma indica que los funcionarios del Registro Civil están obligados a informar a toda persona mayor que concurra por un trámite, que tiene la posibilidad de dar su voluntad positiva o negativa para convertirse en donante. Incluso, se debe promover la posibilidad de que esta consulta pueda hacerse en las mesas electorales cuando se efectúen comicios, pero ello no sucede.

Si bien es alentador que en Tucumán se haya incrementado la cantidad de donantes, la cesión de órganos podría ser aún mayor si se implementaran campañas permanentes de concientización en los establecimientos educativos -especialmente en el secundario y en las universidades- o en la administración pública y la actividad privada. Podrían aprovecharse para tal fin los espectáculos masivos, como los partidos de fútbol de nuestros principales clubes, instalando mesas informativas en los accesos a los estadios. Ya en la escuela primaria podría inculcarse la importancia no sólo de donar un órgano, sino también sangre, como actos notables de solidaridad y de amor hacia el prójimo.

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