Siete historias del Tucumán inundado

Siete historias del Tucumán inundado

La tormenta azotó la capital de punta a punta. Impotentes, los vecinos contemplaron cómo las correntadas desbordaban las calles y, en el peor de los casos, se metía en sus casas. El día después fue un rosario de lamentos y pedidos de ayuda.

 -VILLA URQUIZA.- -VILLA URQUIZA.-
11 Marzo 2017
villa urquiza
tuvieron que sacar el agua a baldazos por la ventana
“Me inundé siempre, pero nunca como esta vez”, afirmó Paola Bollea desde la ventana de su casa en Perú y Catamarca (Villa Urquiza). Su esposo, Martín Díaz, y dos vecinos sacaron a baldazos el agua que el jueves por la noche llegó a cubrir poco más de un metro de la vivienda. Luego de que se viralizara el video de ese momento, la pareja y sus dos hijos (Lorenzo, de 12 años -foto-, y Milagro, de 9) se trasladaron a lo de la madre de Díaz, en Las Talitas. “Estaba contento porque empezaba la escuela, pero no pude ir porque se me mojaron los útiles, el delantal nuevo, la mochila y los zapatos”, se lamentó Lorenzo. Mientras unos vecinos juntaban escombros de la esquina inundada, Bollea comentó que las cloacas están trancadas por la basura que tira la gente. La familia perdió ropa, muebles y electrodomésticos.
 
Olleros II
 
Más de 30 años sufriendo cada vez que llueve
En la calle Eudoro Aráoz 900 los vecinos vivieron una noche de pesadilla. Mercedes Hernández, de 88 años, se despertó a las cuatro de la mañana. Algo no la dejaba dormir. Eran sus frazadas empapadas. “No se puede vivir así. Desde hace 35 años que vivo acá y siempre es lo mismo”, enfatizó, y rompió en llanto. “No llore, doña Mercedes, tiene que estar bien”, le dijo su vecina, Rosa Copertino, pero las lágrimas también comenzaron a poblar su rostro.
Por la cuadra un improvisado canal arrastra miles de litros de agua y kilos de basura. René Palavecino indicó que ese es el principal responsable en las inundaciones. “Está trancado por tanta basura, entra todo a mi casa. Ya debería haber desaparecido o lo tendrían que haber entubado. Pero a los políticos sólo los ves en época de elecciones”, protestó.
 
 
diagonal heredia
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Francia 1600 
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roselló
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piden colaboración
A la altura del 1.600 de Francia el diluvio provocó graves inconvenientes a los vecinos porque el agua no encontró por dónde escurrirse y se “embolsó” a lo largo de la cuadra (foto de arriba). Así lo destacó Brian Ferreyra, quien apuntó que eso ocurre porque la calle está hundida. Nada terminó de secarse ayer y los vecinos seguían limpiando sus hogares. “Aquí se llovió entero, adentro tengo todo mojado. Esta vez se mojaron las camas y los colchones, pero otra veces sufrí pérdidas más graves”, explica la Susana Silvia Martínez. También se lamentó por los daños en el techo de su baño (foto), y eso que después de la anterior tormenta le había colocado ladrillos encima para que no se volara. En la casa de Silvia viven ocho personas más, entre ellos dos menores de seis años y una bebé. “Me gustaría que alguien me ayude a reconstruir los techos, pero nunca se acercó nadie”, relató. “Quizás no importan los colchones, pero lo que más me duele es que siempre que llueve de esta forma perdemos las zapatillitas de mis nenes”, lamentó Silvia mientras levantana a su hijo en brazos para evitar que pisara los charcos. 
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desaparecieron las veredas
En la esquina del pasaje Figueroa Alcorta y Diagonal Alejandro Heredia se acumulan los escombros en medio del río formado en ambas calles (foto). Los vecinos hacen equilibro para no caer en el cauce que se tragó casi toda la vereda, dejando apenas un margen de centímetros de barro, por el que tampoco es seguro caminar. La tormenta del jueves invadió varias casas de la zona. Claudia Roldán, una de las vecinas, comentó que cuando tienen una urgencia médica las ambulancias no pueden entrar al lugar. El grupo de vecinos que la rodeaba coincidió en que, para ellos, un gran problema es que el puente construido sobre México y San Miguel no cuenta con los desagües necesarios. Manifestaron que ya presentaron varias notas en la Municipalidad, pero que aún no tienen respuesta. “Parece que creen que porque la gente es pobre está condenada a vivir así”, expresó Roldán. En lo de Antonella Guebel, el agua alcanzó los 20 centímetros. “Se me mojaron la ropa y los sillones. Y se salieron los zócalos del baño y el resumidero expulsaba papel higiénico”, relató. 
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no se habían recuperado de tormentas anteriores
Después del aguacero, el barrio Roselló (ubicado a un costado del puente Lucas Córdoba) amaneció con los caminos inundados. Pero el problema lo acarrean desde las últimas tormentas, cuando el viento derribó árboles que obstruyeron el paso de los vehículos y se convirtieron en criaderos de bichos y animales peligrosos (foto). Los vecinos aseguran que llamaron numerosas veces al municipio para que se hiciera cargo, pero no consiguieron respuesta. “Gracias a Dios no nos inundamos y estamos bien, pero no podemos seguir sufriendo la caída de más ramas y árboles. Está lleno de víboras, alacranes y ratas, mi hija tenía un alacrán en su ojota y por suerte no le picó”, relata Graciela Rivadeneira. Agrega que el agua no fue un problema porque la calle está en bajada. Por otro lado, Carlos Suárez denunció que en el “monte” que se está armando se juntan personas a ingerir sustancias tóxicas y que aumentó la inseguridad.
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Alejandro Heredia
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gobernador del campo al 700
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Acostumbrados a temerle a la lluvia
Para los vecinos del barrio Alejandro Heredia (ubicado al sureste de la capital) la lluvia se convirtió en sinónimo de miedo. Patricia Guerrero es madre de dos niños discapacitados. “Cada vez que llueve tengo que subir a los chicos a sillas, a la heladera, a los lugares altos de la casa. Se asustan y es una angustia sentirlos llorar”, relató. “Hace tres años perdí colchones, frazadas y heladeras. Tuve que levantar mi casa y poner ladrillos debajo de los muebles”, comentó. 
La tormenta del jueves no le provocó grandes pérdidas, ya estaba preparada para ello: levantó la entrada de su casa y colocó ladrillos abajo de los muebles y heladeras. Transitar la inundadas y barrosas calles del barrio es un problema para Sara Díaz. “Tengo que sacar a mis hijos en caballito. No se puede así. Necesitamos cordón cuneta”, narró. Su cuadra (calle 63 Sureste) amaneció anegada.
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“LA AVENIDA ERA COMO UN MAR”, EXPLICÓ UN VECINO DEL PARQUE
En la avenida Gobernador del Campo el agua comenzó a bajar tres horas después de la tormenta y muchos pudieron salir de sus trabajos entre las 22 y las 23. La imagen de tantos vehículos flotando frente al parque 9 de Julio ilustró ayer la tapa de LA GACETA. “No se veía ni la platabanda. Los vehículos que no pasaron a tiempo se llenaron de agua y se arruinaron. La cantidad de coches quedados era impresionante”, describe Ofelia El Khalil, quien además de ser vecina del barrio tiene una panadería hace 50 años. Andrés Fernández vive hace casi 40 años en Gobernador del Campo al 700 y hace cuatro que abrió un kiosco. “Lo primero que hice fue poner una puerta con una compuerta de chapa, porque ya se me echó a perder una heladera. Estuvimos casi tres horas para sacar el agua de las casas”, sostuvo. Otros explican que el problema se agrandó cuando sacaron el macetón, porque antes el agua corría para el parque y ahora está cerrado.“Los vecinos no pueden quejarse porque tapan con basura los desagües, están todos trancados”, coincidieron Franco Marchetti y Omar Correa. 

> Villa Urquiza

Tuvieron que sacar el agua a baldazos por la ventana

“Me inundé siempre, pero nunca como esta vez”, afirmó Paola Bollea desde la ventana de su casa en Perú y Catamarca (Villa Urquiza). Su esposo, Martín Díaz, y dos vecinos sacaron a baldazos el agua que el jueves por la noche llegó a cubrir poco más de un metro de la vivienda. Luego de que se viralizara el video de ese momento, la pareja y sus dos hijos (Lorenzo, de 12 años -foto-, y Milagro, de 9) se trasladaron a lo de la madre de Díaz, en Las Talitas. “Estaba contento porque empezaba la escuela, pero no pude ir porque se me mojaron los útiles, el delantal nuevo, la mochila y los zapatos”, se lamentó Lorenzo. Mientras unos vecinos juntaban escombros de la esquina inundada, Bollea comentó que las cloacas están trancadas por la basura que tira la gente. La familia perdió ropa, muebles y electrodomésticos.

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> Olleros II 

Más de 30 años sufriendo cada vez que llueve

En la calle Eudoro Aráoz 900 los vecinos vivieron una noche de pesadilla. Mercedes Hernández, de 88 años, se despertó a las cuatro de la mañana. Algo no la dejaba dormir. Eran sus frazadas empapadas. “No se puede vivir así. Desde hace 35 años que vivo acá y siempre es lo mismo”, enfatizó, y rompió en llanto. “No llore, doña Mercedes, tiene que estar bien”, le dijo su vecina, Rosa Copertino, pero las lágrimas también comenzaron a poblar su rostro.
Por la cuadra un improvisado canal arrastra miles de litros de agua y kilos de basura. René Palavecino indicó que ese es el principal responsable en las inundaciones. “Está trancado por tanta basura, entra todo a mi casa. Ya debería haber desaparecido o lo tendrían que haber entubado. Pero a los políticos sólo los ves en época de elecciones”, protestó.

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> Francia 1600

Piden colaboración

A la altura del 1.600 de Francia el diluvio provocó graves inconvenientes a los vecinos porque el agua no encontró por dónde escurrirse y se “embolsó” a lo largo de la cuadra (foto de arriba). Así lo destacó Brian Ferreyra, quien apuntó que eso ocurre porque la calle está hundida. Nada terminó de secarse ayer y los vecinos seguían limpiando sus hogares. “Aquí se llovió entero, adentro tengo todo mojado. Esta vez se mojaron las camas y los colchones, pero otra veces sufrí pérdidas más graves”, explica la Susana Silvia Martínez. También se lamentó por los daños en el techo de su baño, y eso que después de la anterior tormenta le había colocado ladrillos encima para que no se volara. En la casa de Silvia viven ocho personas más, entre ellos dos menores de seis años y una bebé. “Me gustaría que alguien me ayude a reconstruir los techos, pero nunca se acercó nadie”, relató. “Quizás no importan los colchones, pero lo que más me duele es que siempre que llueve de esta forma perdemos las zapatillitas de mis nenes”, lamentó Silvia mientras levantana a su hijo en brazos para evitar que pisara los charcos.

> Diagonal Heredia

Desaparecieron las veredas

En la esquina del pasaje Figueroa Alcorta y Diagonal Alejandro Heredia se acumulan los escombros en medio del río formado en ambas calles (foto). Los vecinos hacen equilibro para no caer en el cauce que se tragó casi toda la vereda, dejando apenas un margen de centímetros de barro, por el que tampoco es seguro caminar. La tormenta del jueves invadió varias casas de la zona. Claudia Roldán, una de las vecinas, comentó que cuando tienen una urgencia médica las ambulancias no pueden entrar al lugar. El grupo de vecinos que la rodeaba coincidió en que, para ellos, un gran problema es que el puente construido sobre México y San Miguel no cuenta con los desagües necesarios. Manifestaron que ya presentaron varias notas en la Municipalidad, pero que aún no tienen respuesta. “Parece que creen que porque la gente es pobre está condenada a vivir así”, expresó Roldán. En lo de Antonella Guebel, el agua alcanzó los 20 centímetros. “Se me mojaron la ropa y los sillones. Y se salieron los zócalos del baño y el resumidero expulsaba papel higiénico”, relató.

> Roselló

No se habían recuperado de tormentas anteriores

Después del aguacero, el barrio Roselló (ubicado a un costado del puente Lucas Córdoba) amaneció con los caminos inundados. Pero el problema lo acarrean desde las últimas tormentas, cuando el viento derribó árboles que obstruyeron el paso de los vehículos y se convirtieron en criaderos de bichos y animales peligrosos (foto). Los vecinos aseguran que llamaron numerosas veces al municipio para que se hiciera cargo, pero no consiguieron respuesta. “Gracias a Dios no nos inundamos y estamos bien, pero no podemos seguir sufriendo la caída de más ramas y árboles. Está lleno de víboras, alacranes y ratas, mi hija tenía un alacrán en su ojota y por suerte no le picó”, relata Graciela Rivadeneira. Agrega que el agua no fue un problema porque la calle está en bajada. Por otro lado, Carlos Suárez denunció que en el “monte” que se está armando se juntan personas a ingerir sustancias tóxicas y que aumentó la inseguridad.

> Alejandro Heredia

Acostumbrados a temerle a la lluvia

Para los vecinos del barrio Alejandro Heredia (ubicado al sureste de la capital) la lluvia se convirtió en sinónimo de miedo. Patricia Guerrero es madre de dos niños discapacitados. “Cada vez que llueve tengo que subir a los chicos a sillas, a la heladera, a los lugares altos de la casa. Se asustan y es una angustia sentirlos llorar”, relató. “Hace tres años perdí colchones, frazadas y heladeras. Tuve que levantar mi casa y poner ladrillos debajo de los muebles”, comentó. 
La tormenta del jueves no le provocó grandes pérdidas, ya estaba preparada para ello: levantó la entrada de su casa y colocó ladrillos abajo de los muebles y heladeras. Transitar la inundadas y barrosas calles del barrio es un problema para Sara Díaz. “Tengo que sacar a mis hijos en caballito. No se puede así. Necesitamos cordón cuneta”, narró. Su cuadra (calle 63 Sureste) amaneció anegada.

> Avenida Gobernador del Campo

“La avenida era como un mar", explicó un vecino del parque 

En la avenida Gobernador del Campo el agua comenzó a bajar tres horas después de la tormenta y muchos pudieron salir de sus trabajos entre las 22 y las 23. La imagen de tantos vehículos flotando frente al parque 9 de Julio ilustró ayer la tapa de LA GACETA. “No se veía ni la platabanda. Los vehículos que no pasaron a tiempo se llenaron de agua y se arruinaron. La cantidad de coches quedados era impresionante”, describe Ofelia El Khalil, quien además de ser vecina del barrio tiene una panadería hace 50 años. Andrés Fernández vive hace casi 40 años en Gobernador del Campo al 700 y hace cuatro que abrió un kiosco. “Lo primero que hice fue poner una puerta con una compuerta de chapa, porque ya se me echó a perder una heladera. Estuvimos casi tres horas para sacar el agua de las casas”, sostuvo. Otros explican que el problema se agrandó cuando sacaron el macetón, porque antes el agua corría para el parque y ahora está cerrado.“Los vecinos no pueden quejarse porque tapan con basura los desagües, están todos trancados”, coincidieron Franco Marchetti y Omar Correa. 

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