El hombre que fue los ojos de Guevara

El hombre que fue los ojos de Guevara

La poco conocida historia del espía Escobar Llanos

UN PASO ADELANTE. Losojo se adelantaba a los desplazamientos geográficos del “Che” para resguardarle la vida.  UN PASO ADELANTE. Losojo se adelantaba a los desplazamientos geográficos del “Che” para resguardarle la vida.
20 Noviembre 2016

INVESTIGACIÓN

LOS OJOS DEL CHE

MARCOS GORBAN

(Sudamericana- Buenos Aires) 

El narrador, periodista, militante comunista entre 1976 y 1983 fue un activo participante del partido. En su novela señala su propósito de explicar las diferencias entre comunistas cubanos y soviéticos. Desde el periodismo de investigación se pregunta qué clase de comunistas eran sus padres, solidarios siempre, por cuanto querían un mundo mejor, según modos ideológicos. A partir de ciertas curiosidades, se propone conocer al Che Guevara a través del testimonio de Fernando Escobar Llanos o El Losojo, personaje que, durante siete años, realiza un trabajo secreto en tres continentes. Un hombre no visible dentro del movimiento, por ello su apelativo, Losojo, los ojos del Che. Su tarea consistía en adelantarse a los desplazamientos geográficos a fin de resguardarle la vida.

La tensión del libro reside en los descubrimientos que el propio autor realiza sobre la historia de su familia, su hermana secuestrada, y las acciones de Fidel Castro y El Che Guevara mediante la búsqueda de testigos que certifiquen la participación del personaje en cuestión. Esto significa mirar la historia del país, de la familia; se indaga sobre los propósitos de cubanos y soviéticos.

Marcos Gorbán viaja a Cuba con el fin de confirmar el trabajo de Losojo, pero los entrevistados no dan certezas. Sin embargo, Losojo y algunos testigos narran acontecimientos con detalles puntuales que dan cuenta de su presencia junto al Che Guevara.

El capítulo final se centra en el encuentro del narrador y El Losojo, éste refiere algunos hechos ficcionales que manifiestan una construcción novelada, porque mirar hacia atrás no implica relatar los hechos como sucedieron. Los ojos del Che fue construida después de 50 años de ocurridos los hechos y, según el autor, “sólo queda la certeza de aceptar que lo que se recuerda no fue exactamente como se lo recuerda”. La memoria regresa revisada, en consecuencia, los aportes de su entrevistado son solo una parte de la historia real, con el fin de perpetuarse.

© LA GACETA

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Ana María Mopty

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