Barrios históricos de Bangkok pueden desaparecer

Barrios históricos de Bangkok pueden desaparecer

Seth Mydans, The New York Times.

EN RIESGO. Construido en el siglo XVIII, el fuerte Mahakan podría ser reemplazado por un parque. nytimes.com EN RIESGO. Construido en el siglo XVIII, el fuerte Mahakan podría ser reemplazado por un parque. nytimes.com
10 Enero 2017
BANGKOK – Los gruesos muros blancos del pequeño fuerte están manchados y llenos de moho, y sirven de poco para mantenerse aislados del ajetreo del tránsito. Aislada, al menos por el momento, hay una pequeña aldea –incongruente aquí, entre templos y palacios – con elaborados edificios de madera que datan de hace más de un siglo. Aquí, en el Fuerte Mahakan, en el corazón histórico de Bangkok, se acerca la fecha límite de desahucio, al finalizar el mes de febrero, en una batalla de 24 años por el fuerte que se ha planteado entre la municipalidad local y los tenaces aldeanos.

La confrontación se da en el contexto de una batalla aparentemente interminable por el pasado de la ciudad conforme se pavimentan los canales, se derrumban las históricas casas de teca y se eliminan barrios completos para abrirle espacio a la nueva Bangkok, con edificio altos y vías rápidas.

El Fuerte Mahakan es una de las estructuras más antiguas de Bangkok, construido en el siglo XVIII como una de las 14 ciudadelas que guardaban a la ciudad. Ahora solo quedan éste y otro fuerte más.

El asentamiento, hoy reducido a 44 edificios y cerca de 300 habitantes, ha resistido por años una orden gubernamental para que se vayan, con la idea de reemplazarlo por un parque público.

En septiembre, el gobierno llevó una cuadrilla de trabajadores de demolición y derribó 12 casas cuyos residentes habían aceptado una indemnización. Sin embargo, los otros habitantes, unidos en bloque, se han negado a abandonar sus casas.

Patrimonio vivo

La orden de demolición surgió a partir de un decreto real de 1992, para hacer que la antigua zona de Rattanakosin, donde también se ubican el Gran Palacio y otros sitios históricos, sea la pieza central de la restauración y un imán para los turistas.

Con el apoyo de algunos conservacionistas, académicos y organizaciones cívicas, los habitantes han propuesto un compromiso por el cual cederían parte de sus terrenos y se quedarían a ayudar a administrar el sito como “un museo de patrimonio vivo”.

“Lo que queremos es quedarnos en estas tierras y desarrollar junto con el gobierno”, notó Tawatchai Woramahakun, de 58 años, el jefe de una organización comunitaria en el fuerte. “De esa forma todos ganan”.

Sin embargo, la Administración Metropolitana de Bangkok, o AMB, no ha hecho caso de la propuesta y la municipalidad ha establecido como fecha límite el 28 de febrero para que los aldeanos entreguen sus casas para la demolición.

“Esa es la fecha límite”, dijo Chatri Prakitnonthakan, un profesor adjunto de la facultad de arquitectura en la Universidad de Silpakorn. “Siempre hay una fecha límite. Yo no estoy seguro de que ésta sea real o no”. Es frecuente que las fechas límite sean tácticas de negociación en Tailandia, y la resistencia puede prevalecer, como ha sucedido aquí, en el Fuerte Mahakan durante un cuarto de siglo. Ya en el pasado, las fechas límite se han fijado e ignorado aquí.

Sin embargo, a algunos partidarios de los aldeanos les preocupa que el actual gobierno militar pueda no echarse para atrás y algunos habitantes parecen resignados a irse.

Choque de posturas

“Yo pediré su solidaridad”, dijo Sarayut Nilbai, de 50 años, quien se gana la vida reparando jaulas para aves, y contó que su padre y su abuelo habían vivido aquí antes que él.

“Tendré que gastar mucho dinero para mudarme, y todos tenemos que volver a empezar de nuevo”, dijo. “No tengo planes para el futuro”.

Su vecino, Paiboon Tularak, de 65 años, quien hace jaulas para aves y cría tortolitas estriadas para ganarse la vida, parece estar ya harto tras décadas de resistencia y ahora dice: “¿De qué sirve?”. “Todos insisten en que tenemos que irnos”, comentó. “Es hora. Creen que no somos importantes aquí”.

Para algunos observadores, la lucha por el destino de los aldeanos tiene un significado más amplio; es un choque entre el carácter de los sitios históricos y el significado de la preservación.

“La definición que tiene el gobierno de historia es de lugares y templos”, dijo Chatri, el arquitecto. “La comunidad no es parte de la historia, según la definición del gobierno”.

Dijo que también es cuestión de clase, donde la gente en las comunidades pobres se ve obligada, por el desahucio o por el costo de la vida, a salirse del centro de la ciudad y tener que hacer largos recorridos cotidianos para hacer su trabajo.

“Todas estas pequeñas comunidades serán convertidas en zonas para servir a la gente de clase media, gente de clase alta, turistas”, dijo Chatri. “No será una ciudad para todos. Para gente de clase media como nosotros, queremos gente que limpie la basura, que barra las calles. Si no permites que estas personas vivan en la ciudad, no es justo”.

Fuera los ambulantes

El restablecimiento de la presión sobre el Fuerte Mahakan coincide con una campaña general del gobierno militar para poner orden en esta ciudad caótica, quitando a los vendedores ambulantes de las aceras y a los puestos de comida que le dan carácter y color a Bangkok.

El gobierno ha quitado de las aceras a la clamorosa multitud de vendedores de flores que se concentra alrededor del famoso mercado de plantas de la ciudad.

Desde octubre, en las estadísticas más recientes que se tienen, el gobierno dijo que había desalojado a 19,678 vendedores de 223 zonas públicas en 42 distritos.

“Es la mentalidad de un gobierno militar”, notó Chatri, “la disciplina, las reglas, el orden. Arreglar cualquier cosa desordenada”.

El gobierno también está presionando para avanzar en un plan para hacer una rambla a lo largo de la rivera del río Chao Phraya, para lo cual, según dice, desplazará a 309 familias de 12 comunidades que tienen casas en la orilla, así como los tugurios.

Uno de los observadores mas comprometidos y conocedores es Michael Herzfeld, un profesor de ciencias sociales en el departamento de antropología de Harvard, quien acaba de publicar un libro sobre el Fuerte Mahakan titulado “Siege of the Spirits: Community and Polity en Bangkok”.

“Yo creo que la AMB simplemente está operando un modelo de líneas limpias y no de personas”, notó. “Se les olvida para qué es una ciudad. La vida citadina tiene que ser algo desordenada para ser soportable”.

Los urbanistas, dijo, “están viviendo en una especie de mundo de imaginación burguesa que tiene poco que ver con la realidad”.

Esto ha sucedido en el estéril horizonte urbano de Singapur, otrora una de las ciudades más emocionantes de Asia, en donde se quitó a los vendedores de las calles y se los juntó en “centros de buhoneros”.

Herzfeld llamó a este enfoque “limpieza espacial”.

Los aldeanos del Fuerte Mahakan han trabajado para mostrar que pueden mantener limpia y organizada su zona, y han colocado letreros en tailandés e inglés en las casas más antiguas y más históricas.

Un letrero en una casa de madera dice que es el sitio donde se montaron las primeras representaciones de una forma tradicional de teatro, llamada likay, en la cual sus habitantes actuales venden sopa de vejiga de pescado.

Un edificio llamado Casa de Fundición de Oro es el lugar donde estaba un negocio en el que se fundían pequeñas cantidades de oro para formar barras. En otro, estaba uno de distribución de agua.

Otros se llaman Casa de la Cerámica, Casa de la Música, Palacio de la Policía y Masaje Tailandés, que indican la actividad que se realizaba en ellas.

Justo detrás de estos remanentes del pasado está una escena de lo que podría convertirse en el futuro Fuerte Mahakan.

En un lote baldío, bajo unos árboles, yacen un montón de tablones, techos de lámina y trozos de concreto donde, en septiembre, una cuadrilla de demolición ya había hecho su labor en 12 de las casas.

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