¡Pasen y vean, el misterioso circo de los chicos sin memoria!

¡Pasen y vean, el misterioso circo de los chicos sin memoria!

El Ministerio de Educación presentó una obra que habla sobre el derecho de los chicos a conocer sus orígenes. En cinco escenarios distintos

LA NIÑA FLOR. Fiorella Guzmán, del colegio María Auxiliadora, en un momento de la escena “El misterioso caso de la exótica flor sin nombre”.  la gaceta / fotos de josé nuno LA NIÑA FLOR. Fiorella Guzmán, del colegio María Auxiliadora, en un momento de la escena “El misterioso caso de la exótica flor sin nombre”. la gaceta / fotos de josé nuno
30 Noviembre 2016
Las caras de sorpresa de los chicos lo dice todo. “¡Pasen y vean ...!” anuncia el señor Salomón, el dueño del circo. La “Feria mágica y misteriosa” ha comenzado. Un presentador invita a los grupos escolares a descubrir los secretos que se cuentan en cinco escenarios. Es como echar un vistazo por el ojo de la cerradura. Son cinco historias contadas con lujo de trucos teatrales, en un clima onírico donde la fantasía se mezcla con la reflexión. ¿Quién soy yo? ¿De dónde vengo? ¿Somos quienes creemos que somos? parecen gritar los actores, que no son otros que los mismos profesores y alumnos de las escuelas bajo la piel de personajes que claman por su identidad y contra la discriminación.

La Feria fue organizada por el Ministerio de Educación con la colaboración del Teatro de la Identidad. El trabajo fue articulado con alumnos de la Dirección de Teatro y la UNT. Es un desfile de personajes, imágenes y sensaciones donde confluyen el teatro, las artes visuales, la música y la danza. Cinco escenas se suceden en forma simultánea en distintos escenarios. Son “La familia Araña”, “la Niña Flor”, “La verdadera historia de Pinocho” y “El Abrazo”, que hablan de la necesidad de conocer los orígenes. “Esto nace del Teatro por la Identidad y desde el Ministerio de Educación lo reformulamos para transformarlo en un hecho pedagógico”, explica a directora de Educación Artística, Carolina Romero.

“Sí, me gustó, da mucho para pensar”, dice Sergio, de la Escuela Técnica de Banda de Río Salí, que ayer fue con su curso a ver la obra que se ofreció en el Ciidept. Las historias son tan perturbadoras como los personajes que se mezclan con el público. Aunque el espectador recorre los escenarios, que son como distintas carpas de un mismo circo, es una obra tiene un comienzo y un final. Termina cuando una de las hijas del dueño del circo lo abandona y la otra sale a buscar sus orígenes. Para saber más, hay que ver la obra.

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