La licencia de manejo te cuesta hasta dos mañanas

Una amiga solía decir que un auto puede ser, también, un arma. El día en que esa idea peregrina entró a su cabeza (después de un insignificante choque que tuvo con su vehículo, de esos que los policías caratulan como “sólo daños materiales”), se declaró inválida del manejo. Durante años, mantuvo imperturbable su voluntad de no tocar un volante. Con el tiempo, y a fin de cuenta, cedió a los ruegos del marido, y ocupó otra vez el lugar del conductor. El recuerdo de María Ana y su capricho (así lo veía yo, por aquel entonces) me sobrevino mientras veía los 10 videos del curso de educación vial que debe hacer todo aquel principiante que quiera tener su licencia de manejo.

A mi amiga le preocupaba que una equivocación pudiera acabar en tragedia. Y al cabo de esos videos obligatorios para novatos, uno toma consciencia de ese mismo temor. Uno se vuelve más prudente, más sensato. En uno de esos módulos, le explican al aprendiz, por ejemplo, que el adelantamiento debe tener una utilidad: si el conductor sólo consigue avanzar un par de lugares en la fila, entonces la ganancia de tiempo habrá sido nula; la seguridad, en cambio, habrá estado comprometida. La visualización de las unidades completas demora unas dos horas. También se puede leer el contenido, lo que reduce un poco su duración. No obstante, no se trata de un sometimiento, sino que algunos módulos resultan entretenidos. Son recomendables.

Pero llegar a ese curso es uno de los últimos pasos del trámite de obtención de la licencia nacional de conducir, que entrega la Agencia Nacional de Seguridad Vial. Antes, el postulante tiene que reunir otros requisitos. A saber: armarse de esos papeles puede que le lleve una mañana entera, e incluso dos. En el caso de Yerba Buena, el trámite se hace, en su mayoría, en el primer piso del edificio del Shopping Viejo. Las oficinas funcionan de 8 a 13 y de 17 a 20.

Para empezar, hay que presentar fotocopias del documento de identidad, que acredite que uno vive en esa ciudad, y de la tarjeta verde del vehículo. Luego, se debe gestionar un papel denominado “libre deuda”, que otorga la Dirección de Rentas municipal. En este punto, que no panda el cúnico: en esa galería han habilitado una oficina del organismo recaudador, que lo entrega en el momento. Quienes estén sacando su licencia por primera vez (los principiantes y aquellas personas con los modelos anteriores; es decir, con licencias que no fueron expedidas por la Agencia Nacional) tienen que entregar, además, un análisis de grupo sanguíneo firmado por un bioquímico.

De ahí en más, los empleados municipales se encargan de direccionar al postulante de oficina en oficina.

• Vaya a “Inicio de Trámite”, que está al lado de los baños. Entregue sus copias.

• Ahora pida el libre deuda, en la oficina de la vuelta.

• Sáquese la foto con el señor de la computadora grande.

• ¿Todavía no se hizo el análisis de grupo sanguíneo? Váyase al Carrillo, cuesta $ 50 y en 10 minutos se lo dan. Vuelva por aquí, después.

• ¿Ya está? Ahora le entrego su certificado nacional de antecedentes de tránsito. La boleta se paga en el Rapipago, junto a la escalera.

Y en ese ir y venir, a uno le pasan no sólo horas, sino también padecimientos. Como darse con qué hay que pagar el estacionamiento del shopping cada vez que uno entra y sale, porque la empresa a la que se le concesionó la playa “no tiene convenio con la Municipalidad”. O tropezar con un par de réplicas del conocido personaje de empleada pública que interpretaba Norma Pons del humorista Antonio Gasalla. O hacer fila detrás de 35 personas en el pago rápido. Afortunadamente, cada tanto aparece uno que otro antónimo de Norma, para contrarrestar esas congojas. O uno descubre que el cajero es -en realidad- un ángel disfrazado, pues al llegar a su púlpito le regala un caramelo.

En la última etapa del trámite, toca completar una declaración jurada de enfermedades, y taparse uno y otro ojo -sucesivamente- con el fin de recitar las letras que se divisan en una pizarra. Entonces, tras ese cortísimo examen visual, los renovadores reciben su nuevo carnet. Si el aspirante recién se inicia, en cambio, tiene que entregar una impresión del certificado de finalización del curso nacional de educación vial digital (el documento se descarga automáticamente en la computadora, tras el último video).

Para ese momento, los empleados andan blandiendo una carilla con la prueba teórica. Tampoco esto amerita un susto. Se trata de una decena de preguntas, con tres o cuatro opciones, cada una. Sepa quién tiene prioridad en una rotonda, qué es un sistema de seguridad pasivo y cuáles son las velocidades máximas permitidas. Y no le cuento más. Sino, no vale, ¿no?

Un cartel de "principiante" para los novatos

Los habrán visto por ahí. Desde hace un tiempo, por las calles yerbabuenenses circulan algunos vehículos que llevan unas obleas verdes, con la palabra “principiante”, pegadas en los vidrios delantero y trasero. Se trata de una nueva medida de seguridad vial dirigida a los conductores que obtienen su primera licencia de conducir.

Durante los seis meses iniciales, deben llevar ambos carteles. Si los agentes de tránsito los paran por otra infracción y no los tienen, podrán hacerles una multa. El distintivo mide unos 40 centímetros de largo y unos 20 de ancho. Se lo entregan a quienes reciben su primer carnet.

“Señalizar el auto del novato hace que el resto de los usuarios esté prevenido, ante la posibilidad de una maniobra inexperta, de un titubeo o de una conducción lenta. También protege al propio principiante, porque los demás automovilistas lo cuidan”, explica Nicolás Mancini, director de la oficina de licencias, infracciones, accidentes y antecedentes de la Agencia Nacional de Seguridad Vial.

Además, ese cartel avisa sobre las limitaciones del conductor de un vehículo, debido a que durante los primeros seis meses tiene prohibido circular por rutas o autopistas. Tampoco puede superar la velocidad máxima de 60 kilómetros por hora.

Requisitos 
Primera vez:
Fotocopia de DNI con domicilio en Yerba Buena.
Fotocopia de la tarjeta verde del vehículo.
Libre deuda.
Grupo sanguíneo firmado por un bioquímico.

Renovación:
Fotocopia de DNI con domicilio en Yerba Buena.
Libre deuda.
Fotocopia del carnet anterior.
Grupo sanguíneo (en el caso de que la licencia anterior no haya sido otorgada por la Agencia Nacional de Seguridad Vial).

A los mayores de 65 años se les pide, además, un estudio cardiovascular. Si el interesado es menor de edad, tiene que presentar autorización del padre, tutor o representante legal.
En caso de extravío del carnet, se requiere denuncia policial.

 Preguntas frecuentes
-¿Puedo sacar el carnet de manejo si no tengo tarjeta verde?
- Las alternativas varían de acuerdo al municipio. En el caso de Yerba Buena -explica Gerardo Arias, empleado de esa repartición- le pedirán una tarjeta verde del vehículo de un allegado. En San Miguel, en cambio, no se trata de un requisito excluyente. 
- Si tengo que renovar mi carnet en Yerba Buena, y el anterior también lo saqué en ese municipio, ¿debo rendir el examen teórico?
- Sólo en el caso de que el documento anterior se encuentre vencido por un plazo superior a los 90 días.
- ¿Y qué ocurre si el carnet anterior corresponde a otra ciudad? ¿Debo rendir la prueba teórica?
- Las autoridades yerbabuenenses le solicitarán que vaya al municipio original y pida un certificado de legalidad. 
- ¿Se rinde una prueba de manejo?
- En Yerba Buena, todavía no. La provincia, a través de su secretaria de Transporte, pretende habilitar algunas escuelas oficiales, en las cuales se tomarán los prácticos.  

Cuánto cuesta
$50
Análisis de grupo sanguíneo en el Carrillo
$ 125
Registro de Antecedentes de Tránsito
$ 12
Libre deuda
$ 300
Licencia por cinco años. Si se paga por menos años, es más barato. 

Para ganar tiempo 
 Antes de iniciar el trámite, reúna todos los papeles necesarios (fotocopia del DNI, fotocopia del carnet viejo, fotocopia de la tarjeta verde, análisis bioquímico). Eso lo ayudará a agilizar el trámite.

En Tucumán sobreviven 11 "paraísos registrales"

Apenas ocho de los 19 municipios tucumanos entregan la licencia nacional de conducir, tal como promueve la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), creada en 2008. Los 11 restantes siguen otorgando permisos según sus propias normas. Así lo revela el secretario de Transporte de la Provincia, Benjamín Nieva. “Pretendemos que, hasta fin de año, se adhieran los que faltan”, dice.

Cuando se lo indaga sobre las razones de su anhelo, argumenta que la licencia nacional permite unificar los criterios de evaluación y las bases de datos de las inhabilitaciones, a través del Registro Nacional de Antecedentes de Tránsito, entre otras ventajas. “Además, en un futuro cercano, permitirá la implementación de un sistema de puntos”, añade.

En voz de Nicolás Mancini -director de la oficina de licencias, infracciones, accidentes y antecedentes de la ANSV- estos municipios rezagados constituyen verdaderos “paraísos registrales”, donde las personas tramitan sus licencias porque se las dan con facilidad, obviando así las leyes de tránsito, que obligan al solicitante a hacer la diligencia en la ciudad en la que vive. Hace unas semanas -recuerda Mancini-, se hizo un acto en la Casa de Gobierno de Tucumán, en el que los rezagados se comprometieron a sumarse al sistema.