Solamente uno de cada cinco adictos severos se encuentra bajo tratamiento

Solamente uno de cada cinco adictos severos se encuentra bajo tratamiento

Faltan lugares de internación y profesionales que salgan a la calle a buscar a los pacientes más graves, según analizan los expertos.

EL ÚNICO LUGAR. Las Moritas es el espacio donde los adictos pueden hacer un tratamiento completo con internación; es sólo para varones. LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO (ARCHIVO). EL ÚNICO LUGAR. Las Moritas es el espacio donde los adictos pueden hacer un tratamiento completo con internación; es sólo para varones. LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO (ARCHIVO).

Muchos no quieren que los ayuden. Otros, pasan de terapia en terapia y no logran “engancharse”. Ni siquiera cuando están a punto de tocar fondo. Dejan su casa para quedarse en la calle, de noche. La droga ha hecho estragos en su vida. Tienen el rostro pálido, el cuerpo consumido. Son aquellos adictos a los que se clasifica como “casos severos”. Cada vez hay más y, sin embargo, son los que menos se tratan.

Sólo uno de cada cinco adictos severos concurre a algún dispositivo de rehabilitación en las ciudades del interior del país. El dato surge de un informe sobre narcotráfico y adicciones que difundió recientemente la Universidad Católica Argentina (UCA). En toda la Argentina la cifra es un poco más alta: el 26% está bajo tratamiento.

El informe de la UCA revela también que el 57% de los adictos severos no se trató nunca, el 22% lo hizo sólo una vez y el 21% más de una.

Tal vez una de las respuestas a esta situación pueda hallarse en el último censo de la Sedronar (Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico) sobre centros de tratamientos asistenciales. Según este estudio, Tucumán se encuentra entre las provincias con menos capacidad para atender a los adictos graves.

La provincia cuenta con un solo centro de internación, que es Las Moritas. Los hospitales Obarrio, Eva Perón, el de Niños, el Avellaneda y el Del Carmen tienen unidades de atención, aunque no todos admiten pacientes “cama adentro”. En total hay cerca de 60 camas para internación de adictos, un número totalmente insuficiente según reclamaron en un petitorio referentes de la “Hermandad de los Barrios contra las Adicciones”. La peor parte se la llevan las mujeres adictas: Tucumán no tiene comunidades terapéuticas para ayudar a las que presentan estado de gravedad.

En busca de ellos

Los lugares de atención son escasos en función de la demanda. Pero también hay otra situación: los adictos severos difícilmente busquen ayuda. Hay que ir en busca de ellos, sostiene Emilio Mustafá, psicólogo clínico y social que trabaja con el grupo “Ganas de Vivir”, en un programa del Ministerio de Desarrollo Social. De acuerdo con su experiencia de trabajo en la Costanera y en Los Vázquez, describe así lo que pasa: “los factores socio económicos generan un profundo efecto de devastación a nivel subjetivo en los jóvenes adictos y su familia. Los jóvenes se sienten atrapados, angustiados. La desesperanza les gana, y la droga aparece como un perverso y necesario sostén para soportar el día a día de las múltiples necesidades insatisfechas que genera la pobreza extrema, las carencias afectivas de familias desintegradas por situaciones de violencia, discriminación y exclusión”.

Según Mustafá, las políticas de salud son insuficientes para el nivel de consumo actual. “Nuestro equipo hace cuatro años que está trabajando en Costanera. No todos los chicos se acercaban a los CAPS, ni mucho menos a los hospitales porque no tenían dinero para la tarjeta Ciudadana, sumado al temor y en ocasiones a la discriminación del personal de algunas guardias de los nosocomios. Ahora mejoró un poco la atención en el barrio, pero no alcanza. Se necesitan diseñar dispositivos especiales de abordajes territoriales, que acompañen a los chicos a los lugares de salud, ya que mucha veces los adictos están abandonados en situación de calle”, pidió. “Ni hablar de la problemática de las mujeres adictas, todavía invisibilizada en Tucumán”, resaltó.

Por último, señaló: “por más tratamiento que hagan, si no hay un proyecto de vida no se van a recuperar. La problemática de las drogas es de dimensiones inéditas y de una gran gravedad. El Estado está muy por detrás; todavía no hay una política estratégica que permita un abordaje integral de salud y de reinserción del sujeto”.

El 30% de los casos
  
El doctor Alfredo Córdoba, jefe del departamento Toxicología de la capital, define lo que es un adicto severo: “es cuando el paciente ya no maneja el uso de drogas y solo vive para consumir. Además, presenta daños evidentes en la salud, que van desde disminución de las defensas, pasando por hepatitis, meningitis, desnutrición, tuberculosis y enfermedades de transmisión sexual, hasta neuropatías. Son aquellos que necesitan un tratamiento intenso, interdisciplinario, que no sólo se enfoque en el consumo de sustancias. Generalmente, en la actualidad, constituyen el 30% del total de adictos y casi siempre precisan internación”.

Por toda esta situación, según Córdoba, es muy difícil que lleguen solos a pedir ayuda, mucho menos si no tienen el sostén de una familia. “También es cierto que es muy alta la demanda y son pocos los espacios en la provincia donde se puede brindar un tratamiento integral, de esta complejidad, al adicto”, opinó.

Matías Tolosa, secretario de Prevención y Asistencia de las Adicciones de la provincia, dijo que Tucumán fortaleció todos los dispositivos de atención y sostuvo que sí se está atendiendo la demanda. “Somos conscientes de que estamos ante un problema que aumenta día a día y estamos dando respuestas”, expresó. “Tenemos un abanico de asistencia que va desde los CAPS hasta los hospitales pasando por centros de día y de internación. Además, estamos trabajando en cada barrio con numerosos equipos de profesionales que se encargan de fortalecer los lazos en la comunidad y que se acercan a los jóvenes para escucharlos y ofrecerles un tratamiento si están en problemas con las drogas. Tenemos también grupos de contención de padres”, remarcó. Respecto del Centro Terapéutico ubicado en Costanera Norte -obra que iba a estar lista en julio pero está paralizada- señaló que están haciendo gestiones para que la Sedronar la termine cuanto antes.

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Alarma por las drogas de diseño

El estudio del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) también mostró que hay preocupación por el aumento de consumo de sustancias ilegales en clases media y alta. En estos sectores, la alarma por la venta de drogas (especialmente las de diseño) no para de crecer y es donde más se percibió en el último año. Aumentó de 22,3% a 24,7%.

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Aumentan los puntos de venta

El informe de la UCA refleja el crecimiento sostenido de la percepción del ciudadano sobre los puntos de venta de droga. Según esta mirada,  se incrementó un 55% entre 2010 y 2015, en particular en los sectores de mayor vulnerabilidad social. El estudio comparativo determinó también que el registro de la venta de drogas es mayor en los barrios donde falta presencia policial. 


PUNTO DE VISTA

¿Quénes son los que buscan ayuda?

GUSTAVO MARANGONI / EXPERTO EN ADICCIONES

La enfermedad adicto deriva del latín addictus = esclavo. Cito este origen pues es lo que de alguna manera ya está encuadrando el perfil de la persona afectada por un Trastorno de Consumo por Sustancias. Esa particularidad surge de los mecanismos destinados básicamente al placer que tiene el Sistema Nervioso Central, pero que son captados y distorsionados por el consumo de estas drogas. Esto conlleva a un estado que algunos profesionales describen como de “Niebla Cognitiva”, que se caracteriza por la particularidad de no poder aprender de sus propios errores. Que a pesar de saber que está transgrediendo pautas sociales o legales, la avidez por el consumo les hace relativizar o negar la importancia de los valores y pautas sociales. Saben que quieren a su madre, hermanos, hijos etc. pero ellos están detrás de un velo y lo único que está en el foco de atención es la próxima dosis.

Es mucho más largo el tema, pero basta para explicar cómo el enfermo con un trastorno adictivo es un enfermo “no demandante”. No desea dejar de consumir, por lo tanto no busca ser tratado por su problema. De aquí sale obviamente una reflexión. ¿Quiénes son, entonces, aquellos que buscan ayuda? Los que buscan ayuda son las personas que por una crisis externa a ellos pero muy fuerte ( por ejemplo estar detenidos por una causa penal por hurto agravado, con 18 años) el juez le dé la alternativa de suspender su condena por ser la primera vez y darle opción de internación y control semanal de tratamiento con certificados de los profesionales que intervienen y de la institución que lo acoge, durante todo un año.

Otros lo hacen por entrar en una crisis de tipo existencial que se caracteriza por un vacío tan intenso que seguir viviendo de esa manera se les hace insoportable. Otras veces los menores de edad llegan también por derivación de un Juez, obligando a pacientes y padres incluidos, a un tratamiento bajo la “amenaza” de intervenir legalmente sobre la patria potestad. En algunos casos los pacientes, con familias menos disfuncionantes, tienen padres que lo llevan al tratamiento de manera coercitiva, pero con pocas probabilidades de éxito.

Cómo vemos, los que buscan ayuda son muy pocos. El panorama se pone peor aún, pues de cada 10 que piden ayuda solo tres son los que se recuperan de esta enfermedad.
 

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